Uno de los jugadores clave para que Wilster se consagre campeón se confesó con DIEZ. El brasileño, que antes de venir a Bolivia había pensado en retirarse, afirmó que el Tigre no respetó al aviador y por ello pagó caro. Agregó que no piensa cambiar de equipo.

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11 de junio de 2018, 9:31 AM
11 de junio de 2018, 9:31 AM

Cuando el 8 de junio de 2017 llegó a Wilstermann para reemplazar a su coterráneo Thomaz Santos, una de las figuras del aviador que fue contratado por Sao Paulo, nunca se imaginó que sería su renacer en el fútbol. Hasta ese momento, y con 32 años cumplidos, Sergio Henrique Francisco o simplemente Serginho ya había pensado en retirarse, cansado de no tener continuidad, pues nunca estuvo más de dos años en un equipo. En esa ocasión venía de dejar al XV de Piracicaba, que disputa el campeonato paulista en Brasil.

Una vez en Wilstermann se ganó el puesto de entrada, lo que le permitió rendir a gran nivel. En la Libertadores y en el torneo liguero del segundo semestre de 2017 marcó cinco tantos, y este primer torneo del año fue clave para que el aviador sea campeón, luego de anotar seis goles en la Liga y dos en Libertadores. Con ese rendimiento pasó a convertirse en uno de los ídolos actuales del rojo, junto a Cristian ‘Pochi’ Chávez.

Una de las claves de su rendimiento es que en Cochabamba se siente como en casa, y por ello no tiene inconvenientes en decir que cumplirá su contrato hasta 2019, pese a que es uno de los jugadores más apetecidos del fútbol nacional. Los más cercanos al brasileño aseguran que su rendimiento físico es fruto de su profesionalidad. Es el primero en llegar al entrenamiento y al gimnasio va seguido, sin necesidad de que el entrenador se lo ordene.

La fama de calentón que tiene se le acaba fuera de la cancha, donde es una persona humilde y educada.

Es disciplinado en su vida privada y el único ‘vicio’ que se le conoce es su gusto por las pizzas, que si pudiera las consumiría en todo momento. Serginho no es de los atacantes que meten miedo por su tamaño,  pues mide 1,69 metros. Eso sí, con el balón en los pies se transforma, siendo encarador, veloz y letal.

Ese volante ofensivo o delantero es un fiel creyente de Dios y por ello afirma que cada gol que anota, es mérito del de arriba. No es raro verlo celebrar con los dos brazos hacia arriba, como lo hizo en la final ante The Strongest cuando marcó el segundo para Wilster. A continuación un mano a mano con el jugador de moda de Bolivia.

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¿El título llega en un momento especial para vos?

Es muy gratificante porque es la primera corona acá en Bolivia y en un equipo que quiero mucho porque me recibió bien y me dio la posibilidad de jugar. Por ello me apasioné por estos colores, y también quiero mucho al pueblo de Cochabamba.

¿Creerse favorito le jugó en contra al Tigre?

Estaba todo armado para que ellos celebren. La fiesta ya estaba organizada para que el Tigre festeje, y nosotros se la arruinamos. Ellos tienen que aprender a respetar a todos los rivales, pues en el fútbol no se gana con antecedentes, sino jugando.

¿Cuál fue la clave para lograr la corona?

La regularidad que nosotros tuvimos en la competencia, jugando muy bien tanto de local como de visitante. Además que conseguimos hacer goles en todos los partidos demostrando buen fútbol, que, por lo que me dijeron, no se ve hace mucho tiempo en Bolivia. Y ello lo coronamos ganando la final ante el Tigre.

¿Has sido tentado por los grandes de La Paz?

Lo que te puedo decir es que estoy muy contento acá, estoy feliz. Esta es mi casa y tengo aún contrato por bastante tiempo.

¿Y hasta cuándo es tu compromiso?

Si tuviera un contrato corto, igual renovaría porque me quiero quedar acá.

¿Hay Serginho para rato en Wilstermann

Te repito que estoy feliz acá y con lo que he logrado en mi vida. Por ello quiero quedarme mucho tiempo en este club (aunque no lo quiso decir, su relación con el aviador acaba en 2019).

