Un manual promovido por la OMS ilustra comportamientos y acciones que aligeran las tensiones. La comunicación fluida y las técnicas de respiración frenan el estrés

23 de junio de 2020, 10:39 AM
23 de junio de 2020, 10:39 AM

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha compartido un manual práctico sobre atención emocional y la salud mental para personas que trabajan en primera línea o que interactúan de manera cotidiana con el Covid-19. Las diversas sugerencias que se recomiendan puedan ser también aplicadas a personas que muestran cuadros de estrés debido al confinamiento.

La cuarentena prolongada que rige en el país y la incertidumbre sobre un futuro que no se aclara está provocando situaciones de angustia en muchas familias. Tras más de 100 días de aislamiento continuados, los psicólogos consideran que es natural sentir situaciones de ansiedad e intranquilidad en un margen de cierto control. “No debemos asustarnos si tenemos sensaciones de miedo”, ratifica la psiquiatra Alexandra Terrazas.

Ante estas situaciones que descontrolan a las personas, Terrazas plantea la relevancia del control emocional para sobrellevar los miedos, “que son reacciones normales cuando enfrentamos la realidad”. Eso sí, no todos logran controlar de la misma manera sus preocupaciones y angustias ante la amenaza de la enfermedad.

Un manual elaborado por el grupo de Referencia del Comité Permanente Interinstitucional (IASC) para la salud mental y el apoyo psicosocial ilustra algunas recomendaciones para contener y apoyar a las personas que padecen angustia grave. El IASC, dependiendo de la OMS, prioriza la necesidad de una comunicación activa y asertiva, basada en datos verificados, como principal criterio de información.

El documento elaborado por especialistas de la salud mental identifica tres niveles de reacciones humanas ante la angustia. En el aspecto emocional, la persona muestra cambios de humor constantes, pero con predominio de situaciones de tristeza o enojo. El comportamiento de la persona también revelará el estado de ánimo decaído cuando no muestre interés ni motivación por actividades cotidianas, evite el contacto con los integrantes de la familia o se manifiesta de manera violenta. 

Finalmente, las reacciones físicas a la angustia se manifestarán con dolores de cabeza, dolor muscular o dificultad para dormir, entre otras dolencias.

Para Terrazas, la comunicación es el principal filtro para contener las emociones. “No permitamos que el distanciamiento físico provoque un distanciamiento emocional”, sentencia. En este sentido, la psiquiatra insiste en la importancia de verbalizar las emociones, además de realizar actividades que vinculen con los miembros de la familia como cantar, bailar, hacer ejercicio o desarrollar alguna labor creativa.

El material compartido por el grupo de Referencia del IASC considera siete pasos para contener a una persona que manifiesta angustia grave:

  • Mantenga la calma cuando hable por la persona y trate de conectar con ella de manera personal. Es bueno convocarle por su nombre de pila, provoca confianza. Además, explicar que las medidas de seguridad, como el barbijo, responden a una necesidad de prevención y no a un temor hacia la persona.
  • Escuche, mejor si es de forma activa, y remarca algunos aspectos que escucha a la otra persona. El lenguaje corporal también aporta en este contexto que busca la confianza. Las miradas, el tono de voz, la postura serán componentes a cuidar para lograr la cooperación. La paciencia será clave en estos momentos que requieren conexión emocional.
  • Comparta un refresco, un libro, una película. Es un gesto que transmite comodidad, cordialidad y, a la vez, indica que la persona no está sola. Si desea compartir información, asegúrese que esta sea veraz y provechosa para la persona.
  • Ayude a la persona a que recupere el control. Un primer paso consiste en la respiración pausada y contenida. Si logra que centre la atención en el ritmo de respiración habrá calmado una parte importante de la sensación de agobio. Paulatinamente, trate que la persona tenga consciencia de dónde se encuentra: el lugar, la situación, el contexto.
  • Comparta información clara y confiable. De esta forma permite que la persona comprenda la situación de una manera más general. En esta etapa, apuntale los mensajes sencillos y con palabras positivas. Compartan inquietudes, pero enfocadas en la vía de las soluciones.
  • Acompañe a la persona para que no se sienta sola o abandonada. Si por alguna circunstancia no puede quedarse, haga el enlace para que otra persona logre la confianza de la persona y pueda sostener la contención emocional.
  • Acuda a un profesional especializado para consultar o para continuar con la atención. Ante estos cuadros de angustia que se pueden dar en la casa, considera que la colaboración de un profesional en psicología será un apoyo para ambas personas.