La boxeadora italiana Angela Carini abandonó el jueves su combate contra su rival argelina Imane Khelif, tras sólo 46 segundos de combate en los que encajó varios fuertes golpes en el rostro.

2 de agosto de 2024, 14:52 PM
2 de agosto de 2024, 14:52 PM

Las asociaciones de defensa de los derechos del colectivo LGTBIQ+ denunciaron este viernes el "falso debate" creado en torno al género de una boxeadora argelina en los Juegos Olímpicos de París-2024, por parte de líderes conservadores.

La boxeadora italiana Angela Carini abandonó el jueves su combate contra su rival argelina Imane Khelif, tras sólo 46 segundos de combate en los que encajó varios fuertes golpes en el rostro.

Las imágenes de la pelea se expandieron rápidamente y líderes conservadores como la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el expresidente estadounidense Donald Trump criticaron la participación de Khelif.

Estas personalidades "no son legítimas para decir nada sobre los deportistas, sólo el Comité Olímpico Internacional puede pronunciarse", dijo Denis Quinqueton del Observatorio LGBT+ de la Fundación Jean-Jaurès francesa.

Los ambientes conservadores buscan "a cualquier precio crear polémicas sobre los asuntos de género y de identidad de género", ya que desean encasillar a cada uno, estima Quinqueton, quien denuncia un "falso debate".

La Asociación Internacional de Boxeo (IBA) descalificó en 2023 a la argelina y a la taiwanesa Lin Yu-ting, presente también en París, por no cumplir con los "criterios de elegibilidad" de género.

Pero el COI ha defendido en varias ocasiones su decisión de permitir que ambas compitan en París-2024 asegurando que "está establecido que son mujeres".

Para Gurchaten Sandhu, de la asociación internacional Ilga World, asegura que este tipo de polémicas son "un intento de controlar a la gente, quiénes son, cómo se comportan".

Se trata de una "táctica de distracción" para desviar la atención de los "verdaderos problemas" como la inflación, la crisis migratoria y el cambio climático, agregó.

La controversia llega días después de una primera salva de críticas ultraconservadoras contra la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, en especial por una escena con drag queens y personalidades "queer".