La comunidad Ahmadia, una de las más abiertas dentro de la fe musulmana, tiene a medio centenar de bolivianos convertidos. Llegó al país en 2011, y erradicar el desconocimiento y los prejuicios sobre esta religión es uno de sus mayores propósitos

21 de agosto de 2023, 8:19 AM
21 de agosto de 2023, 8:19 AM

“Amor para todos, odio para nadie”. Es una frase muy presente en todos los edificios y eventos Ahmadia a lo largo y ancho del planeta.

El lema fue transmitido por Mirza Ghulam Ahmad, fundador y mesías de esta comunidad, una de las más abiertas y flexibles dentro de la fe musulmana, que practica el Islam.

El término islam proviene del árabe “al-islãm”, que significa paz y sumisión a Dios (Alá). Por eso, para los miembros ahmadíes, el prejuicio de que los musulmanes son violentos o terroristas tiene que ver más con desconocimiento y con el volumen alto que adquieren las malas noticias generadas por grupos extremos, que con las buenas nuevas.

En Bolivia, la comunidad Ahmadia está presente desde el año 2011 y ya cuenta con medio centenar de convertidos. Por ahora solo tiene sede en la capital cruceña, en la calle Boquerón, cerca del Parque Urbano, donde recibe a las personas ‘hambrientas’ de aprender más sobre este credo que tiene mayor alcance en Medio Oriente y Europa.

El imám o misionero en Bolivia se llama Attaul Manan, paquistaní de nacimiento y formado en la fe en una universidad musulmana en Canadá, donde se crio desde los diez años.

Para él, llegar a Bolivia es todo un desafío presentar la “verdadera imagen” de la religión del Islam. “No es que haya prejuicios en Bolivia, sino que la gente en general no tiene mucha información sobre el Islam, por eso nosotros queremos dar a la gente la oportunidad de entender la religión de primera mano, porque para muchas personas no es posible viajar a países musulmanes para conocerla”, explicó sobre el propósito de la misión en el país.

Resaltó que, si bien existe libertad de religión en Bolivia, al ser un país predominantemente cristiano, no hay oportunidad de conocer otros credos.

Puso como ejemplo que a veces, cuando las mujeres salen a la calle con sus velos, la gente las mira raro, pero insistió en que no necesariamente se trata de prejuicios, sino que escaso acercamiento con el Islam, y por tanto con la comunidad Ahmadia.

Como parte de las estrategias para difundir más el mensaje y postulados del Islam, en el pasado Attaul y sus compañeros de fe han organizado eventos en Bolivia, algunos de estos reunieron hasta a 80 personas, y también han repartido volantes para invitar a su sede a informarse. Asimismo, los ahmadíes tienen redes sociales y número de WhatsApp disponibles para cualquier tipo de consulta.

Attaul reconoció que, cuando empezó con la misión, se dio el trabajo de visitar al menos cinco universidades para ofrecer charlas a estudiantes de Relaciones Internacionales y carreras afines, con el objetivo de compartir información sobre el Islam y los ahmadíes, pero lamentó que no obtuvo respuesta en ninguna de esas casas de estudios superiores.

Creencias

Dentro de la religión del Islam existen dos grandes ramas, los sunitas y los chiítas.

Los sunitas u ortodoxos son los seguidores de los primeros califas sucesores del profeta Mahoma, y los chiítas, seguidores del yerno de Mahoma

De estas ramas se desprenden más de 70 grupos, y casi todos los grupos están esperando la venida del mesías prometido, según las profecías de Mahoma, fundador del Islam.

Según Attaul, la diferencia principal entre los Ahmadia y los otros musulmanes es que los primeros creen que el mesías prometido ya ha venido al mundo, y que después de su fallecimiento en esa comunidad fue establecido el sistema de califato, mientras que todos los otros musulmanes todavía están esperando por la llegada del mesías prometido.

Asimismo, los ahmadíes no creen que Jesús murió en la cruz, sino que sobrevivió y después hizo la migración hacia India, específicamente a Cachemira. Tampoco creen que fue el hijo de Dios, sino un profeta, e insisten en la unicidad de Dios.

