Nunca antes una pieza clásica de este género había sido transformada tanto. Aún así mantiene la esencia flamenca

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3 de julio de 2021, 22:00 PM
3 de julio de 2021, 22:00 PM

Pocos podrían imaginarse hace 175 años que la ópera Carmen, creada por los franceses Próspero Merimée y Georges Bizet, un día la llevarían a escena cambiándole el ritmo, dejando parte de su esencia flamenca para convertirse en un show roquero. Está sucediendo en la capital japonesa, en el Nuevo Teatro Nacional de Tokio, donde hasta el viernes 16 se podrá ver este espectáculo, bajo la dirección del japonés Kasushi Ono y la producción del español Álex Ollé.

En su historia, ambientada en la Sevilla de 1820, la gitana Carmen, hermosa, de carácter fuerte y libre en el amor, seduce al cabo José, a quien hace renunciar al grupo militar al que pertenecía para unirse a uno de contrabandistas.



La Carmen roquera que se presenta en Japón mantiene algunos ritmos originales, pero con fuerte acento de la música moderna. De igual manera, el vestuario está inspirado en el original, con toques contemporáneos que le brindan a la obra imágenes singulares, informa el diario Crónica.

Cuando el telón del teatro se abre se puede apreciar un escenario diferente, lleno de andamios y con un juego de luces que transporta a los espectadores al siglo XXI. Los acordes del rock ponen en marcha una coreografía moderna, con movimientos dinámicos, sin dejar de lado la ópera original que tenía pasos de flamenco y presencia frenética de las guitarras andaluzas.



La presencia de Carmen en versión rock ha causado impacto entre el público japonés
, sobre todo en los jóvenes, que gustan de esta adaptación, por encontrarla actual y de gran belleza visual. El director del Teatro Nacional de Tokio dijo que ese es el tipo de show que necesitan presentar para atraer la atención de más espectadores en esta época en la que lo digital desplaza a lo presencial.

Afuera del lugar se puede ver en estos días las filas de personas para ingresar, con la separación del metro y medio que sugiere las medidas de bioseguridad, lo mismo que el uso de barbijos. El teatro solo ha habilitado el 30% de su aforo y en varios sitios existe alcohol para las manos.