Encubren una expresión violenta y de menosprecio hacia la mujer. Socialmente se ha tratado de minimizar su impacto en la mujer en vez de apuntalar una cultura del respeto

4 de diciembre de 2023, 16:20 PM
4 de diciembre de 2023, 16:20 PM

En los últimos tiempos, la violencia contra la mujer ha encontrado una vía de expresión aparentemente inofensiva: “los piropos”. Pasaron de considerarse halagos o muestras de admiración, a esconder un trasfondo de agresión que afecta la seguridad y bienestar de las mujeres en espacios públicos.

Esta forma de expresión, que suele tener lugar en la vía pública, transportes públicos o entornos laborales, contribuye a la normalización de la cultura del acoso y la violencia de género.

El mes pasado en Santa Cruz, una joven denunció que fue acosada en la calle mientras conducía su moto y su agresor que también iba motorizado, incluso la atropelló después de que ella le pidió que deje de decirle obscenidades, provocándole múltiples heridas.

Nataly Aragón, psicóloga y docente de la Universidad Privada Domingo Savio (UPDS) considera muy importante abordar el tema del piropo desde la perspectiva de la violencia y los estereotipos de género. Resalta que, lamentablemente, este tipo de violencia está normalizada en la sociedad boliviana.

Para la especialista, la sociedad se ha acostumbrado a tolerar lo que no se debe tolerar y se obliga a aceptar palabras desagradables e incómodas optando por el silencio.

Aragón advierte que el piropo necesita ser considerado como una forma de violencia encubierta por el contenido obsceno de tipo sexual que son instrumento de violencia. Con frecuencia sucede cuando un varón o mujer, desde lo social o el estereotipo, ve al otro como un objeto. Además, el piropo es encubierto por no ser visible, ya que representa en palabras un deseo o necesidad que solo incomoda y atemoriza a la víctima.

Debido a que el piropo encubre la violencia en palabras, sin importar que eso puede dañar la integridad del otro. El piropeador trata de mostrarse fuerte y se espera del otro que sea tolerante y ofrezca su silencio; “ambos comportamientos son roles sociales que practicamos y que pensamos que estamos obligados a hacer o soportar para pertenecer o mantenerme en un grupo social", detalla.

Aragón complementa su postura al señalar que "el agredido no debe alzar la voz, ni expresar su rechazo ante estas manifestaciones, ya que será señalado como exagerado o ridiculizado”.

Es importante saber que las palabras tienen el poder de transformar o destruir al otro; “desde esta perspectiva los posibles efectos psicológicos en la persona que recibe piropos violentos, dependerá de la autoestima de la persona, pero si no, el piropo podría confirmar una creencia negativa que debilite más la autoestima”, explica la profesional.

¿Qué dicen las leyes?

Para Aragón el piropo es una violencia no visible. La misma opinión expresa el abogado Fernando Cordero sobre las leyes vigentes y cómo se aplican. Estos piropos pueden ser tipificados como acoso sexual, siempre que exista una posición jerárquica o de poder de cualquier índole. 

"Pero si se trata de dos desconocidos en la calle y sin la presencia de un testigo o pruebas, no habría delito”, señala Cordero. 

Otra alternativa que propone el abogado es que un caso como este se tipifique como un insulto y otras agresiones verbales por motivos racistas o discriminatorios, pero de igual manera se necesitarían las pruebas suficientes como para que un juez interprete un “piropo” violento como delito.

Concienciación

Ante este panorama, Aragón apunta a la toma de conciencia. “Trabajar en este proceso tiene una importante base ya que promueve el cambio y el desarrollo de las personas”, completa. 

Las instituciones educativas deben abordar el problema de los piropos desde una edad temprana. “Si se trabaja en el respeto y en la construcción de valores desde temprana edad sería la solución a reducir todo tipo de violencia” asegura.

Con el objetivo de hacer prevención de la violencia hacia las mujeres, Jóvenes EduActivistas lideran el proyecto Vida Sin Violencia. Uno de sus programas tiene el propósito de concientizar y sensibilizar sobre los piropos y hacer entender que es un tipo de violencia encubierta. “Existe la necesidad de sensibilizar a la población para tener una ciudad segura y libre de acoso” finaliza Aragón.