Cinco organizaciones y fundaciones se proponen llevar alimento a familias necesitadas de todo el país. Junto al apoyo de nutricionistas, han elaborado kits de Bs 100, que proporcionan una alimentación balanceada

16 de abril de 2020, 16:20 PM
16 de abril de 2020, 16:20 PM

“Al mal tiempo, buena cara” reclama el dicho popular. Cinco organizaciones llevan mucho tiempo regalando sonrisas a los más necesitados. Seguramente, no podrán cambiar el tiempo, pero están empeñados en tejer redes solidarias para combatir el hambre. Durante la emergencia sanitaria y ante la dificultad de muchas familias para abastecerse de alimentos, han reforzado su trabajo para abarcar al mayor número posible de familias.

Se han puesto como meta abastecer a 3.000 familias bolivianas necesitadas con kits de alimentación básicos. El apoyo de nutricionistas y chefs, como Ricardo Cortez, han permitido elaborar una lista de productos fundamentales ricos en proteínas y con el valor nutritivo necesario para reforzar las defensas biológicas. En los kits también se incluyen elementos de higiene y limpieza tan necesarios para combatir la pandemia. De acuerdo a las estimaciones de Gabriela Molina, impulsora de la actividad, cada canasta familiar tiene un “costo de Bs 100 y alcanza para que una familia de 4 integrantes pueda alimentarse unos 10 días”.

Yo por Bolivia se ha convertido en un ambicioso plan para cinco organizaciones de carácter social. Olla Comunitaria, Plato Lleno, RED o2, Fundación Techo y Banco de Alimentos Bolivia trabajan con por un mismo objetivo. Ninguna de sus instituciones ha bajado los brazos y continúan atendiendo a hogares, instituciones y personas necesitadas. Entienden que con las medidas de cuarentena se incrementa el número de familias que tienen dificultad para reabastecerse.

Gabriela Molina es la representante de Plato Lleno Bolivia, una fundación que trabaja también en Argentina, Uruguay, Brasil y Costa Rica. En el país, opera desde hace año y medio prestando ayuda a hogares de niños y comedores populares. En estos momentos, los comedores permanecen cerrados y han centrado su ayuda en los hogares de niños. Casi a diario, abastecen a los cinco hogares de la red Don Bosco, Santa Cruz y San Lorenzo, que alimentan a 700 menores cada día.

Los alimentos que entregan los rescatan de restaurantes, supermercados, fábricas y grupos de ayuda. Molina destaca el desprendimiento de las empresas. Por ejemplo, la empresa de comida rápida KFC entregó 900 kg. de pollo y 400 kg. de vegetales y acompañamientos que fueron destinados al centro de rehabilitación Palmasola.

Esteban Gómez colabora en Olla Comunitaria. En estos días repartieron almuerzos a los familiares de pacientes internados en los hospitales. También lograron entregar canastas básicas de alimentos a 350 familias del barrio Arboleda de Fátima y en el Plan Tres Mil.

Gómez considera que todos podemos aportar en estas acciones de solidaridad. “Es una situación difícil. Todos podemos ayudar, compartir nuestro tiempo, donando aportes o incluso apoyando desde las redes, todo suma para que esto se solucione”, expresa.

El Banco de Alimentos de Bolivia funciona en Cochabamba desde hace tres años. Cuenta con la orientación y el respaldo de otras organizaciones similares que trabajan en el exterior. Su presidenta, Nicole Guerrero, cuenta que recogen los alimentos de empresas y restaurantes y los distribuyen de manera sostenible. "Es una logística importante para recuperar los alimentos sobrantes o que se desechan por su presencia defectuosa para la venta, pero que respetan las condiciones para el consumo humano. Nosotros los redistribuimos de manera inmediata en instituciones sociales y hogares”, comenta. Actualmente atienden a 8.500 personas de manera permanente en 10 municipios de Cochabamba.

A pesar de toda la ayuda que gestionan, Guerrero considera que es insuficiente, puesto que en estas circunstancias son muchas las familias que claman por ayuda. Yo Por Bolivia es un llamado a todos para que “hagamos de la solidaridad un acto de valentía y ayuda con los necesitados” comenta Gabriela Molina.