El músico cruceño se presenta este 29 y 30 de junio y el 1 y 2 de julio, con un repertorio de grandes piezas de rock que interpretará en la Casa de Cultura

29 de junio de 2023, 8:08 AM
29 de junio de 2023, 8:08 AM


Para Piraí Vaca el rock siempre fue su alimento y en su actual gira ha quedado demostrado que cuando interpreta una pieza de este género, una energía imparable recorre su cuerpo y dibuja en su cara la certeza de vivir un sueño del que no quiere despertar.

Aplaudido y admirado en sus últimas presentaciones en todo el país, presenta en Santa Cruz su gira Lado B, rock en la sangredesde hoy hasta el domingo 1 de julio. 

El irreverente espectáculo, que se llevará a cabo esos días a las 20:30 en la Casa de la Cultura Raúl Otero Reiche, se lleva a escena con arreglos complejos y tres guitarras: una clásica y dos electroacústicas; este último instrumento fue todo un reto para el músico, pero le cambió “la manera de pensar, hacer y sentir”, confesó a EL DEBER en esta entrevista.

¿Cómo se animó a interpretar de pie una guitarra electroacústica con cuerdas de metal?
Contrariamente a lo que se pueda pensar, mi nexo con el rock es extremadamente fuerte. Viene desde que tuve conciencia de la música. Es un acercamiento que estaba implícito en mi vida y también quise continuar con lo que fue Rock en la sangre , mi concierto del año pasado, pero esta vez hablando un lenguaje más cercano al rock que se refleja en las cuerdas de metal y tocar de pie. Ha sido la aventura más grande en mis últimos 20 años de vida, que empezó hace algunos meses cuando me dije “quiero hacer esto y de esta manera”. Sin medir las consecuencias me zambullí en una guitarra electroacústica.

¿Del repertorio cuál fue la pieza musical que más le costó lograr?
Las ocho canciones me costaron muchísimo. Empiezo con
The Scientist de Coldplay, que tiene una afinación muy extraña en la guitarra. Para Nothing Else Matters de Metallica tuve que enfrentarme a un proceso largo y entender la estructura de la canción y hacer el arreglo para que vaya de a poco subiendo a un gran clima y que luego caiga. Luego Bohemian Rhapsody de Queen me llevó meses arreglarlo para guitarra y ser capaz de tocarla. Es una pieza endiabladamente difícil. La pieza Stairway To Heaven de Led Zeppelin es sin lugar a dudas la más difícil técnicamente para las manos y para interpretar. También tenemos Phoenix Rising de Annihilator, que no es famosa pero termina siendo de la más aplaudidas porque lleva mucho del espíritu rockero y por último Hotel California; me costó mucho estructurar su arreglo pero se convirtió en la pieza más efervescente.

Uno de sus sueños es crear un grupo de metal progresivo ¿Es solo un deseo o ya está planificando cómo?
Mi sueño es componer y la voz que usaría para hacerlo sería la del metal progresivo. Eso significa música con ritmos complejos y armonía. Si bien la simplicidad tiene una belleza incomparable y yo apunto a ello, tengo una mente a la que le gustan las complejidades y los detalles en su máxima expresión.
Creo que el metal progresivo es la voz adecuada para lo que quiero decir. Es un deseo al que me voy acercando casi sin darme cuenta; ya estoy tocando rock con una guitarra con cuerdas de metal.

¿Cómo describe la diferencia entre tocar una guitarra acústica y una electroacústica?
Las electroacústicas, de otra personalidad, son más sonoras, abiertas y fuertes; la clásica es más íntima y dulce, de otro tipo de belleza. Las dos se complementan.

Hemos desarrollado las dos electroacústicas con Exomad (empresa boliviana que diseña guitarras). Son guitarras hechas en Santa Cruz, construidas con la mejor madera boliviana y con mi oído. Ayudé a refinar el sonido y hemos creado diez guitarras de la línea Piraí Vaca.

¿Cómo resumiría estos 33 años de carrera musical?
Fue la introducción a lo realmente importante que recién viene. Siento que empiezo a utilizar toda la potencia creativa con la que vine a este mundo y a entender la música. No seré injusto conmigo mismo, me siento feliz de vivir exclusivamente de tocar la guitarra en cuatros continentes. Para mí es la fascinación del momento y por eso el futuro siempre es más brillante.

¿Cuál fue el reto más grande?
Este concierto y haber tocado la guitarra electroacústica. En esta oportunidad he hecho composiciones basadas en músicas de otros.
El reto más grande fue superar mis propias limitaciones, que han sido el obstáculo más grande. Nada sustituye el tiempo y la experiencia.

¿Qué proyectos se vienen?
Es un proyecto extraordinario. Mi próxima gira por Bolivia estará dedicada a Gladys Moreno.
Estamos creando una obra junto a Marcos Malavia en la que voy a tocar a dúo y conversar con Gladys Moreno. Será una obra musical teatral, que estoy seguro será una belleza.