2 de marzo de 2022, 4:00 AM
2 de marzo de 2022, 4:00 AM

En las últimas horas, Rusia intensificó su ofensiva militar contra Ucrania; satélites de Estados Unidos captaron imágenes de un gigantesco convoy de vehículos rusos que ocupan 60 kilómetros en el noroeste de Kiev; además el Kremlin desplegó tropas con helicópteros de ataque y vehículos en tierra en Bielorrusia, en la frontera con Ucrania.

El ejército ruso ha pedido a la población de varias regiones de Kiev que abandonen sus hogares ante un inminente bombardeo que llegará en estas horas; la torre de la televisión ucraniana ha sido destruida por los ataques. En la ofensiva murieron cinco personas y otras cinco quedaron heridas.

El número de muertos civiles ucranianos alcanza a 136, con 13 niños incluidos en ese grupo, según Naciones Unidas. Las cifras del gobierno de Volodimir Zelenski son diferentes: dicen que hay 352 muertos, entre ellos 14 niños.

Un despiadado y cada vez más fuera de control Vladimir Putin inició un intenso ataque a zonas residenciales de Jarkov, la segunda ciudad del país después de Kiev. Rápidamente dieron la vuelta al mundo imágenes del bombardeo del edificio de la Administración Regional del gobierno, que ha dejado siete muertos y varios heridos.

La agresión rusa llega ahora a civiles. Los testimonios son múltiples. Uno de ellos es el ataque a infraestructuras civiles en Jarkov, donde el lunes fallecieron diez personas durante el bombardeo a un barrio residencial. En la explosión murió una familia entera, compuesta por dos padres y sus tres hijos, cuando viajaban en un auto por la zona atacada.

Zelenski denunció la mentira de Putin cuando dice que los ataques son solo a infraestructuras militares; si fuera así, se pregunta, ¿cómo se explica que están muriendo niños y jóvenes? En el pleno de la Eurocámara, el presidente de Ucrania pidió a Europa que demuestre que está con Ucrania. “Sin ustedes, Ucrania estaría sola, no nos dejen solos”, fue la dramática expresión del presidente.

Entretanto, la reacción de la comunidad internacional también comienza a endurecerse: la Unión Europea aumentó drásticamente su apoyo a Ucrania y por primera vez la Comisión Europea decidió participar en la compra de armamentos letales con 450 millones de euros para armas de combate que serán enviados a Ucrania. Otros 50 millones de euros serán donados para material no letal.

La Comisión Europea intenta incentivar de esa forma a los socios que envíen armamento y no solamente equipamiento defensivo o sanitario a Ucrania.

Alemania, Bélgica, Eslovenia, Estonia, Francia, Grecia, Letonia, Lituania, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, Rumania, Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido han enviado o están en proceso de entregar cantidades significativas de material militar a Ucrania.

A una semana de iniciados los ataques, parece claro que Rusia podría controlar Ucrania, aunque por ahora le está costando por la resistencia de ciudadanos heroicos, entre ellos mujeres, que incluso fabrican cócteles Molotov para frenar en barricadas el avance de los tanques rusos en esta guerra absolutamente desigual y desproporcionada.

La otra evidencia es que Rusia se ha quedado sola. No solo ha recibido el rechazo y las sanciones de las principales potencias de Occidente, sino que con el paso de los días tendrá que aceptar que podrá invadir y ocupar toda Ucrania, pero no tendrá el apoyo de un pueblo combativo que pese a sus limitaciones de armamento está decidido a resistir la invasión y no aceptar al agresor.