Karin Cuéllar retornó al país después de dos años y medio, y lo hizo en su época favorita, el Festival de Música Barroca y Renacentista Misiones de Chiquitos, del que siempre participó, primero como espectadora, cuando era una niña, y después como música, interpretando el violín. 

Cuéllar volvió esta vez con su propio ensamble, el Ximenez Quartet, conformado por músicos de Estados Unidos, Canadá y Corea del Sur que estudian en la Universidad de Mcgill de Canadá, donde Cuéllar reside actualmente mientras realiza un doctorado en musicología.

Inspiración
“Para mí es muy emocionante traer a mi ensamble y mostrarles la magia que me habló a mí cuando yo me formaba”, comentó Cuéllar ayer, desde Santiago de Chiquitos, donde se presentó con otra agrupación: Música Fiorita. Esta noche cambiará de escenario y se presentará en la capilla Los Huérfanos,en la capital cruceña, a las 19:00. 

“Yo tuve la suerte de que cada dos años vengan a mí los mejores ensambles de música antigua del mundo y poder verlos. Para mí es una suerte de destino que yo haya terminado haciendo música antigua ahora profesionalmente y que haya sido porque el festival me inspiró. Sabemos que en Bolivia las circunstancias o las oportunidades para estudiar música son muy reducidas, mucho más para música antigua. Pero gracias al festival barroco y su inspiración yo llegué a Estados Unidos, después a Londres y ahora a Canadá”, manifestó Cuéllar.

“Estoy compartiendo con músicos de diferentes países y es muy lindo ver cómo ellos se fascinan al ver por primera vez las iglesias jesuíticas. Todo suena tan distinto tocado en estos lugares”, señaló Cuéllar.

El cuarteto fue bautizado como Ximenez, en honor al compositor peruano-boliviano Pedro Ximenez Abrill Tirado (1784-1856), ya que una de las bases para crear este grupo fue la de especializarse en tocar música de compositores que no son muy conocidos, que no son parte del canon europeo. 

“Ximenez Abrill Tirado es uno de los compositores más prolijos del siglo XIX en toda América, pero que no se lo conoce mucho en el exterior. Esa es nuestra misión: hacerlo más conocido fuera y también a otros compositores americanos del siglo XIX”, expuso Cuéllar.

La violinista boliviana explica que Ximenez Abrill, en su ejercicio compositivo, introdujo elementos musicales locales como el yaraví, el bailecito, el gallinacito -que después se denominó el vals peruano-.

Futuro
Por ahora, el futuro de Cuéllar apunta a quedarse en Canadá, donde tiene mucho trabajo. “El cuarteto fue formado en 2019, es un ensamble emergente. A finales de junio vamos a abrir el festival internacional de música barroca de Montreal; también estamos yendo a un festival en otra región de Canadá, y a un festival en San Francisco (EEUU), en julio”.

El doctorado de Cuéllar es en interpretación de la música del siglo XIX en Perú y en Bolivia, que abarca la obra de Pedro Ximenez. “Por ahora mi sueño es vivir tres meses en Bolivia y los siguientes en Canadá”, finalizó la música boliviana.