Muchas mujeres deciden tomar las riendas de su vida profesional sin dejar de ser madres

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23 de mayo de 2021, 12:04 PM
23 de mayo de 2021, 12:04 PM

Ser madre en tiempos de teletrabajo no es una cosa sencilla. La pandemia, que nos viene obligando a confinarnos en diversos periodos, ha generado una alteración en el cambio de la rutina en el hogar, que se ha fusionado con la rutina laboral. Y las madres de familia no han sido ajenas a esta realidad.

Muchas de ellas, sabiendo que tenían que teletrabajar y al mismo tiempo cuidar de sus hijos sin, a veces, poder disponer de un apoyo externo, como familiares o niñeras, han encarado ambas tareas con el sacrificio que cuesta. Aunque la responsabilidad las pueda llevar a nadar en ansiedad o experimentar diversas dificultades, estas mujeres han logrado salir airosas y han alcanzado con éxito sus objetivos personales.

A pocos días del 27 de mayo, Día de la Madre, Damary Montero, Andrea Postigo, Fabiola Pérez, Silvia Soruco y Elffy Laruta nos relatan sus vivencias en este tiempo.

Desafíos

Damary es abogada. Cada jornada en su hogar es una experiencia diferente y un aprendizaje constante, desde que se divide entre las obligaciones de su profesión y el tiempo compartido con sus tres hijos; el mayor, que es universitario; el del medio, que está en 2do de secundaria y la menor, que cursa primero de primaria. Todos pasan clases virtuales desde el hogar.

“Normalmente, yo estaba fuera de casa todo el día, así que, desde que comenzó la pandemia, no fue sencillo, al menos, con la menor, porque le tocó en kínder, entonces, necesitaba de más apoyo. No podía dejarla más de 5 minutos sola y esto era toda la mañana, tenía que dividir mi tiempo entre sus clases, las labores de casa y de mi trabajo, fue una etapa muy difícil”, cuenta.

Montero señala como fundamental la ayuda de su familia y la colaboración para mantener el tiempo y el espacio para cada cosa que se precise dentro de la rutina diaria. “Es algo que se logra en equipo”, asegura.

Roles

Andrea Postigo es agente inmobiliario y madre de Lucas Mateo y Federico. Afirma que lo fundamental para poder lograr un equilibrio entre la función de madre y mujer trabajadora ha sido planificar un tiempo personal cada jornada.

“Desde las 5:00 desarrollo una rutina que me permite enfocarme y recargar mis energías día a día, a través de ejercicios, meditación y lectura de libros para lograr un desarrollo personal integral, sentirme personalmente realizada y arrancar un día lleno de desafíos con energía positiva para motivar a mis hijos y lograr mis metas”, menciona.

Eso le ha permitido una serie de ventajas, como la oportunidad de compartir con mayor tranquilidad las comidas principales en familia y, al mismo tiempo, evitar la logística de los traslados de casa al colegio, lo cual alivia el estrés del tráfico.

Por otra parte, ha logrado manejar el estado emocional de sus hijos. “Los niños tienen una capacidad de aprendizaje más grupal, se motivan por el desempeño del compañero y, al ver que otro puede automáticamente, ellos avanzan también. Sin embargo, al estar solos frente a una pantalla, he tenido que manejar y controlar la frustración y el estrés de ellos, al experimentar esos vacíos que tiene la educación virtual, principalmente en el nivel de enseñanza de los primeros años”, concluye Andrea.

Vivencia

Fabiola Pérez califica su vida en este último año como un subidón. Reconoce que no es la única a la que la pandemia ‘agarró en curva’, pero siente que, con ella, el destino tuvo un trato especial.

Antes de la crisis trabajaba en un gimnasio como instructora. Enseñaba zumba durante tres horas, hasta que la situación dio un vuelco total en el sentido laboral y familiar. Hace un año perdió al bebé que llevaba en el vientre durante ocho meses, eso la derrumbó, pero logró levantarse con el apoyo de su esposo y el resto de su familia, especialmente con el cariño de sus dos hijos, Federico y Santiago. “Fueron la fuerza que me ayudó a continuar, son mi motor para seguir de pie”, asegura.

