Jóvenes activistas incentivan la donación para ayudar a los sectores más urgidos. Canastas familiares, material de bioseguridad o alimentos para animales sirven para aliviar las necesidades que se evidencian en muchos barrios

17 de abril de 2020, 11:22 AM
17 de abril de 2020, 11:22 AM

“Si cada uno da un granito de arena y si se suma más gente, podremos ayudar a muchas más personas”. Laura Rojas conversa con vecinos del Barrio Ambrosio Villarroel mientras prepara una olla común. El llamado no era para ellos, que viven en primera persona la dificultad de abastecerse con alimentos. El pedido de ayuda quiere despertar la solidaridad de la población porque "entre todos lograremos superar esta difícil situación". Luisa Náyar también ha visitado barrios alejados donde el hambre se acumula por doquier. “Me tocó ver familias llorar porque llevaban dos días sin comer y niños que se nutrían con harina y agua”, cuenta.

"Si logramos que el virus de la solidaridad se contagie podremos salir de esta crisis más humanos y más unidos. Hoy no importan los colores y campañas, lo que importa es ayudar", dice la convocatoria que han lanzado estos jóvenes unidos bajo el lema #SinColoresSoloDoná. La campaña solidaria denominada Por la salud y la vida, contra el Coronavirus dispone de los teléfonos 678-98111 y 760-02880 para sumar más apoyo.  

Una decena de activistas, que vienen trabajando desde 2016, vuelve nuevamente a las calles para enlazar esfuerzos que ayuden a los más necesitados. “Lo importante es cuidar a quienes nos cuidan, es llenar de comida los platos vacíos, es ayudar a los que no pueden pedir ayuda”, recalca un video que grabaron y que circula por las redes. 

Héctor Montero integra el grupo desde sus orígenes, cuando se reunieron para defender el voto durante el referéndum de 2016. Ahora, junto con otros jóvenes, usan las redes para organizar la ayuda. En apenas seis días han repartido 300 canastas familiares con alimentos, han impulsado ollas comunes para unas 500 personas, donaron 100 trajes de bioseguridad al Hospital Japonés y otros 100 al San Juan de Dios, realizaron la desinfección de vehículos policiales y de bomberos y enviaron ayuda para refugios de animales. La lista de actividades continúa.

Aprovechan todas las oportunidades para complementar la ayuda con charlas formativas. Los encuentros que mantienen con los vecinos de barrios periféricos se convierten en una oportunidad “para recordar la importancia del lavado de manos, del uso de barbijos y de la distancia social. Hace falta comunicar constantemente las medidas de prevención y la importancia de quedarse en casa”, testimonia Montero.

Al grupo se han unido otros voluntarios que sienten el llamado. Uno de ellos, Zvonko Matkovic gestiona las donaciones para entregar 11.000 panes diarios a instituciones como Davosan o el Comité Cívico Femenino para que los repartan a la población. También coordinan acciones de forma permanente con el Colegio Médico de Santa Cruz y de organizaciones de jóvenes empresarios.

Las redes se han convertido en una herramienta importante de trabajo, a través de ellas lanzan los requerimientos para colaborar y también reciben información de los barrios que presentan urgencias.

Náyar agradece a los empresarios desprendidos que están pendientes para contribuir. “Es mucha la necesidad de la gente”, concluye.