Expertos señalan que puede lastimar los ojos, irritar el aparato respiratorio y agravar las enfermedades cardiacas y pulmonares crónicas

8 de octubre de 2020, 15:10 PM
8 de octubre de 2020, 15:10 PM

Al declararse la emergencia nacional por los incendios forestales en Bolivia, es oportuno señalar que estos desastres naturales no solo afectan al medioambiente, sino también lo hacen a la salud de las personas, especialmente de aquellas que se encuentran en las comunidades cercanas al fuego y de las que están combatiéndolo.

El Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, donde enfrentan una situación similar, emitieron un informe en el que advierten sobre el daño que provoca el humo en las personas. El documento concluye que el humo puede lastimar los ojos, irritar el aparato respiratorio y agravar las enfermedades cardiacas y pulmonares crónicas

Los profesionales explican que el humo de los incendios forestales "está compuesto por una mezcla de gases y partículas emanados por la vegetación, los materiales de construcción y otros al quemarse". Por ello, resalta que si hay una cantidad importante de humo en el aire, hasta las personas sanas pueden ver efectos negativos inmediatos en su salud.

Algunos de ellos son:
Tos
Dificultad para respirar normalmente
Ardor en los ojos
Irritación en la garganta
Moqueo

Irritación de los senos paranasales
Sibilancias y dificultad para respirar
Dolor de pecho
Dolores de cabeza
Ataques de asma
Cansancio
Latidos cardiacos acelerados

Asimismo, detalla que las personas con más probabilidades de enfermarse si respiran el humo de un incendio forestal son los adultos mayores, las mujeres embarazadas, los niños y las personas con afecciones respiratorias y cardiacas prexistentes.

La exposición, cada vez más seguida

Un estudio del Journal of the American Heart Association, publicado en la revista National Geographic, expresa  preocupación porque la exposición al humo, que antes era inusual, hoy sucede cada año en Estados Unidos".

Lo mismo pasa en Bolivia, donde, en la época de primavera, los incendios se descontrolan ante la falta de lluvia y la fuerza de los vientos. 

Sarah Henderson, científica de salud ambiental de la Universidad de Columbia Británica, expresa que este tipo de contaminación del aire “contiene muchos gases, y la composición de esas pequeñas partículas puede ser muy variable, dependiendo de qué se quema y cómo se quema”.

Henderson explica que las pequeñas partículas pueden penetrar en lo profundo de los pulmones de una persona y que el cuerpo responde liberando la misma cantidad de células inmunológicas que necesitaría para atacar un virus. Sin embargo, a diferencia de un virus, el material particulado no se desintegra con esa respuesta inmunológica y provoca una inflamación perdurable.

Esa inflamación afecta los pulmones, los riñones, el hígado y, probablemente, el cerebro”, señala Henderson.

En el mismo estudio, Karol Watson, cardióloga estadounidense, menciona el vínculo entre los altos niveles de contaminación del aire y las enfermedades coronarias.

De igual manera, concluyen que el estrés de las personas expuestas al fuego puede debilitar su sistema inmune.

Empeora el Covid-19

Según los CDC, la exposición al humo de los incendios puede ser un obstáculo para las personas que luchan contra las enfermedades respiratorias como el Covid-19.

“La contaminación del aire más alta está asociada a los efectos respiratorios y las personas son más proclives a tener enfermedades respiratorias”, menciona Hertz-Picciotto. “A tal punto que se compromete el sistema inmune y no puede dar batalla a los virus, la contaminación del aire empeora eso”.

Recomendaciones de los CDC

1.- Si la contaminación es muy alta, es recomendable mantenerse en interiores y allí cuidar que el aire esté limpio. En lo posible, encender el aire acondicionado, pero cerrando la entrada de aire de afuera y manteniendo el filtro limpio para evitar que entre el humo. 

2.- No aumente la contaminación del aire de adentro. Si las concentraciones de humo son altas, no encienda nada que queme como, velas. No pase la aspiradora porque esto mueve las partículas que ya hay en su casa. No fume tabaco ni ningún otro producto ya que con ello aumentará la contaminación del aire.

3.- Si tiene asma u otra enfermedad pulmonar o cardiovascular, tome sus medicamentos y siga el plan para manejar sus problemas respiratorios según le haya indicado el médico. Llame al médico si sus síntomas se agravan.

4.- Los barbijos comunes no son suficientes para proteger del humo. Los N95 brindarán algo de protección cuando se usan adecuadamente. 

5.- Evite exponerse al humo cuando practique actividades recreativas al aire libre. Los incendios forestales y las quemas controladas pueden producir mucho humo. Antes de visitar un parque o un bosque, verifique que no haya ningún incendio o quema.