El motociclista se dañó el páncreas, lesión que lo tiene internado. Varios días estuvo en terapia intensiva. Para cubrir costos se llevará a cabo una kermés en Manduka, el 8 de julio.

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2 de julio de 2018, 7:35 AM
2 de julio de 2018, 7:35 AM

La que parecía que iba a ser su mejor temporada, pasó a convertirse en una odisea. El piloto de motociclismo, el cruceño Jorge Gamarra, está luchando por su vida desde hace 22 días. Una caída, que le provocó una lesión en el páncreas, lo tiene internado y con tres intervenciones quirúrgicas que lo han llevado a estar hasta en terapia intensiva por su delicado estado de salud.

El piloto este año lo comenzó de la mejor manera ganando las primeras cuatro fechas departamentales, mientras que en el nacional fue segundo en la MX-1, en las tres carreras iniciales. Toda su preparación estaba enfocada en correr el Dakar 2019, un sueño que tiene pendiente cumplir. Su buen desempeño lo llevó a competir en el campeonato paraguayo, donde había sido el mejor en dos pruebas.

En la tercera carrera en el vecino país, el 10 de junio en Asunción, se cayó tras largar. El impulso con el que iba lo hizo chocar contra un hormiguero, perdiendo el conocimiento. Una vez que reaccionó, Gamarra sintió un dolor fuerte en el estómago, pero pensó que era algo pasajero. Una más de cientos de caídas que ha sufrido desde sus inicios a los 4 años, hasta sus 27.

Tras su caída, Gamarra corrió y logró el segundo lugar, en Paraguay. Foto: Jorge Gamarra

Por ello corrió la otra manga y logró el segundo puesto. Luego vino el dolor insoportable que lo llevó hasta un hospital, donde estuvo una noche y después emprendió viaje por tierra hasta Villa Montes. Allí tuvo que internarse y esperar que lo recoja su padre, don Jorge Gamarra. Dos días después llegaron a Santa Cruz y fue directo a la clínica Melendres. “Allí le extirparon una parte del páncreas”, cuenta su progenitor, con lágrimas en los ojos. En el sanatorio estuvo 14 días, 10 en sala y cuatro en terapia. “Su situación no mejoró, razón por la cual fue trasladado al hospital Obrero”, agrega.

El piloto está consciente, pero un poco deprimido por su situación. Incluso hubo la posibilidad de que corra la quinta fecha departamental de motos hace una semana, pero cuando ya comía y estaba andando vino  una recaída, motivo por el que está siendo alimentado por una sonda. Esto provocó que en los últimos días pierda ocho kilos.

En su desesperación, cuenta su padre, Jorge le dijo que venda su vehículo para pagar algunos gastos, pero que su moto de carrera no quiere que la toque. “Él quiere seguir corriendo y cumplir sus sueños”, asegura su progenitor, que luego se le cortó la voz durante varios segundos. “Vendo hasta mi casa, eso no importa. No creo que diosito se lo lleve porque si haya querido ya lo habría hecho”, continuó. Junto a él, su hija Melissa agrega: “Jorge está muy deprimido, pero es fuerte y va a superar este momento”.

Fuertes gastos

Con tres semanas internado, los gastos han sumado bastante, hasta llegar a los Bs 80.000, y aún queda bastante por pagar. “Por suerte tenía una platita ahorrada. También me han ayudado de su trabajo, Crown Limitada, y pilotos del cross country. Sus amigos también están haciendo algunas actividades para recaudar fondos”, explica.

Para cubrir costos se llevará a cabo una kermés en Manduka (Av. Tomás de Lezo), el 8 de julio. Los interesados en colaborar pueden llamar a los números 756-03406 o 784-49095.

Máquina de títulos

Gamarra es uno de los mejores pilotos de motociclismo que ha dado Santa Cruz. En los 23 años que lleva compitiendo, acumula 18 títulos departamentales y nueve nacionales. Cinco de estas coronas fueron en la categoría de mayor potencia, la MX-1.

Entre sus mejores logros también figura un título en el Gran Premio Integración del Oriente, que logró en 2016, sorprendiendo con su moto a los vehículos de cuatro ruedas. Con esas satisfacciones, Gamarra se aprestaba a correr el Dakar 2019 y el campeonato argentino. “Estábamos tocando algunas puertas y se iba a conseguir el apoyo”, sostuvo su padre, Jorge, que no se mueve de la sala 50 del cuarto piso del hospital Obrero, donde su hijo se debate entre la vida y la muerte. “Le quedan muchas carreras. Él saldrá de esta”, concluyó.