Krystsina Tsimanóuskaya, que partió de Tokio de forma precipitada por un conflicto con las autoridades deportivas de su país, tiene por destino final Polonia

4 de agosto de 2021, 7:45 AM
4 de agosto de 2021, 7:45 AM

La velocista olímpica bielorrusa Krystsina Tsimanóuskaya, que partió de Tokio de forma precipitada por un conflicto con las autoridades deportivas de su país, tiene previsto llegar este miércoles a Viena y luego volará a Polonia, donde le concedieron un visado humanitario.

"Según las informaciones de que disponemos, está previsto que salga hacia Varsovia esta tarde", declaró un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores austriaco.

La atleta de 24 años, que está en conflicto con las autoridades deportivas de su país, tenía previsto inicialmente un vuelo directo Tokio-Varsovia el miércoles con la compañía aérea polaca LOT.

Pero cambió su itinerario en el último momento, embarcando en un vuelo de Austrian Airlines con destino a Viena, comprobaron periodistas de la AFP en el aeropuerto.

Según el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores austriaco, no hay programada ninguna rueda de prensa a la llegada de la atleta a Viena. Tsimanóuskaya tampoco hizo declaraciones antes de su partida de Tokio a las 02H00 GMT.

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, afirmó haber hablado con la velocista. "Polonia va a seguir apoyando activamente a toda la nación bielorrusa, y a los militantes de la oposición que sean perseguidos", escribió en Facebook.

Representantes de la Fundación Bielorrusa de Solidaridad Deportiva (BSSF, en inglés), una organización que apoya a los deportistas perseguidos por las autoridades bielorrusas, recibirán a Tsimanóuskaya a su llegada al aeropuerto de Varsovia, así como otros militantes prodemocracia bielorrusos.

- Investigación del Comité Olímpico -

La atleta explicó el domingo haber escapado a ser repatriada por la fuerza a Bielorrusia, días después de haber criticado a la federación de atletismo de su país en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Según Tsimanóuskaya, la federación bielorrusa quería obligarla en un primer momento a participar en los relevos del 4x400 metros, ante lo que la atleta mostró su indignación ya que solo tenía previsto correr los 100 y los 200 metros.

Temiendo ser encarcelada si regresaba, Tsimanóuskaya obtuvo ayuda del Comité Olímpico Internacional (COI) y protección policial mientras estaba en el aeropuerto de Tokio-Haneda.

El COI inició una investigación oficial sobre el asunto. Su portavoz, Mark Adams afirmó el miércoles haber recibido un informe del comité olímpico de Bielorrusia que está "siendo evaluado".

El incidente provocó la condena internacional de Bielorrusia, una antigua república soviética gobernada con mano de hierro por el presidente Alexander Lukashenko desde 1994 y cuyo hijo dirige el comité olímpico nacional.

"El régimen de Lukashenko intentó cometer un nuevo acto de represión transnacional (...) Actos así violan el espíritu olímpico, son un ataque a los derechos fundamentales y no pueden ser tolerados", reaccionó a principios de semana el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.

El movimiento prodemocrático de Bielorrusia, que protagonizó masivas manifestaciones durante 2020, está siendo duramente reprimido por el gobierno y miles de opositores fueron detenidos u obligados a exiliarse.

El dirigente de una ONG bielorrusa, Vitali Shishov, exiliado en Ucrania, fue encontrado el martes ahorcado en un parque de Kiev cercano a su domicilio.

Según la policía local, podría tratarse de un "asesinato camuflado en suicidio".