El autor es cineasta. Reflexiona en este artículo sobre el futuro de las producciones cinematográficas

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23 de enero de 2024, 10:28 AM
23 de enero de 2024, 10:28 AM

Por: Álvaro Mercado Córdova

La producción cinematográfica en América Latina ha sido históricamente un terreno fértil para la expresión cultural y artística adscrita al celuloide, pero también ha enfrentado desafíos únicos, especialmente en naciones como Bolivia. En este artículo, exploraremos las complejidades técnicas y culturales que los cineastas bolivianos han enfrentado a lo largo del tiempo, examinando ejemplos notables de éxito durante la década de 1990 y contrastándolos con desafíos más recientes.

 El éxito en los años 90: ‘Cuestión de Fe’ y el renacer cinematográfico boliviano.

Los años 90 marcaron un hito en la cinematografía boliviana con la aclamada película ‘Cuestión de Fe’, dirigida por Marcos Loayza. Esta obra, estrenada en 1995, logró resonar tanto en el país como a escala internacional. Aborda temas universales con una perspectiva boliviana única. La película no solo destacó por su narrativa sólida y actuaciones magistrales, sino también por superar obstáculos logísticos y presupuestarios que eran comunes en la escena cinematográfica.

‘Cuestión de Fe’ ejemplifica cómo la cinematografía boliviana de los años 90 pudo superar limitaciones técnicas y culturales, alcanzando reconocimiento global. Los cineastas de esa era, incluyendo a Loayza, demostraron que creatividad y pasión podían prevalecer.

Asimismo, ‘Para recibir el canto de los pájaros’ de Jorge Sanjinés y del mismo año, es otra obra maestra, cuyo argumento se centra en el encuentro de dos culturas, narrado a través de un grupo de cineastas que trata de rodar una película sobre la conquista española. Esto le sirve al director para abordar el sometimiento de culturas y pueblos a lo largo de la historia, sin esquivar las aristas ideológicas.

No obstante, Sanjinés tuvo que sortear una serie de obstáculos para hacer posible que este emprendimiento fílmico vea la luz, ya que en la parte económica fue difícil reunir el presupuesto, como en casi todas sus películas, llegando inclusive a endeudarse por ello.

Por otro lado, la ópera prima de Juan Carlos Valdivia: ‘Jonás y la ballena rosada’, basada en la obra literaria con el mismo nombre de Wolfango Montes, es otro ejemplo de cómo es hacer cine y no morir en el intento.

 Los desafíos actuales

Casos de fracaso y la lucha por el espacio cinematográfico

Si bien ha corrido mucha agua bajo el puente y en contraste con los éxitos de los años 90, la escena cinematográfica boliviana contemporánea enfrenta desafíos aún más complejos. Mientras que la tecnología ha avanzado a paso de siete leguas, ofreciendo herramientas más accesibles, las limitaciones presupuestarias y la falta de apoyo institucional persisten de manera tal que hace imposible la realización de cualquier proyecto cinematográfico.

Casos recientes de películas que no lograron el impacto esperado, como ‘Sombras de un Pasado’ (2019), dirigida por Ana Lucía Carrizales, señalan las barreras que aún existen. Factores como la falta de recursos financieros, distribución limitada y la competencia global representan desafíos adicionales para los cineastas bolivianos en la actualidad.

La globalización también ha influido en la percepción cultural de las películas bolivianas, generando la necesidad de equilibrar elementos autóctonos con narrativas que resuenen a nivel internacional. Esta tensión entre lo local y lo global representa un dilema constante para los cineastas contemporáneos en Bolivia.

 Superando barreras

Propuestas para el futuro

Para revitalizar la cinematografía boliviana, es crucial abordar estos desafíos de frente. Se necesita un mayor apoyo financiero y logístico, así como una colaboración más estrecha entre instituciones gubernamentales y la comunidad cinematográfica. Además, la promoción de talento local y la creación de plataformas de distribución más efectivas pueden ayudar a consolidar la presencia del cine boliviano en el escenario global.

Al reflexionar sobre los éxitos del pasado y los desafíos del presente, es evidente que la cinematografía boliviana tiene el potencial de resurgir. Los cineastas contemporáneos deben aprender de la historia y abrazar la innovación, superando las barreras técnicas y culturales para ofrecer al mundo nuevas perspectivas desde la rica diversidad de Bolivia.