Un mito muy extendido en las zonas costeras vincula la presencia del pez remo con catástrofes naturales como los terremotos. Por lo general, habitan en aguas profundas, de más de 1.000 metros

12 de julio de 2022, 17:30 PM
12 de julio de 2022, 17:30 PM

​Entre el asombro de los presentes y la pericia de los pescadores de Arica, una grúa retira un enorme pez remo hallado en la costa del norte chileno. El ejemplar mide 5,80 metros y muchos curiosos aprovecharon la oportunidad para sacarse fotografías mientras el pez colgaba a vista del público.

La sorpresa por la captura del pez remo se mezcló con la inquietud y temor de los lugareños. La mitología popular, extendida en las zonas costeras vincula su presencia con la cercanía de una catástrofe natural como un terremoto. 

El hábitat natural de este pez se ubica en las aguas templadas y tropicales, a grandes profundidades. Un trabajo de la organización naturalista ecuatoriana inaturalist, detalla que viven a más de 1.000 metros de profundidad.

La presencia del pez remo resulta intimidante. Más allá de su llamativo tamaño, puede llegar a medir hasta los 11 metros, el pez es delgado, carece de escamas y luce una piel plateada. Sobre su rostro chato destaca una boca pequeña pero dentada, lo que contribuye a su apariencia intimidatoria. 

Los expertos marinos explican la presencia de ejemplares de pez remo o pez sable, como también se le identifica, en la superficie. Suben cuando están enfermos o a punto de morir, algunas veces también son vistos para desovar.

La cultura japonesa considera la aparición de estos ejemplares como preludio de una catástrofe. Un mito extendido en las zonas costeras del país nipón y, posteriormente, en otras zonas pesqueras del mundo se atribuye la llegada de tsunamis, terremotos o ciclones después de encontrar un pez remo.

El país oriental vincula al pez remo con divinidades marinas como Ryugu no Tsukai, que significa “Dios del Mar”. Un reconocido sismólogo japonés alega que estos ejemplares son sensibles al movimiento de fallas tectónicas, lo cual explicaría la base del mito.