Marcos Rodríguez (46 años) tiene uno de los desafíos más importantes de su vida. Dejó el fútbol por una lesión para luego dedicarse a estudiar y a la dirigencia durante casi 20 años

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2 de agosto de 2020, 13:34 PM
2 de agosto de 2020, 13:34 PM

Cuando tenía 6 años empezó su relación con el fútbol en diferentes facetas, primero aprendiendo a jugar en una escuela hasta convertirse en futbolista profesional y después en dirigente. Una función que lo llevó a ser presidente en ejercicio de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) desde el 23 de julio ante la muerte de César Salinas, afectado por Covid-19. 

Marcos Rodríguez, que ejerce la profesión de abogado desde hace 13 años y se dedica a la compra y venta de ganado, es el nuevo mandamás de la federación, un cargo que desempeñará hasta el próximo congreso, donde debe elegirse al nuevo titular.

Rodríguez, de 46 años, siempre tuvo como pasión el fútbol, y por ello estuvo desde los 6 hasta los 11 años en la escuela Félix Antequera de Cobija para luego pasar a Bahía y al club de sus amores, Vaca Díez, donde se formó hasta los 17 años. A esa edad decidió probar suerte en Ferroviario, de la Primera A de La Paz (18 a 22), para después dar el salto a Real Santa Cruz, en la Liga (hoy División Profesional). 

En el albo estuvo dos años y su poco (23 y 25), hasta que una lesión en la rodilla lo frenó. Por ello se volvió a Cobija.

Una vez recuperado, se enroló nuevamente a Vaca Díez, donde hizo de jugador, delegado y después de presidente. “Le agarré un cariño especial a Vaca Díez, pues en un momento dado lo dejaron en el abandono”, relató Rodríguez, que presidió el club durante 14 años. 

En ese tiempo fue cuando su hermano Mirlo y un amigo lo animaron para que estudie Derecho, una carrera que le dio una profesión, que es uno de los sustentos económicos de su vida en la actualidad. También se dedicó a la compra y venta de ganado.

Al mismo tiempo iba ascendiendo como dirigente, siendo durante cuatro años vicepresidente de la Asociación Pandina de Fútbol (APF). De ahí dio el gran salto pasando a ser secretario general de la FBF el 4 de noviembre de 2016, en reemplazo de Wálter Torrico, detenido en el penal de San Pedro por temas personales. 

Por último, como representante de la División Aficionados pasó a ser primer vicepresidente de la FBF. Luego por norma, ante la muerte de Salinas, asumió como titular federativo.

“Mi intención no era llegar así a ser presidente, peor por el fallecimiento de un amigo y una gran persona. No me aferro al cargo. Voy a cumplir lo que dicen los reglamentos”, sostuvo Rodríguez, que asegura que, pese a considerarse un hombre fuerte, se quebró por los golpes que recibió últimamente, como la muerte de Salinas por el Covid-19, un mal que también afectó a su padre, que se está recuperando. “Me dolió bastante la partida de Don César, y en esos días mi padre se puso mal, aunque ya está mejor”, sostuvo.

Más horas para la FBF

Consciente de que el fútbol ahora lo tendrá ocupado más horas, reconoció que deberá esforzarse el doble para cumplir esta función por el bien del balompié nacional, y que en la actualidad pasa un momento clave: licitación de los derechos de TV, preparación de la selección para las eliminatorias y la construcción de la Casa de la Verde. 

Reveló que es hipertenso, pero que ello no le impedirá estar, cuando sea necesario, varios días en La Paz. “Eso sí no puedo tener mi residencia fija en la sede del Gobierno”, recalcó. Por ese motivo, cambiará también la sede principal de la FBF a Cochabamba, aunque se mantendrá oficinas en Santa Cruz y La Paz. 

El cambio será de forma gradual”, explicó Rodríguez, que aseguró que el cargo no lo cambiará como persona, pero que como dirigente supondrá más tiempo ocupado.

Su lado solidario

Una de las actividades que es sagrada para Rodríguez es la reunión que lleva adelante los fines de semana con un grupo de 17 amigos, con los que realiza obras solidarias. “En la pasada Navidad regalamos 5.000 juguetes para los niños más necesitados. Y para esta cuarentena hemos ayudado a unas 1.000 familias con víveres y otras urgencias”, concluyó. 

Al detalle

Hijos. Tiene cinco herederos: Flavio (23 años), Kiel (19), Hilary (12), Carles (7) y Marcos Lía (3). Su esposa se llama Marcela.

​​Lo que más ama. Los que más aprecia en la vida son sus hijos. A los que los junta los fines de semana en una reunión familiar.​​​

Donación de sangre. Tras superar el Covid-19, Marcos Rodríguez realizó la donación de plasma hiperinmune para el entrenador de Municipal Vinto, Humberto Viviani.

Las prioridades. “La licitación de los derechos de TV ya no tiene vuelta, la construcción de la Casa de la Verde en La Paz está en marcha y el trabajo de la selección boliviana es una prioridad”, sostuvo Rodríguez. Son los tres proyectos que el dirigente afirmó que seguirán siendo prioridad en la federación, tal como lo fueron para César Salinas.