Michael Lonsdale obtuvo más de 200 papeles durante una carrera de seis décadas. Brilló tanto en el teatro como en el cine y fue dirigido por Buñuel, Duras, Welles, Costa-Gavras y Spielberg, entre otros

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21 de septiembre de 2020, 15:19 PM
21 de septiembre de 2020, 15:19 PM

Actor excéntrico y sofisticado Michael Lonsdale, falleció este lunes 21 de septiembre en París a los 89 años de edad. Su agente, Olivier Loiseau, dijo que había muerto en su casa.

 “Ofreció al cine francés, de los últimos cincuenta años, una de sus presencias más significativas, más fascinantes y esquivas. Recordamos su silueta alta, ligeramente arqueada, plantada como un signo de interrogación, su rostro de papada hundida, pero sobre todo, quizás, su voz sinuosa y chisporroteante, infinitamente flexible y capaz de volar en ráfagas atronadoras”, comenta hoy el crítico de cine y periodista del diario francés Le Monde, Mathieu Macheret.

“Esa labilidad corporal y emocional es precisamente lo que le permitió pasar de un papel a otro sin dejar de ser él mismo, como todos los grandes actores. Acostumbrado a esos destacados papeles secundarios que se roban el espectáculo desde el inicio por su fuerza graciosa en las películas de Luis Buñuel, Jean-Pierre Mocky, Marguerite Duras, François Truffaut u Orson Welles, pero Lonsdale fue sobre todo un hombre de teatro. Un actor experimentado que interpretó papeles bajo la dirección de Claude Régy, Peter Brook o Jean-Marie Serreau”, explica Macheret.

Lonsdale nació el 24 de mayo de 1931. Su madre era francesa y su padre un militar británico. El niño, que derivará su bilingüismo de su doble nacionalidad, creció en la isla de Jersey, donde sus padres tenían un hotel, luego unos años en Londres, antes de llegar, en 1939, a Marruecos, donde su padre tomó un empleo de representante de fertilizantes químicos. Allí vivió diez años y primero se sintió atraído por la pintura y luego por el teatro. Es por eso que se inscribió en clases de actuación en los años 50 y comenzó una larga carrera teatral.

A la par de su carrera en los escenarios teatrales inició una destacada participación en filme de directores de prestigio. Su bilingüismo le permitió trabajar indistintamente en películas francesas o en las de lengua inglesa, lo que sin duda ayudó a impulsar su carrera. 

Con Orson Welles actuó en El Proceso, donde interpretó a un sacerdote en la adaptación de la novela de Franz Kafka. Sin embargo, el público lo recuerda más por sus intervenciones en famosas películas como “Moonraker”, de la saga de James Bond (donde interpretaba al villano Hugo Drax), “El nombre de la rosa”, de Jean-Jacques Annaud, “¿Arde París?”, de René Clement, “El fantasma de la libertad”, de Buñuel, “Munich”, de Spielberg,  “Los fantasmas de Goya”, de Milos Forman, o “Baisers Volés” de François Truffaut.

“Michael Lonsdale seguirá siendo para siempre este comediante extraterrestre, este actor de otro lugar que parecía encarnar una cierta condición humana mientras la miraba desde fuera, como si realmente no le perteneciera. Y este es sin duda el verdadero secreto de su genialidad”, sostiene Macheret.