Un ritual andino antecedió al acto de investidura de la nueva autoridad alteña. Decenas de mujeres aimaras la acompañaron con las banderas de la ciudad. Asistió el cuerpo diplomático.

5 de mayo de 2021, 8:41 AM
5 de mayo de 2021, 8:41 AM

La alcaldesa de El Alto, Eva Copa, fue posesionada el lunes por las autoridades del Tribunal Departamental de Justicia, pero ayer fue investida ante una multitud que se concentró en la avenida Juan Pablo II, una vía troncal que vincula a más de 50 barrios y conecta a la ciudad con decenas de municipios rurales del altiplano.

“Hoy es el tiempo de la revolución democrática y patriótica; hoy es el tiempo de renovación con los universitarios, es tiempo de renovación con los hombres y mujeres, con todos los sectores trabajadores, es tiempo del proceso de renovación con nuestros hermanos indígenas, de una nueva generación, es tiempo del proceso de renovación de nuestra amada Bolivia”, proclamó Copa, tras un acto de juramentación que fue administrado por la presidenta del Concejo, Iris Flores; una joven estudiante de Ciencias de la Educación que con tan solo 20 años fue elegida en ese cargo.

El discurso de Copa, quien fue la presidenta del Senado durante el año de la transición institucional que vivió el país tras la grave crisis política de 2019, no solo abarcó los temas inherentes a su gestión o al escenario de crisis que provocó la pandemia de coronavirus. 

La nueva autoridad, como ya lo había hecho en tiempos de campaña, cuestionó el modelo hegemónico del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS),

Aseguró que “el proceso de cambio”, como se conoce al proyecto político que enarbola el partido gobernante, enfrenta “contradicciones e interpelaciones” que no se pueden ocultar. “No podemos callar y no podemos ser cómplices del desastre por la visión de unos cuantos en desmedro del pueblo”, sostuvo.

“En estos últimos tiempos la política ha perdido su esencia al servicio del pueblo, no hay coherencia entre el discurso y la práctica; ya no se escucha al pueblo, a las organizaciones sociales, la toma de decisiones es de arriba hacia abajo. La política se ha vuelto un trampolín de viejas estructuras de izquierda y derecha que usa al pueblo para sus propios beneficios”, sostuvo la autoridad que rompió con el MAS, el partido con el que comenzó su carrera.

Tras su mandato como senadora y presidenta de esa entidad, Copa buscó la candidatura a la Alcaldía de El Alto con el MAS. Sin embargo, el partido de Evo Morales optó por Zacarías Maquera, luego de consultas y reuniones internas de esa fuerza política. 

La joven política de 34 años logró una alianza con la agrupación Jallalla para poder postularse y ganó la contienda con el 68,7% de los votos, lo que le permitió obtener nueve de los 11 concejales y una holgada gobernabilidad.

Pero las fisuras entre Copa y el MAS se ahondaron incluso después de la elección. Evo Morales la acusó de “traicionar” a su partido, incluso, con alianzas y encuentros con la “derecha”. Esa versión fue desmentida por Copa.

Luego, el vicepresidente masista, Gerardo García, adelantó que harán seguimiento de Copa y admitió que le ofrecieron una embajada para que abandone su candidatura. 

“En este momento, de repente, no sabemos sus intenciones o intereses que pueden ir más allá, vamos a dar seguimiento y vamos a hacer conocer al pueblo, a los hermanos, porque no puede ser que compañeras y compañeros se hayan prestado a ese juego. ¿Qué pasó?, ella aceptó no ser candidata, aceptó que iba a ocupar espacios dentro del Gobierno o en alguna embajada, estaba libre para poder acomodarse”, afirmó el dirigente.

En una anterior entrevista con EL DEBER-Radio, Copa negó esas acusaciones y pidió al MAS concentrarse en la gestión local para enfrentar la crisis económica.

El MAS tiene una representación mínima en el Concejo de El Alto. Una de sus representantes es Wilma Alanoca, quien fue ministra de Culturas durante la última gestión presidencial de Evo Morales. La exministra no obtuvo ningún cargo en la directiva del ente deliberativo, porque no logró el respaldo necesario.

No obstante, Daniel Ramos (MAS) juró como vicepresidente y Paola Quispe (Jallalla) fue elegida secretaria de esa institución.

Símbolos

Antes del inicio del evento de investidura, un grupo de amautas hizo una ofrenda a la Pachamama. En una pequeña fogata quemaron terrones de azúcar como señal de buen augurio para El Alto y Eva Copa.

Luego llegó un grupo de mujeres aimaras que enarbolaron las banderas de El Alto, rojo y verde, y crearon un túnel humano para que la nueva autoridad llegue hasta la tarima principal donde estaban los nueve concejales que la respaldarán durante su gestión.

Los organizadores instalaron otra tarima a donde llegó el cuerpo diplomático acreditado en el país, además de los legisladores que acompañaron a Copa en su complicada gestión en el Senado.

Además, un grupo de músicos interpretó el Himno Nacional y el Himno a El Alto, durante los momentos más solemnes.

Flores, la joven presidenta del Concejo de El Alto, inauguró el acto con un agradecimiento a sus colegas por haberla elegido y con promesas de una gestión en favor de la ciudad ubicada a 4.000 metros sobre el nivel del mar.

Tras tomar el juramento a Copa, quien asumió su mandato con la mano en el pecho, un grupo de amautas le entregó el bastón de mando ante la multitud que siguió de cerca toda la ceremonia.

En cuanto a los temas urgentes, la nueva autoridad invocó a la reconciliación para poder encarar una gestión eficiente para enfrentar a la pandemia. Aseguró que se debe trabajar en la logística para el suministro masivo de las vacunas contra el coronavirus.

Anunció auditorías a la gestión de Soledad Chapetón y lamentó que no haya podido cerrar una transición de forma adecuada.