El 14 de febrero de 1825 José Manuel Mercado, el ‘Colorao’, tomaba la plaza de Santa Cruz de la Sierra, declarando la independencia cruceña, un acontecimiento fundamental en la gesta emancipadora latinoamericana, que llegaba a su fin tras 15 años de lucha.

El Deber logo
14 de febrero de 2023, 7:00 AM
14 de febrero de 2023, 7:00 AM

La Guerra de Independencia de las colonias españolas en América fue un proceso largo y complejo, la emancipación fue el resultado de una serie de condiciones que se dieron en las tierras americanas en los últimos años del siglo XVIII. La Audiencia de Charcas y la Provincia de Santa Cruz de la Sierra no estaba fuera de ese contexto.

La historiadora Paula Peña Hasbún señala que, desde la gesta libertaria, que se inició en Santa Cruz de la Sierra con el cabildo del 24 de septiembre de 1810 hasta el 14 de febrero de 1825, Santa Cruz pasó por distintos gobiernos patriotas y realistas, entre los que sobresale el gobierno de Ignacio Warnes y, el último, que fue el más largo, el de Francisco Javier Aguilera, que, después de la derrota del Pari, de 1816, tomó la capital y estableció el mandato, que mantuvo hasta febrero de 1825.

Con la derrota del Virrey Laserna, el Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, intentó negociar con los realistas Olañeta y con Aguilera. Olañeta se mantuvo en su posición hasta su muerte en la batalla de Tumusla de abril de 1825. Mientras tanto otros realistas abrazaron la causa de la Independencia, el 14 de enero Cochabamba; el 12 de febrero, Vallegrande y el 14 de febrero, Santa Cruz de la Sierra.

“Las batallas de 1824, de Junín y de Ayacucho, permitieron un avance importante del ejército libertador. La salida de Aguilera hará que en Vallegrande se proclame la independencia. Con esa noticia se la va a proclamar en Santa Cruz de la Sierra, luego en Moxos, Chiquitos y Cordillera, que ya estaba liderada por el Colorao Mercado, que, al tomar Santa Cruz, proclama la independencia”, indica Peña.

El escritor e investigador Nino Gandarilla Guardia sostiene que Santa Cruz sufrió, mínimo, unas 4.000 bajas en ese proceso de la Independencia entre septiembre de 1810 y febrero de 1825. “El jefe patriota es Mercado, un hombre invicto, que nunca perdió una batalla. Cuando Aguilera se queda sin ejército los realistas se dividen entre los absolutistas y los constitucionalistas. Por eso es que pierde España, porque Fernando VII, luego de ser liberado por Napoleón, se vuelve absolutista. Entonces, como Aguilera no tenía ejército para ayudar a los absolutistas, pide ayuda a Mercado. Al no lograr un acuerdo, Aguilera sale de Santa Cruz de la Sierra y se marcha a negociar con el Mariscal de Ayacucho, mientras tanto, las tropas patriotas del Colorao Mercado tomaron la plaza de Santa Cruz de la Sierra, proclamando la Independencia de toda la provincia”, apunta Gandarilla.

El investigador histórico Bismark Cuéllar afirma que “fueron 15 años de lucha en los que los ejércitos se enfrentaron al Ejército español en cruentas batallas, como las desarrolladas en los campos de Florida, en 1814; Santa Bárbara, en 1815 y el Pari, en 1816, las tres con miles de muertos”.

“El acta de independencia de Santa Cruz, firmada el 15 de febrero de 1825, fue escrita con sangre cruceña, sangre de los combatientes que vinieron desde los cuatro puntos cardinales de la región. Todo ellos con el mismo espíritu fuerte, combativo y libertario, que caracteriza al hombre de esta tierra”, dice Cuéllar.

Gandarilla menciona que, luego de esta independencia, “el Mariscal Antonio José de Sucre invade Santa Cruz con sus tropas de Colombia para hacer prevalecer el decreto del 9 de febrero de 1825 (un documento que llama a decidir sobre la suerte y los destinos de las provincias altoperuanas La Paz, Cochabamba, Potosí, Chuquisaca y Santa Cruz)”.

Peña menciona que el Cabildo local nombra a Juan Manuel Arias como gobernador de la provincia, sin embargo, el 5 de marzo, después de las negociaciones con Aguilera, Sucre nombre nombra a José Videla Castillo para gobernar en Santa Cruz, lo hace entre marzo y diciembre de 1825.

“A pesar del logro alcanzado, no van a ser tiempos fáciles. La Gobernación de Santa Cruz de la Sierra corre peligros y uno de ellos era la expansión del imperio de Brasil. No hubo una pacificación inmediata, había que deponer las armas, entregar el poder, son tiempos de movimientos”, agrega la historiadora.

