El español completó los 267 kilómetros cronometrados que tenía la etapa en 2 horas, 56 minutos y 44 segundos, y acabó por delante del francés Adrien Van Beveren y del austríaco Matthias Walkner.

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7 de enero de 2018, 16:25 PM
7 de enero de 2018, 16:25 PM

El motociclista español Joan Barreda (Honda) se adjudicó este domingo la segunda etapa del Dakar 2018 y pasó a liderar el rally a pesar de pilotar con molestias en la mano izquierda, resentida aún de una lesión que sufrió a mitad del año pasado.

 Barreda sufrió especialmente en la primera parte de la etapa, con un tramo cronometrado de 267 kilómetros por el desierto que rodea a la ciudad peruana de Pisco, donde las dunas castigaron a la sufrida muñeca del piloto.

 Sin embargo, se repuso en la segunda mitad de la especial, ganó en confianza y comodidad y se rehizo para sacarle casi tres minutos al francés Adrien Van Beveren (Yamaha), su principal perseguidor en la clasificación general, y seis minutos al vigente campeón del Dakar, el británico Sam Sunderland.

Al llegar al campamento, Barreda acudió directamente a tratarse la muñeca, consciente de que la etapa de este lunes será más larga e igualmente exigente, con unas condiciones similares.

 El motociclista comentó que lo importante es mantenerse en el grupo de cabeza estos primeros días sobre el desierto de Perú, sin cometer errores y sin perder demasiado tiempo, para después meterle gas a fondo en la segunda semana, que discurrirá por rutas de Bolivia y Argentina.

 La etapa, con Pisco como punto de partida y llegada, también tuvo una destacable actuación del argentino Kevin Benavides (Honda) y el chileno Pablo Quintanilla (Husqvarna), que terminaron en la quinta y sexta posiciones, respectivamente.

 La jornada fue particularmente difícil para las motos, pues partieron después que los coches, al contrario de lo que suele suceder en el Dakar, y se encontraron con un terreno maltratado por el paso de los automóviles.

 El Dakar 2018 sigue aumentando en dificultad y la tercera etapa tendrá 504 kilómetros, con 296 cronometrados al inicio de ella y después un tramo de enlace de 208 kilómetros hasta la localidad de San Juan de Marcona, situada a orillas del océano Pacífico, donde estará situado el nuevo campamento del rally más duro del mundo.