Ellas hablan: Irse o quedarse, vengar o perdonar, los dilemas que nos plantea

La película basada en el Libro de Miriam Toews, Ellas hablan se inspira en la historia de lo ocurrido en la aislada y remota colonia menonita Manitoba, ubicada en Santa Cruz Bolivia, entre los años 2005 y 2009.

Inspirada en hechos reales

Más de cien niñas y mujeres de la colonia despertaban para descubrir que habían sido violadas mientras dormían. Sedadas sin la posibilidad de recordar, los ancianos de la colonia negaron o descartaron estos ataques que ocurrieron durante más de cuatro años, culpando a demonios y fantasmas por la religión que profesaban, hasta que finalmente se reveló que un grupo de hombres de la colonia rociaba un anestésico de animales en las casas de sus víctimas para dejarlas inconscientes. A través de estos hechos reales se plantea el libro y, por ende, toda la película que toma lugar en el momento del juicio de los acusados.

Sobre la película

Ellas Hablan, nos traslada a las reuniones secretas de ocho mujeres menonitas que, como representantes femeninas de la colonia, deben decidir cómo reaccionar ante estos traumáticos sucesos mientras los hombres resuelven su situación judicial. Irse o quedarse, vengar o perdonar, son algunos de los dilemas más grandes del ser humano y que se pueden ver reflejados en los diálogos de las protagonistas, tocando temas morales, de religión y de justicia.

La ambientación está muy bien lograda, con una fotografía fría, que refleja la precariedad en la que viven en esas comunidades, como si se hubieran detenido en el tiempo, hace décadas atrás, carrozas, llantas de madera, lámparas de aceite, educación solo para niños y un fanatismo religioso (anabaptista) son los condimentos para la ambientación de la película.

Con escenas llenas de simbolismos, y que dejan mucho a la imaginación para no entrar a la censura, la película refleja la brutalidad de los ataques que sufrían las mujeres y el trauma que les generaban, con diálogos que harán reflexionar a más de uno y que lograrán sacarnos alguna sonrisa que nos mostrará cómo, hasta en situaciones tan dolorosas, el ser humano busca reírse con las cosas más simples, para no llorar.

No por nada, esta película esta nominada a los premios de la academia para este año en las categorías de mejor película, y mejor guion adaptado, porque lo que hace muy bien es plasmar las posiciones encontradas de mujeres de diferentes edades, con diferentes perspectivas de la vida, pero unidas por un hecho en común, las violaciones y abusos. Por eso es necesario hablar, y mucho, antes de tomar una decisión. Conversar, discutir, pelearse si es necesario. Lo que tienen que decirse es demasiado importante como para callarlo y esa fuerza es la que rige a la película.

Por el formato en el que la película se desenvuelve, los personajes empiezan un poco flojos, hay algunos que parecen importantes, pero al final terminan con un rol secundario, la película se toma su tiempo en contarnos el trasfondo de los protagonistas, y lo hace sembrando migajas, pero gracias a la gran actuación del reparto, a la larga, nos ayuda a entrar en empatía con los personajes, para entender su personalidad a través de sus vivencias.

En resumen, es una película fuerte, con mucho simbolismo en torno a las violaciones y los abusos, por eso el público debe tomar mucha atención. Con pequeños matices cómicos, toca la sensibilidad por lo cruel que puede ser la realidad para algunos, y nos transmite una situación latente, que sucede en nuestras narices, y puede pasar en una comunidad aislada a kilómetros de distancia, o a la vuelta de la esquina, en este tiempo donde hay mayor visibilidad para la equidad de género, es una película necesaria para entender las diferentes realidades del mundo en que vivimos y ser más empáticos.  

La película es distribuida por Andes Films que realizó la avant premier el martes 28 de febrero. Ellas hablan, se estrena este jueves en todas las salas de cine del país.