El Circo del Sol ve una luz al final de su oscuro túnel económico

El Circo del Sol hizo el malabarismo más difícil de su vida. Negoció con las empresas a las que les debe dinero para seguir en pie. Aceptó venderle la mayoría de sus acciones, no todas, para que le inyecten capitales, bajar sus deudas y que le den un respiro, no solo financiero, sino también para poder programar su retorno al trabajo. Igualmente le aceptaron que su sede administrativa permanezca en Montreal (Canadá).

El mayor acreedor del Circo del Sol, el fondo canadiense Catalyst Capital Group, anunció que la compra se hará por 375 millones de dólares, que pueden aumentar, dependiendo de las últimas negociaciones. También los acreedores y futuros dueños acordaron bajar la deuda de 1.100 millones de dólares a 300 millones.

De esta manera quedan sin efecto las negociaciones que se habían adelantado con la empresa estadounidense TPG , la Chinese Fosun y la Caisse de depot et place de Quebec, informó el diario canadiense Globe and Mail. También está fuera de las negociaciones el empresario millonario Guy Laliberté, exaccionista del Circo del Sol, que estaba dispuesto a comprar nuevamente la empresa.

Hasta el próximo mes se tienen que hacer efectivo los pagos de los compradores, para que el circo se rearme, empiecen los ensayos y planificación del retorno a escena en 2021.

El acuerdo con los acreedores también establece la creación de un fondo para protección económica a los empleados y asegurará pagos adeudados a proveedores y artesanos. 

También empezarán las negociaciones entre los nuevos dueños y la administración del circo, sobre la forma de cómo llevar adelante la empresa, que debe ser eficiente y rentable. 

Esta es una entidad que genera mucho dinero, tiene en escena al mismo tiempo más de 40 espectáculos en todo el mundo. Solo en Las Vegas ponen en escena cinco shows simultáneos en diversos casinos y hoteles, con entradas que cuestan 120 dólares la más barata, llegando hasta los 500 las más costosas.

En quiebra

El famoso Circo del Sol, con 36 años de antigüedad, la mayor compañía teatral del mundo, dio en paso en falso el mes pasado y se declaró en bancarrota por las abultadas deudas que tenía. A ello se sumó el hecho de que suspendió todas sus presentaciones, en ese momento 42 en todo el mundo, por la presencia del coronavirus y la cuarentena que se decretó a escala internacional.

Al declararse en quiebra tuvo que despedir a 3.480 funcionarios, entre artistas de escenas, vestuaristas, maquilladores, técnicos y administrativos, que representan el 95% de su fuerza laboral. Muchos de ellos volverán a trabajar en el circo cuando vuelvan a la normalidad.