Opinión

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Otra vez Choquehuanca

26 de septiembre de 2021, 9:13 AM
26 de septiembre de 2021, 9:13 AM

… que aunque parezca “que no quebra (quiebra) un huevo a patadas”, vuelve en la suavidad de su tono”, a “meter” su discurso violento confrontador, provocador, convocando a capitular y ser sumisos; a agachar la cabeza, y, sin más, sumarse a su idea de dominación … primero, expresando (discurso en la Alcaldía, el 23 de septiembre) que “la indiofobia, la discriminación y ausencia total de complementariedad, entre semejanzas y diferencias, entre estilos de vida distintos, generó una injusticia politizada”, sin tomar en cuenta para nada que la complementariedad es un  asunto de 2 y más lados, de reconocer diferencias, así no hayan semejanzas visibles y, en ningún caso un asunto unidireccional… no es aceptar reconocer la supremacía andina, cuando la realidad y los hechos demuestran que el presente y futuro de Bolivia se definen en el oriente… justo en ese oriente donde se quiere izar la wiphala como fijación de un imaginario que no representa a la gente de acá…

Puede ser que no le entiendan a esto de ser, vernos, y asumirnos (todos), cultural e históricamente diferentes, pero los culpables de eso son ellos, porque solo no le entiende el que no quiere; por eso cuando la noche del jueves, vio que nadie le dijo nada, al día siguiente porfió en imponer la bandera andina, que representa a la indigenidad de una parte de Ecuador, Perú, otra de Bolivia, otra del norte de Chile y otro poco de Argentina y no del Estado boliviano en su totalidad, consecuentemente adoptada por imposición en la Constitución sin ningún sentido histórico, patrio o de unidad. Está ahí, pero, como un montón de cosas que están en la CPE y no tienen sentido práctico, mucho menos de unidad.

“Yo he logrado izar la wiphala esta mañana en la plaza” dijo, socarrón, Choquehuanca  … no querían que podamos izar … “este código de la integración, este código de la hermandad, este código de la armonía, este código del consenso, del respeto … no  querían que icemos” y aquí es cuando uno se pregunta… si alguien no quiere en su casa algo que no es parte de él (en el caso cruceño es un hecho que no nos sentimos representados, por más que esté escrito en la CPE), no era tiempo de entender que no es posible “imponer” ese concepto de “hermandad, respeto y armonía” precisamente porque estaba generando no armonía, no hermandad y ejerciendo el irrespeto.

Esas palabras, huecas en su contenido, para gran parte de la población boliviana, se las gana, se las trabaja, se las cultiva, no se las impone y Choquehuanca (que parece interesado en tener apellido compuesto: Choque Huanca, como ya escriben algunos) estaba imponiendo, ejerciendo una violencia simbólica, estaba agrediendo y molestando, sin sentido… y siguió su pleito, para decir, en el mismo tono del que “no quiebra un huevo a patadas”, que entre bolivianos “no podemos sembrar odio”, cuando él no es capaz de reconocer las diferencias y, en consecuencia, respetar esa diversidad de la que se llena la boca pero parece no entender su contenido y que las consecuencias son, precisamente por eso que él mismo dijo en su discurso en Beni: “Lo que se siembra se cosecha”… y él no siembra nada que pueda ponernos en una idea de integración, sino que porfía con la imposición y siembra tempestades y cosechará desastres.

“Tenemos que sembrar esperanza, tenemos que sembrar paz”, dijo Choquehuanca Céspedes… a ver si comienza… y entiende que así nada va a salir bien.

Menos mal que, seguramente sintiéndose en deuda por su pobre discurso conmemorativo a la gesta libertaria, Luis Fernando Camacho reaccionó y decidió no darle la palabra al vicepresidente y cerrar el acto de la plaza. Estuvo precavido y certero el gobernador… precavido porque los ánimos estaban alterados en el público molesto por la imposición de la wiphala y certero porque eso pudo terminar peor. Hizo lo que correspondía; actuó como dueño de casa y dueño del acto. ¡Al fin!

Recuerdo cuando, en los días difíciles de noviembre de 2019, recriminé la humillación aceptada por Camacho a nombre de todos los cruceños, cuando un “poncho rojo” lo “muchacheó” y este aceptó repetir las palabras que le impusieron; no está lejos en la memoria que él “desagravió a la wiphala”… en un gesto de capitulación, porque pensaba ser candidato y también fui crítico… hoy aplaudo su accionar; el viernes, dijo que no iban a permitir que se imponga “su bandera” porque la gente no lo aceptaba ni quería. “Es una falta de respeto venir a imponer un discurso, dijo Camacho marcando diferencias entre lo hecho por él y lo que se hizo en la Fexpo y en la Alcaldía donde se habló de “golpe”… vinieron a humillar y no iba a permitir que lo hagan en la plaza 24 de Septiembre.

Vuelvo a Choquehuanca y me quedo con eso de … tenemos que hablar de cómo construir unidad… eso resume que, hasta que sepa cómo hacerlo tiene  que aprender que hay muchas visiones regionales que aún no se reconocen. Cuando se lo haga, seguramente se podrá pensar que imponer un símbolo andino no es lo importante, sino pensar en que otra Bolivia es posible. Así como vamos, seguiremos como estamos, es decir, mal.

Es nomás el retorno  de la peor parte de la historia que ya vimos… y ahí nomás apareció el ministro Lima, el “solícito”, a amenazar con el discurso de que esto es separatismo… ¿otra vez la amenaza? Siempre dije que no me estorba ser boliviano… pero me pongo a pensar que si desde el poder estuvieran tan seguros de que este país tiene voluntad de permanecer unido, no fuera un delito hablar de independencia, en los marcos constitucionales y, sin generar ningún tipo de violencia, pedir un referéndum para lograrlo, por ejemplo… pero, los que quieren seguir viviendo de lo que este retazo boliviano, les da, tienen miedo de que eso salga contrario a lo que ellos pretenden y… entonces es delito… como si la unidad fuera obligada y el derecho de generar iniciativas no fuera constitucional.

No sé si yo lo haría…. pero plantearlo es un derecho constitucional, como tantos otros temas que giran en la mente de la gente… pero ese es otro tema que viene al caso porque a alguien se le ocurre introducirlo para “seguir asustando por el miedo”; para amenazar, para advertir,

Choquehuanca se quejó de la indiofobia, fuera bueno que recuerde que en este país también hay cambafobia, collafobia, homofobia y otras fobias; si no lo sabía, le aviso.

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