Un diario personal que pasó a ser testimonio de la experiencia vivida en un año pandémico

Hay quienes consideran al diario un género literario minoritario; para otros es una forma de literatura que está experimentando un renacimiento a partir de un hecho específico, que nos afectó a todos: la pandemia. El confinamiento impuesto por el Covid-19 ha generado que la escritura íntima y no revelada pase a ser testimonial y, de alguna manera, pública.

Sin duda, los diarios son la escritura de un tiempo particular y Alfonso Cortez así lo refleja en Diario de pandemia (1 de marzo de 2020-1 de marzo de 2021) su sexto libro que presenta este sábado 4 de junio, a las 19:00, en el salón Enrique Finot de la XXIII Feria internacional del Libro de Santa Cruz de la Sierra.

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En casi 500 páginas, Cortez condensa su visión de las cosas y la experiencia vivida en un año redondo, el cual estuvo ineludiblemente marcado por la crisis sanitaria mundial y la consiguiente nueva realidad a la que nos estamos acostumbrando a vivir desde entonces.

Pero la idea el libro no nació como tal desde un inicio. Como regalo de cumpleaños, Alfonso recibió una libreta negra Moleskine, que le pareció una especie de señal para animarse a la tarea de escribir sobre lo acontecido en cada jornada.  

“En un principio, cuando comencé a escribir este diario, la pandemia era una noticia del lejano Oriente, y parecía que nada tenía que ver con nosotros. En pocas semanas, ese inicial registro de mi vida privada pasó a segundo plano, todo estaba contaminado por el virus. En ese momento, lo que estaba escribiendo para que nadie lea, dejó de ser personal e íntimo, y pasó a convertirse en un registro que podía interesar a otros”, menciona Cortez.

El autor advierte que el interés de este diario puede radicar en aquellas pequeñas cosas que no aparecerán en los libros de historia: testimonios de sensaciones y recuerdos de lo vivido; evidencias de esas cotidianidades a las que nadie les dará importancia; textos, más que informativos, narrados a través de los sentidos de quien ha estado atento al paso de este tiempo convulso.

En sus páginas se pueden encontrar desde la noticia más comentada ese día en los medios e información que circulaba en redes sociales hasta la mirada de un hombre que observa desde su ventana un futuro incierto, de la misma forma que lo podía observar cualquiera de nosotros, encerrados en nuestros hogares, en una cuarentena que parecían no tener fin.

Es la idea que quiso plasmar en la portada, con una fotografía que tomó a su nieta Valentina, en la que Cortez imagina las preguntas que parece hacerse la pequeña, de la misma forma que podrían cuestionarse los demás niños que vivieron similar experiencia: ¿Será que, allá en el horizonte, veremos días mejores?”.

“He intentado observar en silencio, tomar nota, concentrarme en lo que veía, leer mucho, escuchar lo que me escribían o contaban, fijarme en lo específico y concreto, recuperar aquello que no aparecerá en documentales o enciclopedias digitales y contar, con espontaneidad y honestidad, lo que solo puede ser contado por quien lo ha vivido”, indica Cortez.

“Yo necesito escribir. Escribir es mi manera de entender el mundo. Al revisar las 365 entradas de este diario, y repasar algunas de las lecturas de libros que forman parte de este testimonio personal, reafirmo lo catártico de este ejercicio: escribir consuela, y leer experiencias compartidas, también”, añade el autor.

Diario de pandemia (1 de marzo de 2020-1 de marzo de 2021), estará disponible durante los días de feria en el stand del Grupo Editorial La Hoguera.

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