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Abrogación del D.S. 4291 es degradación

28 de noviembre de 2020, 3:00 AM
28 de noviembre de 2020, 3:00 AM

No está en la lógica del Ministro de Defensa entender que los senadores de la anterior gestión de gobierno, incumplieron con sus obligaciones al no emitir una resolución de aprobación de ascenso al grado de general y almirante con el pretexto de ser un tema no prioritario en la agenda del senado nacional, infringiendo el artículo 160.8 de la CPE.

Posteriormente el ministro, manifestó públicamente que el decreto supremo No.4291 del 15 de julio de 2020 de ascensos del gobierno de Jeanine Áñez, es inconstitucional, con lo que deja sin lugar a dudas que el mencionado decreto seria abrogado; Todo esto se genera cuando la clase política entra a la guerra mediática, mientras unos aprueban un decreto supremo, el otro bloque político lo anula. Está fuera de todo juicio que, bajo cualquier pretexto se despoje los grados bien ganados a los oficiales de las FFAA degradándolos de forma solapada, lo cual solamente podría darse cuando un militar ha cometido delito grave contra la moral, las buenas costumbres o por traición a su patria.

Para continuar con la venganza política contra la institución militar, el ministro de Defensa habló de un “saneamiento” en el ascenso y por otra parte habló de “castigar” a las FFAA por los hechos de Senkata, Sacaba y otros lugares; al respecto cabe preguntarse ¿se puede castigar a una institución? ¡claro que no! eso está fuera de contexto, pero claro la intencionalidad es reducir la capacidad moral de sus integrantes, someterlos al miedo mediante amenazas, despersonalizar a sus mandos y politizarlos, porque detrás de todo ello, existe un telón oscuro, cuyo propósito es reducir y debilitar la capacidad de las FFAA hasta llegar progresivamente al desplazamiento del personal profesional de carrera, por milicianos al servicio de un grupo de poder político progresista.

Por ello, las actuales autoridades políticas deben recapacitar y tener el valor civil de respetar a todas las instituciones del Estado, y en lugar de supuestamente “sanear” a las FFAA, deben enfocarse en sanear a todos los órganos del Estado. La solución en este caso, es que el actual senado apruebe la Resolución de ascensos que dejo en Statu Quo el senado de la pasada gestión, para avalar el ejercicio del mando de los actuales generales y almirantes y así legitimar sus funciones jerárquicas.

Por último, recordarle al ministro de defensa que el año 1967 cuando el CHE GUEVARA fue emboscado por los soldados bolivianos, no gritó “PATRIA O MUERTE, VENCEREMOS” por el contrario gritó: “ALTO NO ME MATEN, SOY EL CHE…” quedando confirmado que ese lema, es empleado cobardemente para que lo usen los combatientes de baja graduación y no aplica para los comandantes; entonces, ¿por qué obligar a las gloriosas FFAA de Bolivia poner en vigencia este lema, si solo usan los cobardes? los comunistas, socialistas y progresistas  del siglo XX y siglo XXI.?. Finalmente es una ironía y descaro, el exigir cumplimiento de los preceptos constitucionales cuando ellos son los mayores violadores de la ley fundamental.


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