Los ahmadíes consideran que ellos están presentando las enseñanzas originales de la religión del Islam, porque la venida del mesías prometido fue la profecía de Mahoma.

“En esta época los musulmanes van a dejar de seguir las enseñanzas originales de la religión del Islam y entre ellos serán muchos los que van a convertirse en extremistas, y la responsabilidad del mesías prometido será establecer una comunidad que va a practicar las enseñanzas originales, dijo, y además resaltó las diferencias con los grupos extremos.

Según esas “enseñanzas originales”, Attaul dijo que las mujeres tienen derecho a la educación, a trabajar, etc., prácticas que enseñó el profeta Mohamed durante su vida, pero que después de muchos siglos los musulmanes olvidaron.

“El mesías prometido, el fundador de nuestra comunidad, no vino para agregar algo a la religión del Islam, sino para quitar las cosas que otra gente agregó. Entonces, lo que vemos en países del Medio Oriente, como Afganistán, etc., va contra las enseñanzas del Islam”, dijo sobre las acciones violentas.

Sobre el lema “amor para todos, odio para nadie”, Attaul recalcó que es importante entender la diferencia entre religión y Estado, ya muchos problemas en los países de Medio Oriente, como terrorismo y todo tipo de violencia, tiene que ver con los políticos, o con los gobiernos, no con la religión misma.

“Para nosotros, el Islam es una religión de paz, pero muchas veces existe este prejuicio en el mundo en general, que cuando hay problemas que involucran a países musulmanes, siempre culpan al Islam. Esta religión significa paz, pero es la gente la que va contra las enseñanzas. La culpa es de ellos, no de la religión”, insistió.

Sobre todo en Medio Oriente, los ahmadíes son el grupo musulmán más perseguido, pero según Attaul, no los persiguen los musulmanes, sino que se hace a través de los gobiernos, como en Paquistán, Bangladesh, Arabia Saudita, etc.

“No nos permiten hablar abiertamente o predicar en esos países. Han matado a miembros de nuestra comunidad en Paquistán, Burkina Faso, y en Bangladesh”, recordó.

En el caso de Bangladesh, el ataque se dirigió a una de las versiones de la Jalsa Salana, o convención anual de la comunidad Ahmadia, y provocó la muerte de uno de los creyentes. Por esa razón, los ahmadíes evitan realizar este evento, el más grande el mundo para ellos, en países de Medio Oriente, o cualquier otro donde sean víctimas de la persecución.

“En esas naciones, los extremistas tienen el apoyo del Gobierno, y ahí es difícil para nosotros pedir ayuda”, lamentó.

Recientemente, los ahmadíes tuvieron su Jalsa Salana en Londres, sede mundial de esa comunidad. Reunieron a más de 40 mil personas de más de cien países, entre musulmanes, representantes de otros credos y representantes diplomáticos.

Según Attaul, en países occidentales no puede ocurrir la violencia, pero de todos modos aclaró que el quinto califa de los ahmadíes, Hazrat Mirza Masroor Ahmad, siempre está diciendo que nunca responderán a la persecución o a la violencia con más violencia.

“Siempre estamos pidiendo la ayuda de Dios para que podamos avanzar en la fe y salir de la persecución. Nuestra creencia es que, con paciencia, todos los musulmanes aceptarán al mesías prometido, al fundador de nuestra comunidad”, dijo Attaul, e invitó nuevamente a conocerlos para erradicar prejuicios.

DATOS

A diferencia de otros grupos del Islam, las mujeres acceden a educación, trabajos y tienen sus propias formas de organización.

CaridadLa comunidad Ahmadia tiene obra social en todo el mundo, especialmente en países del continente africano, donde trabaja con los grupos más vulnerables.

Fotos: Comunidad Ahmadia
Foto: A la izquierda, el Imam (misionero) de la comunidad Ahmadia en Bolivia, Attaul Manan, junto al quinto califa, su santidad Hazrat Mirza Masrur Ahmad, equivalente al papa de los católicos.

Fotos: Comunidad Ahmadia
Foto: La Comunidad Ahmadia tiene su sede en Santa Cruz de la Sierra, en la calle Boquerón, a media cuadra del Parque Urbano, donde recibe a personas interesadas en conocer más sobre el Islam.