"Megalopolis" de Coppola se desploma en taquilla: Un fracaso que supera a "Borderlands"
Megalópolis debutó con solo $us 4 millones en la taquilla de Estados Unidos. Su presupuesto fue de $us 120 millones
La película Megalopolis, dirigida por el legendario Francis Ford Coppola, ha sido uno de los mayores fracasos taquilleros de los últimos años. A pesar de tratarse de un proyecto largamente esperado, con décadas de desarrollo y una inversión multimillonaria, la cinta no ha logrado cautivar a la audiencia ni a la crítica. Incluso ha superado en pérdidas a otras producciones problemáticas como Borderlands.
Megalópolis debutó con solo $us 4 millones en la taquilla de Estados Unidos. Su presupuesto fue de $us 120 millones.
El rodaje de Megalopolis estuvo marcado por numerosos desafíos, entre ellos sobrecostos y tensiones en el set, lo que generó preocupación sobre el estado final del proyecto. Inicialmente, Coppola financió la película con una parte significativa de su fortuna personal, decidido a hacer realidad su visión épica y futurista sobre el destino de una gran ciudad. Sin embargo, la ambiciosa apuesta no ha generado los resultados esperados.
Con un elenco estelar y un director de renombre, se esperaba que Megalopolis fuera un regreso triunfal para Coppola, quien no había dirigido una superproducción en años. No obstante, la película ha sido recibida con críticas mixtas, señalando problemas en el guion, el ritmo y su narrativa dispersa. Estos factores, combinados con la dificultad de atraer al público masivo, contribuyeron a su decepcionante desempeño en taquilla.
En un momento en el que el cine está en constante evolución, Megalopolis se enfrenta no solo a la falta de interés del público, sino también a una feroz competencia en la industria. Este proyecto, que fue el sueño de Coppola por más de 20 años, podría marcar un punto bajo en la carrera del director, quien anteriormente había firmado clásicos como El Padrino y Apocalypse Now.
Este tropiezo pone en duda el futuro de Megalopolis en la historia del cine, al menos en términos comerciales, y plantea interrogantes sobre cómo los cineastas legendarios abordan los proyectos en una industria cada vez más orientada a franquicias y blockbusters.