El músico argentino se presentó la noche del sábado en el salón Sirionó de Fexpocruz y ofreció una selección de sus mayores exitos en más de 40 años de carrera

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19 de marzo de 2023, 12:14 PM
19 de marzo de 2023, 12:14 PM

La nostalgia se apoderó de las miles de almas que acudieron la noche del sábado al salón Sirionó de Fexpocruz, para ser parte del retorno de Miguel Mateos a tierra cruceña.

Luego de las actuaciones de los locales Awake y Tóxico 4, que se encargaron de calentar el ambiente con clásicos de los 80 y 90, el roquero argentino dio inicio a una noche infinita para los fans que lo esperaban con ansias.

Mi sombra en la pared fue el primero de un desfile incesante de éxitos, seleccionados de entre los 18 discos de Mateos, desde la época en que fundó el grupo ZAS hace más de 40 años.







En el escenario lo acompañaba, tocando la batería, su hermano Alejandro, que formó parte del génesis del grupo. También estaba Juan, hijo de Miguel, que, guitarra en mano, completaba el cuadro familiar en la víspera del Día del Padre en Bolivia.

Perdiendo el control, Atado a un sentimiento, Llámame si me necesitas, Donde arde la ciudad y Es tan fácil romper un corazón fueron algunos de los temas que se cantaron a puro pulmón y que tocaron las fibras de la gente, piezas que se convirtieron en emblemas de este héroe del rock en español, que, a sus 69 años, demuestra una vitalidad y energía en escena, que cualquier otro artista podría envidiar.

Luego de un momento para la calma, que incluyó Si tuviéramos alas y Solos en América, volvió la energía y el baile con Obsesión, un tema tan noventero que, a más de uno, trajo de vuelta a la cabeza imágenes de los dancing domingueros o las kermeses de colegio.


El final se veía venir. Las luces se apagaron, la estrella se retiró, pero, a los pocos minutos, volvió a iluminar la noche para complacer a los que pedían a gritos Tirá para arriba.

Los primeros acordes inconfundibles de ese piano y la voz grave del eterno roquero, que decía "yo no busco lo que vos tenés, yo no quiero hacerte ningún test", eran acompañados en cada nota por los presentes. Un himno al rock y al aguante, que lleva cuatro décadas recordándonos que "no hay horas perdidas, no aflojes, mi amor, vos tirá para arriba".


Parecía suficiente para que esas entradas se den por pagadas, pero, faltaba una, archiconocida, pero no menos emocionante. Cuando seas grande y ese riff glorioso de guitarra, un clásico de clásicos ochentero, no dejaba a nadie sentado y se convertía en el cierre perfecto para una noche de nostalgia y rock en español, de la mano de una de sus mayores leyendas: Miguel Mateos.


Awake en concierto



Tóxico 4 deleitó con su música