Cuesta entender el porqué de muchas cosas que suceden en la vida diaria. Las emociones se convierten en un torbellino difícil de controlar. La atención plena permite recuperar el control con técnicas orientales y el refuerzo de la sicología moderna

29 de abril de 2020, 13:54 PM
29 de abril de 2020, 13:54 PM

Mindfulness. Es un término inglés que se asume como parte de un comportamiento cultural. No se hace el esfuerzo de traducirlo, de adaptarlo al castellano. Parece, al igual que muchas otras palabras, que su pronunciación acarrea un cúmulo de beneficios intrínsecos que de otra manera perdería. Atención plena o mindfulness más que una palabra, una forma de comprender el presente.

Los postulados del mindfulness proponen tomar conciencia de la vida en el presente, en las circunstancias actuales, sin presiones por el pasado o el futuro. Supone una forma de experimentar las situaciones con consciencia plena de las mismas, asumiendo el control y la proyección de cada acto. En estos momentos de cuarentena, de poco sirve afligirse por lo que pasará más adelante. Mucho menos productivo resulta criticar y reclamar lo que se dejó de hacer días atrás. Lo importante es vivir con plenitud cada uno de los días, ser responsable cada jornada con las actividades comprometidas: deporte, cocina, lectura, trabajo, relación familiar. Es momento de priorizar y aprovechar esos espacios para disfrutarlos en un entorno de convivencia.

Esta forma de ver la vida integra rasgos de las filosofías orientales propios de la naturaleza humana como el control de la respiración o la meditación personal. El mindfulness también integra aspectos de la sicología moderna para combatir el estrés, recuperar el autocontrol y mejorar el bienestar general.

Úrsula Calvo preside la Asociación Española de Instructores de Meditación y Minfulness. En conversación con el portal español CuidatePlus revela que “nuestros estados de ánimo y pensamientos a menudo nos atrapan más de lo que nos imaginamos y cuando somos testigos de ello, nos percatamos que todas esas etiquetas difieren enormemente de lo que realmente somos”. Calvo plantea el autocontrol como "un viaje para recuperar la esencia personal y cultivar actitudes determinadas que surjan como algo automático; de esta forma disfrutaríamos plenamente el viaje y nos aseguramos no tirar la toalla cunado las dificultades se presenten”.

Como portavoz de la asociación española de Mindfulness, la profesional recomienda siete pasos para completar el viaje o la recuperación del control.

Mente de principiante

Cada momento tiene un valor único e irrepetible. Es frecuente que se trate de valorar cada momento y, en este juicio, se compara el presente con otras experiencias pasadas. En esa situación, se perdió la oportunidad de disfrutar a plenitud. Úrsula Calvo invita a que “se perciba cada instante desde una mirada limpia, sin condicionantes”. En el trabajo, en la familia, con los amigos, trate de dejar afuera las experiencias pasadas y vivir el momento libre de prejuicios.

No juzgar

“Esto es bueno”, “no me gusta”, “cuidado con eso” son juicios que la mente emite de forma constante. Son filtros que impiden ver la realidad tal y como es. Los juicios, casi siempre, llegan antes a la mente que la realidad observada. El fundador del Mindfulness, Jon Kabat-Zinn, lo definía como “la conciencia que surge prestando atención deliberada y sin juzgar al momento presente”. En otras palabras, una invitación a vivir la vida sin las etiquetas preliminares a disfrutar las experiencias presentes reconociéndolas y comprendiéndolas en su plenitud.

Aceptación

Un dilema moderno debate entre lo que es y lo que queremos que sea. Una diferencia marcada por la aceptación, muy distante de la resignación. Para proyectar el futuro se debe partir de la aceptación de un presente realista. “No podemos cambiar lo que es – explica Calvo – pero sí podemos determinar cómo queremos que ese presente influya en nuestra experiencia”.

Dejar ir

La sicología insiste mucho en la virtud del desapego. Dejar ir supone liberarse del deseo propio que tiende a teñir las situaciones desde una mirada preconcebida. Dejar ir supone el primer paso a la liberación. Una forma de visualizar esta actitud se explica con la respiración. Para poder inhalar, es necesario exhalar primero. Sin liberar el aire, no se puede sentir el nuevo aire.

Confianza

La sociedad moderna es una escuela permanente de desconfianza. La vida plena reclama la confianza en uno mismo, de la misma forma que se confía en el funcionamiento del corazón humano o en la precisión de un auto en su arranque. La confianza enseña a las personas a superar los fracasos y convertirlos en maravillosas oportunidades de superación.

Paciencia

Ir al cine para disfrutar la película y estar pendiente del teléfono. No es la mejor experiencia que se puede contar. Calvo recuerda que cada actividad se desarrolla a su ritmo y si se acepta ser parte de una, hay que ser consciente de sus etapas, de su desarrollo y de su disfrute. De nada sirve apurarse o desear que el tiempo se acelere. No va a pasar. Lo único que se conseguirá será desaprovechar la experiencia.

No forzar

Sentir y disfrutar el presente sin necesidad de apremiar para que las cosas sucedan. Permite vivir las experiencias en plenitud, con los sentidos activados y las emociones dispuestas a sorprenderse. Vivir el momento sin cortapisas, sin prejuicios ni expectativas creadas.