Cada objeto de la tienda Detalles de Susana tiene una historia detrás y cada espacio derrama buen gusto por su exclusividad. Ella escoge personalmente cada adorno, accesorio y mueble, de cada rincón del mundo que visita

24 de marzo de 2021, 16:52 PM
24 de marzo de 2021, 16:52 PM

Empresaria cruceña muy carismática, poseedora del don de la amabilidad que la hace acreedora de la confianza de sus amigos y clientes, Susana Rojas Amelunge es la propietaria de Detalles de Susana, un espacio de decoración, que más parece una galería de arte, por las exclusividades que posee.

Estudió secretariado ejecutivo y como ella misma afirma, en la ‘universidad de la vida’ fue puliendo sus saberes y habilidades. Es una orgullosa mamá, su familia está conformada por Johanna y Christian.

“Desde muy pequeña, según mis padres, era una niña muy curiosa y soñadora. Me encantaba vender todo lo que podía, incluso las mangas y guayabas, de los árboles de mi casa. Fui creciendo, y ya casada, nos fuimos a vivir a un país asiático, allá fue que despertó mi pasión por la decoración, las cosas hechas a mano y de materiales naturales. Me dedicaba a participar de las ferias internacionales para curiosear que ofrecía el país. Me quedaba sorprendida de las maravillas que exhibían. Fue en ese entonces que decidí comprar de apoco, en cada fabrica y en la bodega de mi casa, iba guardando las cosas hasta llenar un contenedor que mandaba a Santa Cruz a una tienda amiga que las vendía”, cuenta que así nació este emprendimiento.

Detalles de Susana, desde 1997

Pero fue en mayo de 1997, frente a la crisis asiática que la llamo una amiga de Filipinas animándola que fuera a comprar cosas a ese país. Preparó sus maletas y partió, con el sueño de abrir una pequeña tienda, bajo el nombre de Detalles de Susana. Optó por este nombre porque los detalles en una casa hacen una gran diferencia.

Santa Cruz en esa época contaba con pocas tiendas de decoración. Ella se fue con la idea de buscar algo totalmente diferente que no se encontrara en ninguna parte de Sud América.

De ello recuerda, que uno de los primeros contenedores que llegó, era un zoológico lleno de animales de madera tallados y pintados a mano. Eso la volvía loca de amor, por la creatividad al tallar y pintar cada pieza. Es así que inundó las casas cruceñas con muchísimas réplicas de animales que aún conservan. Y nació su tienda en Santa Cruz.

Menos viajes por la pandemia

Actualmente, los programas de viaje con la pandemia han cambiado totalmente. Antes solía viajar de dos veces al año, ahora está tratando de buscar mercados más cerca para poder complacer a sus clientes. Y regularmente visita India, Filipinas, Malasia, Vietnam, Brasil y otros más.

Sus bellas anécdotas

Por supuesto, cada viaje ha sido una ventura que atesora con una gran sonrisa. “Recuerdo porque la veo todos los días en mi casa. Cuando se emitía la novela brasileña El Clon, que fue filmada indistintamente en Marruecos y Brasil. La novela fue un suceso y los clientes venían a la tienda preguntado por los shalls, anillos y bisutería que usaba la famosa Jade en la novela. Me entusiasmé y armé maletas para viajar a Marruecos. Al llegar me encontré con una decoración tremendamente marcada, la cual no iba con el estilo de Santa Cruz. Me fascinaron el tema de los shalls en diferentes texturas y tamaño, los kaftanes, las bisutería y artículos que podía traer como carga aérea. 

Dos días antes de tomar el vuelo de regreso, en una de las calles angostitas de la cuidad (zocos) donde solo entran los animales, se me acerca un señor y me ofrece adornos de marfil, me convence y los adquirí. Me volví loca y lo que debía invertir en muebles lo gasté en esos productos. 

Ya en el aeropuerto me entero que comprar este material tenía pena de cárcel, el regreso a Bolivia fue una tortura con la carga que traía. En cada conexión de vuelo cuando hablaban por el parlante en el aeropuerto, mi corazón se aceleraba pensando que en cualquier momento me iban a llamar por la carga que traía. Llegué a Santa Cruz sin problema. Pero ahora ya no lo volvería hacer, por respeto a los animales en peligro de extinción, hoy soy más cuidadosa”.

Así Susana confiesa que su debilidad son las perlas, en todos los tamaños y colores. Los muebles y biombos de madera que son una mezcla de antiguo y moderno, todos hechos de una madera maciza tipo teka, la mayoría pintados a mano al estilo vintage.

Durante los últimos 18 años ha viajado siempre sola, en compañía de sus libros y de Dios. Estos últimos cinco años, su nuera María Inés, que trabaja en el negocio, la acompaña haciendo un gran esfuerzo, porque sus hijos son pequeños y los viajes no son de una semana, son bastante largos. Ellos son sus herederos, y el legado de buen gusto quedará en las mejores manos.

Excursión. Caminando por las calles de Marruecos en busca de tesoros.

Originarios. Susana en el norte de India, allá encontró ágiles costureras

Adornos. Traídos del sur de Filipinas, un pueblo de musulmanes