Así logró retornar a sus clases de zumba, esta vez online. Sin embargo, cuando volvieron las clases virtuales de los niños, ahí retornó lo difícil. “Los acompaño todos los días, de 7:30 am a 12:00. La verdad, ha sido un verdadero reto para mí, desde ya, dedicada 100x100 a mi casa, sin niñera y combinando la atención de ambos con mi trabajo”, añade.

Esfuerzo

Silvia Soruco está convencida de que el ser humano descubre sus mayores habilidades ante sus mayores necesidades. Así lo pudo comprobar cuando llegó a buscar mejores días para ella y sus dos hijas en Estados Unidos, luego de un largo periodo ejerciendo funciones laborales fuera de casa, como profesional.

“Ante la necesidad de encontrarme en un país extraño, lejos de mi familia, con situaciones económicas nuevas y al no poder seguir ejerciendo mi profesión, decidí reinventarme”, señala.

Y fueron estas necesidades las que la llevaron a descubrir que cocinar, una de sus pasiones, podía convertirse en una fuente de ingreso económico, a la vez que funcionaba como una terapia de reconocimiento de su nueva vida en un país lejano.

“Desde que fui madre, hace 23 años, he pasado tiempos trabajando fuera de casa, pero también he tenido la oportunidad de cuidar de mis hijas 24/7. Eso me ha permitido una mejor convivencia con ambas, participar en su desarrollo emocional y físico. Desde que comenzó la pandemia, he podido participar en el desarrollo pedagógico de mi segunda hija, Fabianita que cumplirá 18 años, pero tiene capacidades diferentes. Es algo que disfruto mucho”, añade Silvia

Con ganas

Antes de esta nueva realidad, la jornada de Elffy Laruta era comer rápido e irse al trabajo, mientras su hijo Gabriel iba al colegio. Desde hace más de un año acompaña al niño en sus tareas y clases, mientras comprueba con satisfacción que él también puede desempeñarse de forma independiente.

“El año pasado costó adaptarse, pero, actualmente, tanto las madres, como los hijos nos hemos acostumbrado a trabajar juntos. Todo es parte de un aprendizaje diario, que al principio puede ser traumático, pero con ganas de triunfar todo se puede lograr”, agrega la mujer, que trabaja como agente inmobiliaria.


Fabiola Pérez

Fabiola Pérez siente que el destino tuvo un trato especial con ella. Aprendió a dividir su tiempo entre las clases de zumba que dicta de manera online y el horario escolar de sus hijos Federico y Santiago. “Con Fede, de 6 años, sobre todo ha sido una etapa difícil, porque me tocó ser profesora también”, comenta.

“Somos madres y, como tal, debemos ser fuertes, porque somos el sostén de la familia, no podemos rendirnos, aunque parezca que todo se está viniendo para abajo, ya vendrán días mejores”, agrega.


ANDREA POSTIGO

Incentiva a sus hijos Lucas Mateo (9) y Federico (5) a mantener el desarrollo de las actividades físicas y deportivas, que los ayuden a liberar el estrés de las tareas, a la vez que ella se libera de la carga adicional que conlleva ser madre y ‘profesora’ en casa. “Así se logra el equilibrio emocional en esta coyuntura que estamos pasando”, asegura.


DAMARY MONTERO

Valora, fundamentalmente, el apoyo de su familia en estos momentos tan necesarios. “La colaboración para mantener el tiempo y el espacio para cada cosa, es algo que se logra en equipo. Debemos valorar cada instante que compartimos y darles calidad de tiempo a nuestros hijos, como también a nuestra pareja, cuidarnos los unos a los otros y mantener la familia unida”, expresa.


ELFFY LARUTA

Elffy planifica su jornada desde el día anterior y la inicia desde temprano para poder dedicarse a su pequeño Gabriel, de 8 años. Así logra tener las tareas asignadas y las horas distribuidas para combinarlas con su trabajo, que incluye labores desde la casa, como también algunas salidas necesarias para cumplir con sus obligaciones empresariales. "Costó adaptarse, pero lo logramos”, asegura.


SILVIA SORUCO

Quedarse en casa le permitió a Silvia estar más cerca de sus dos hijas y descubrir habilidades y capacidades que desconocía, como atreverse a hacer pan y todo tipo de postres, no solo para consumo personal, sino como un negocio con el que aporta a la economía familiar. “Estoy agradecida con Dios por poder ser mamá y emprendedora, sin desatender ninguna de estas áreas tan importantes en la vida de una mujer”, señala.