El boliviano estrenará su sexto trabajo como director, Buey Rojo Sangre, un thriller sicológico grabado en Tarija, con el respaldo de reconocidos técnicos del extranjero

4 de diciembre de 2022, 8:04 AM
4 de diciembre de 2022, 8:04 AM


Rodrigo Bellott se alista para regresar a las salas de cine con Buey Rojo Sangre, su película número 6 como director y 15, como productor. Después de recorrer festivales internacionales, el thriller sicológico se verá a partir del jueves 8, en todo el país. 

El cineasta boliviano adelanta detalles de la producción en la que trabajó con estrellas del terror, como el guionista Nate Atkins ( S. Darko ) y el compositor Chase Deso (Ozarky The walking dead). Además de mucho suspenso,
Buey Rojo Sangre propone una reflexión sobre la naturaleza, su belleza, dolor y misterios. 

¿Qué ha sido de Bellott?
En octubre de 2020, en la pandemia, me mudé de Ámsterdam a Samaipata y desde entonces vivo en ese hermoso pueblo. Desde el estreno de
Tu me manques
(2019) estuve escribiendo mucho, desarrollando dos series y preparando el estreno de
Buey Rojo Sangre. 

¿A qué dedicaste el tiempo de pandemia?
No paré, estuve promocionando "Tu me manques" en todo el mundo y viendo la manera de distribuirla, a pesar de la pandemia y los cambios en la industria. También me dediqué a preparar el estreno de ‘Buey’ , que estaba lista desde 2020, pero decidimos darle una última reedición aprovechando los tiempos muertos. A pesar de que estuve muy ocupado, también me di tiempo para replantearme muchas cosas al regresar a Bolivia después de vivir en EEUU desde los 17 años.

¿De qué trata ‘ Buey’ ?
La historia tiene como punto catalizador el incendio de Tariquía de 2017, a partir del cual Amancaya (Andrea Camponovo), activista y cofundadora de La Fábrica del Agua, invita a un periodista estadounidense a realizar un reportaje sobre el fuego. Así, Amir (Mazin Akar) llega con el fotógrafo Amat (Kaolin Bass) y se encuentran con un accidente que cobra la vida de un buey en la carretera, y desde ese hecho traumático tienen sueños y visiones que sugieren que uno de ellos está perdiendo la conexión con la realidad y nada ni nadie es lo que parece.

El género del terror es un desafío y más aún el terror sicológico, ¿qué supone para vos?
Mi primera vez con este género fue con "Somos lo que somos" (2014), con la que aprendí como productor sus complejidades y maravillas de la mano del director Jim Mickle. Desde entonces, quería dirigir algo así y esta fue la oportunidad para investigar y jugar como si fuera un estudiante de cine de nuevo. Invité a Nate Atkins, que escribió filmes de terror como

S. Darko y otros de Netflix a ser coguionista y aprender de su experiencia. Fue muy divertido escribir mientras rodábamos y colaborar con los actores hasta el final, como si fuera una obra viva. 

¿Qué toque personal lleva?
Esta película implica muchos retos nuevos, pero sigue siendo un trabajo muy personal y con mi sello, con las cosas que caracterizan mi cine, mis intereses estéticos, políticos y sociales. Fue fenomenal trabajar con Chase Deso, compositor de la música de las series Ozark y The walking dead , y en el tema del sonido, con los genios de Yagán en Chile. Convertir una película bidimensional a una experiencia sensorial de 360 grados fue un aprendizaje muy enriquecedor. 

¿Qué financiamiento tuvo?
Hacer una película así, con tan bajo presupuesto, pero a la vez con mucha libertad y escribiendo mientras creás no comulga con los fondos de fomento que piden una rigurosidad y tiempos muy prolongados, por lo que decidimos hacerla con financiamiento privado e independiente. La idea era hacer algo de bajo presupuesto, pero con la misma calidad de cualquier película, cambiando el proceso de producción. Tuvo el apoyo de empresas privadas, como Casa Real y Viva.

¿Dónde se grabó?
En El rincón de la Victoria, la reserva de Sama y Tarija, aunque también hay locaciones de Nueva York, Ithaca y Callicoon (EEUU).

¿Cuánta gente movilizó?
El equipo en Bolivia nunca tuvo más de 15 personas y en EEUU fue más reducido. Definitivamente, más que un equipo fue una familia creativa de realizadores y cineastas, en la que todos hacíamos de todo. Fue un lujo hacer cine por 16 días de rodaje con Martín Boulocq, Patricio Romay, Pedro Pablo Escobar, Alfredo Román, Gatto Pino, Yasser Cassal, Andrea Camponovo, Mariana Menacho, Sergio Bastani, Gonzalo Quintana y Wálter Pacombia.

¿Es una película para cine, festivales o streaming?
Es una película para verla en sala, pero también para amantes del cine arte y el cine de terror. Creo que las audiencias se han vuelto mucho más educadas y conocedoras de cine con la democratización y accesibilidad de las plataformas online y la gente exige buen cine.

A pesar de las dificultades, el cine nacional continúa creciendo, ¿qué opinas?
El Programa de Intervenciones Urbanas y los fomentos estatales y municipales de 2018 y 2019 facilitaron que haya tantas películas buenas y diversas este año, y es triste ver cómo el boom más grande de la historia del cine de Bolivia no tiene un proyecto de continuidad. Yo llevo más de 20 años de carrera y tuve que reinventarme y buscar maneras de hacer cine como sea. La pandemia también nos obligó a repensar desde la producción, gestión, financiamiento y distribución. Todavía lo estamos haciendo, pero el cine boliviano y el impacto que tuvo internacionalmente este año me augura que está aquí para quedarse y que las cosas no serán igual a futuro. 

¿Qué notás, viviendo aquí?
Veo más gente haciendo cine como puede, desde el corazón, siendo honesta consigo misma y con sus historias. Ya no hay necesidad de encontrar una fórmula homogénea del éxito; los cineastas están triunfando por atreverse a proponer, por ser diferentes. 

¿Cómo ves tu evolución desde Dependencia sexual hasta Buey Rojo Sangre?
Con ‘Buey’ recupero la curiosidad y el juego lúdico que perdés al caer en la trampa de la responsabilidad de hacer las cosas bien. Mis búsquedas permanecen, siguen los espejos, la dualidad, el cuerpo masculino, la emoción a flor de piel, pero la edad me dio seguridad y experiencia para dudar menos y tomar decisiones más rápido.

Ahora, ¿qué género del cine te gustaría explorar?
Me estoy preparando para hacer mi primera película por encargo en Hollywood, un drama sicológico que rodaré entre Nueva York y Pensilvania. Es diferente contar una historia que no es tuya y hablar de una cultura diferente, me obligó a hacer mucha preparación, investigación y aprendizaje.