Luego de 10 días del fallecimiento de Quino, su creador, este personaje tiene más trascendencia universal. Es conocida en casi todo el mundo

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10 de octubre de 2020, 16:30 PM
10 de octubre de 2020, 16:30 PM

La niña a la que no le gustaba la sopa, que decía libremente lo que pensaba, que reflexionaba sobre la ecología, la paz mundial y la desigualdad social, Mafalda, ha cobrado más notoriedad luego del fallecimiento de su creador, el caricaturista argentino Joaquín Lavado, conocido como Quino.

La pequeña Mafalda cumplió recientemente 50 años, y dijo al respecto, con la sinceridad que la caracteriza, que lo que importa es comprobar que al fin de cuentas la mejorar edad de la vida es estar vivo.

Las frases de esta niña con pensamiento de adulto han trascendido. Muchos medios de comunicación la reproducen y la toman como ejemplo en tiempos de crisis. Sin embargo hay muchos aspectos que no se conocen bien de ella y de su creador.



Lo que se desconocía

A pesar de que Mafalda estaba en contra del mundo de consumo y del capitalismo, ella nació para promocionar electrodomésticos. Su creador, Quino, recibió el pedido para dibujar una familia para una campaña publicitaria de lavadoras de ropa, cocinas, heladeras, licuadoras de una marca italiana establecida en Argentina.

Fue así que nace esta niña, que recibió el nombre de Mafalda, por uno de los personajes de la novela Dar la cara, escrita por David Viñas, que después se haría famosa en todo el mundo.

Otro aspecto no muy popular es que el personaje ficticio de Mafalda, su hermano, sus padres y su amigo Felipe vivían en el barrio de San Telmo, en Buenos Aires. El apartamento E, que en los dibujos sale en la calle Chile # 371, sí existe, es de verdad.

En la puerta del edificio hay una placa que dice "aquí vivió Mafalda" y en la esquina hay una banco sobre el que se encuentra una escultura de tamaño real de Mafalda. Es visitada por muchos turistas que quieren conocer a este ilustre personaje y se ha convertido en un lugar casi obligatorio para quienes visitan el barrio porteño de San Telmo.



En cierta época, los libros en los que se publicaban las aventuras de Mafalda fueron censuradas y catalogados para adultos. Sí, en los años 70, cuando aún gobernaba Franco es España, las autoridades obligaron a los editores a poner la frase "solo para adultos". Lo cual fue replicado por algunos gobiernos militares latinoamericanos.

Y como Mafalda nunca se quedaba callada, en varias ocasiones criticó y se hizo la burla de dicha situación, de que a ella, una niña, la pongan un letrero de "solo para adultos".

Uno de los personajes más importantes en la vida de Mafalda es su amigo Felipe. Y en la vida real existió, se trata del periodista argentino Jorge Timossi, a quien Quito una vez retrató y después decidió incorporarlo a sus dibujos.

También en personalidad era parecidas, fantasiosos, reflexivos y muy buenos amigos. Él, con sus dientes de conejo y su cara alargada agradó a los editores que decidieron tenerlo como personaje permanente de los historias.

A pesar de que a esta niña no le gusta la sopa, ella está presente en todas partes. Por ello hay una frase que dice "Mafalda hasta en la sopa". Sus historias han sido traducidas a 30 idiomas, sus libros se pueden comprar en todo el mundo y ha sido tomada como referencia por presidentes, empresarios y millonarios en todo el planeta.

En las estaciones de metro de Lima y de París hay unos dibujos grandes de Mafalda, con algunas de sus célebres frases reflexivas y en su natal Buenos Aires una plaza que lleva su nombre le rinde homenaje.

Así, chiquitita e irreverente, Mafalda forma parte de la cultura popular mundial. Desde su barrio de San Telmo su pensamiento ha llagado a las grandes y pequeñas ciudades del planeta. Ella gusta y es tomada en cuenta, y aunque tiene apariencia de niña, ya tiene 50 años.