¿Cuál es tu sueño?

Ahora vamos a mirar la Copa Sudamericana (Deportivo Cuenca, de Ecuador), en la que tenemos un gran rival al frente, y vamos a ir partido a partido. Los sueños que tengo se irán dando encuentro tras encuentro. Primero quiero descansar porque este primer semestre fue muy desgastante para mí. Ya cumplí 33 años y tengo que descansar un poquito más que antes.

¿Cuándo dijiste: ‘Estamos para ser campeón’?

Cuando Wilstermann entra a competir lo hace para ser campeón, y todo eso está demostrado en la secuencia de partidos buenos que hicimos. Además tuvimos la confianza para destacar y terminar el trabajo con el título.

¿Te sacaron de tus casillas en varios partidos?

Es normal eso, pero yo soy criado en la calle. No soy un chico de casa que va a perder el control en cualquier momento. No tuve padre, mis hermanos y yo estuvimos junto a mi madre. Yo sé cómo es vivir en la calle desde niño. No es que vaya a pelear acá, pero yo jugaba fútbol en la favela, entonces por qué no voy a poder hacerlo acá.

¿Cómo es que terminas explotando en el aviador?

Todos me dieron la confianza necesaria, el cuerpo técnico y dirigentes. Me trataron muy bien y ello ayuda bastante.

¿Y la altura te afectó?

No es fácil que un futbolista extranjero juegue acá por la altitud. Pero en mi caso, desde que llegué estoy jugando en buen nivel. Ahora hay que mantener la humildad, los pies sobre la tierra y trabajar mucho. Cada cosa llegará en su momento.

¿Quiénes te ayudaron a tu adaptación?

Tengo que agradecer mucho al profesor Roberto Mosquera (el DT anterior del aviador) y a su preparador físico Sebastián Salvatore. Su apoyo fue importante en todo, y a pesar de que ya no están acá, tengo mucho respeto por ellos. Después que salieron, vino el profesor Álvaro Peña, que también, junto a su cuerpo técnico, me dio todo el respaldo para que puede sentirme bien. Eso es muy importante para que un jugador pueda rendir. Estoy muy contento con las personas que tengo cerca para trabajar duro.

¿Cuál fue el partido donde la ‘rompiste’ en este campeonato Apertura?

En la final de vuelta ante The Strongest cuando ganamos de local con dos goles míos y obligamos a definir la corona en un encuentro extra en cancha neutral. En este torneo todo me salió bien, pues cuando el equipo necesitó de mí siempre aporté.

¿Tu mejor gol a qué equipo se lo convertiste?

Fue la primera anotación en Bolivia cuando llegué a Wilstermann a mediados de 2017. Recuerdo que se dio frente a Bolívar. Ahora van a venir más goles, pues he tenido una secuencia buena en los últimos encuentros a la cual no estaba acostumbrado, pero está bien. Gracias a Dios está saliendo todo bien y hay que seguir así.

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¿Estás jugando en la misma posición que en Brasil?

En mi país jugaba así como lo estoy haciendo acá, muy suelto, con libertad, que me ayudó para a hacer buenos partidos. Eso sí, en Brasil no anotaba tantos goles como en los últimos encuentros con Wilstermann.

¿Ayuda bastante tener dos compañeros brasileños?

Claro que sí, pero no solo ellos, hay otros que son un espectáculo de jugador, como Cristian ‘Pochi’ Chávez; también está Fernando Saucedo, de buen rendimiento. Wilster es un grande de Bolivia, que cuenta con jugadores que pueden aportar a la selección nacional y rendir en equipos de Europa, Brasil o Argentina. Tenemos un grupo fuerte, que está tranquilo para encarar lo que se viene. Además este es un equipo comprometido para ayudar y eso es importante para conseguir objetivos.

¿Qué le prometes a la hinchada del rojo?

La única cosa que prometo es que siempre voy a dar la vida acá en Wilstermann para lograr lo mejor para este pueblo cochabambino.

¿Te molesta que te insulten desde las graderías?

La verdad que en la final en Sucre me enojaron y me insultaron, como siempre viene sucediendo, pero nosotros terminamos disfrutando.