La escritora boliviana ganó el premio Ribera del Duero con Ustedes brillan en lo oscuro, obra que reúne seis relatos en los que busca las grietas en lo cotidiano, a través del fantástico, el horror y la ciencia ficción

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25 de marzo de 2022, 7:41 AM
25 de marzo de 2022, 7:41 AM

Los restos de un accidente nuclear, un viaje por la Amazonia boliviana devastada por la extracción del caucho, una cueva en Oaxaca (México), que refleja la inmensidad del tiempo por sobre la vida.

De todos esos matices están provistos los cuentos de Ustedes brillan en lo oscuro, libro de la boliviana Liliana Colanzi con el que resultó la ganadora del VII Premio Ribera del Duero de relatos, dotado con 25.000 euros (aproximadamente, 27.000 dólares).

Es una obra “de gran originalidad y potencia expresiva que construye mundos extraños aunando las claves de ciencia ficción y realismo para llevar a cabo una crítica que nos sitúa ante el desconsuelo y la inquietud de la vida”, de acuerdo con Rosa Montero, Marta Sanz y Cristian Crusat, el jurado de este premio convocado por la editorial española Páginas de Espuma.

 Se trata de uno de los galardones literarios más prestigiosos de las letras en español, que anteriormente fue obtenido por nombres consagrados, como Guadalupe Nettel, Samanta Schweblin y Marcos Giralt Torrente.

En esta ocasión, Ustedes brillan en lo oscuro quedó entre los cinco finalistas junto con Una grieta en la noche, de Laura Baeza, Pombero, de Marina Closs, Un meteorito flamígero, de Pedro Juan Gutiérrez y Todo lo que aprendimos de las películas, de María José Navia.





Sufrir y permanecer

Ustedes brillan en lo oscuro está conformado por seis cuentos unidos en torno a un interés de la autora por abordar el tiempo desde diferentes aspectos, por ejemplo. “Hay un cuento situado en una cueva a lo largo de lo largo de los siglos, porque me interesaba entender el tiempo a una escala humana. Los seres humanos tenemos vidas muy breves, pero el tiempo del planeta es enorme, extenso y fascinante. Entonces, “La ciencia ficción permite que me proyecte como escritora  e imaginar cómo sería el planeta en el futuro”, menciona Colanzi.

Por otro lado, hay un relato ambientado en una colonia que mantiene tradiciones y rechaza el progreso y cualquier influencia externa, en especial aquella que tenga que ver con los avances tecnológicos.

Hay dos cuentos que se refieren a las consecuencias de los deshechos radiactivos en los que Colanzi deja marcada su preocupación sobre el tema, especialmente en el accidente radiológico de Goiania (Brasil), en 1987, en el que dos recolectores de chatarra ingresaron en un hospital abandonado, desmantelaron equipos médicos para tratar el cáncer y vendieron esta chatarra provocando involuntariamente una contaminación con cesio, un material alcalino que tuvo consecuencias terribles a la población.

“Estos cuentos los comencé a escribir en 2017, algunos los tenía listos, pero con la pandemia los volví a leer y los reescribí casi por completo. Todos están situados en América Latina y aunque en algunos casos no nombro lugares específicos son bastantes reconocibles, como el Amazonas boliviano o Oaxaca (México). Mi imaginación ha estado rondando estos lugares de Latinoamérica, especialmente de Bolivia. El paisaje para mi es más que un trasfondo para poner personaje, el paisaje es un elemento activo que tiene una historia, muchas veces olvidada, que me interesa reactivar”, explica la autora.

Colanzi defiende la capacidad que tiene el cuento como género de crear mundos con historias complejas en pocas páginas. “El cuento me lleva a lugares sin salida. Es como esas miniaturas de las que salen muchos elementos, a veces contradictorios, pero que crean un todo. La forma breve es un espacio en el que puedes juntar elementos disímiles y hacerlos dialogar”, asegura.

Aclara que no todos los cuentos del libro son especulativos (ciencia ficción horror o fantástico), sino que también está la cuestión de lo extraño y lo onírico, como elementos que distorsionan lo real.

Al echar una mirada al camino recorrido en estos últimos 12 años, desde Vacaciones permanentes (2010) y Nuestro mundo muerto (2016) hasta Ustedes brillan en lo oscuro, Colanzi admite que hay cuestiones que se repiten en su obra, a pesar de que los modos narrativos que utiliza hoy son diferentes.

“Nuestro mundo muerto se escribió a partir de una vena realista, mientras que gran parte de los cuentos que escribo ahora exploran la ciencia ficción, el horror y el fantástico. Sin embargo, veo que hay cosas que estaban presentes en Vacaciones permanentes que me siguen convocando hasta el día de hoy. Mi primer libro eran historias de jovencitos perdidos y muchos de los personajes de mis cuentos actuales son también adolescentes. Me interesa mucho esta etapa de la vida que es tan intensa y está llena de descubrimientos”, concluye.

La cruceña, ayer en Madrid, atendiendo a los medios en las instalaciones de la editorial Páginas de Espuma