Monumento al Colorao Mercado


Asamblea Deliberante

Lo que sigue a los acontecimientos de febrero son tiempos de reordenamiento, de transición de la Colonia a una nueva forma estatal, que tendrá como fecha trascendental el 6 de agosto de 1825.

“El decreto de Sucre obliga a enviar representantes a la Asamblea Deliberante de Charcas, que tenía que tener los permisos del Congreso peruano y el Congreso argentino, que en ese entonces se llamaban las Provincias Unidas del Río de la Plata. Ambos dan la libertad a esta provincia para que decida su destino. En el caso cruceño, Antonio Vicente Seoane y Vicente Caballero son los dos diputados que asisten de los cinco representantes de territorios que deberían asistir. Seoane va por Santa Cruz y Caballero por la provincia de Vallegrande. En Cordillera no se eligió ese representante. El de Chiquitos llega avanzado el mes de agosto, y el de Moxos, el presbítero Cortez, tendrá problemas para salir”, explica Peña.  


El brigadier Francisco Xavier Aguilera


Seoane y Caballero

El papel de Seoane y Caballero en la Asamblea Deliberante ha sido objeto de una serie de cuestionamientos por parte de diversos autores e investigadores de la historia nacional, varios de ellos, incluso, los señalan de ser traidores a la causa cruceña, porque propiciaron que Santa Cruz se uniera a Bolivia, cuando pudo haber tenido otro destino.

Peña no está de acuerdo con esos cuestionamientos, los cuales considera que carecen de fundamentos para que se pueda dejar por sentada una supuesta traición.

“¿Traidores con respecto a qué o a quiénes? Ambos eran abogados, que llevaron 21 instrucciones redactadas por la ilustre municipalidad de Santa Cruz de la Sierra. Y se la dan como base para que puedan debatir ante la asamblea”.

 “Hay que entender el contexto. En ese momento había muchos intereses en este territorio, que todavía no era un país. Estaban los intereses de los colombianos, de los peruanos, de los brasileños, de las Provincias Unidas del Río de la Plata y también hay intereses locales. Pero ese argumento de que Seoane y Caballero son traidores por qué sí, no tiene fundamentos”, subraya Peña.  

Gandarilla Guardia asegura que los elementos principales para entender el contexto, son las credenciales con las que llegan Seoane y Caballero a la Asamblea.

“Cuando Seoane y Caballero llegan a la Asamblea, el acta de la independencia ya estaba redactada, Santa Cruz ya era un territorio elegido militarmente. El Congreso de Buenos Aires autoriza a cuatro provincias ‘altas’ a que definan su libertad, Antonio José de Sucre pone cinco provincias, la quinta era Santa Cruz, que ya la tenía invadida. Santa Cruz tenía un gobierno soberano, que ya había declarado su independencia”, asevera Gandarilla.

Bismark Cuéllar coincide con la postura de Gandarilla y afirma que en Santa Cruz no hubo elección de sus representantes ante la asamblea, “lo que hubo fue una elección ‘a dedo’ a cargo de José Videla Castillo, porque la instrucción era incorporar a Santa Cruz en la nueva República”.  

“Cuando Seoane llega el 6 de agosto, a las 5 de la tarde, ya estaba todo hecho. Entonces hacen una sesión secreta de la asamblea para validar las credenciales de Seoane, pero resulta que eran falsas, porque las instrucciones de Sucre decían que debía haber un comité electoral, debía haber votos. Y el 9 de agosto, llega Caballero con las mismas credenciales falsas”, asegura Cuéllar. “Santa Cruz se rebela y el Ejército se encargó de venir a fusilar a los patriotas. Santa Cruz fue arrastrada para pertenecer a Bolivia”, agrega.

Gandarilla considera que los juicios históricos se los debe emitir cuando se ven los resultados. Aduce que hubo muchos intereses durante varios años para que en Santa Cruz no se conozca esa parte de la historia. “Lamentablemente hasta la década de los años 30 del siglo XX no sabíamos nada de la historia de Santa Cruz, por eso es que, en pleno centro de la ciudad, tenemos calle Bolívar, calle Sucre, calle Murillo. Durante años nos escondieron la historia”, declara el escritor y concluye con una pregunta: “¿Por qué la guarnición militar de San José de Chiquitos se llama Ismael Montes y no se llama José Manuel Baca, ‘Cañoto’, que fue el primer militar cruceño de la república que administró esa región?”


El actor Diego Paesano personifica a José Manuel Baca, ‘Cañoto’, figura de la lucha independentista