David Ninavia tiene 19 años, ganó varias medallas de oro para Bolivia en competencias internacionales, pero pese a ello no cuenta con el apoyo necesario para continuar compitiendo en pruebas que se realizan fuera del país.

10 de octubre de 2022, 7:17 AM
10 de octubre de 2022, 7:17 AM

Los fondistas bolivianos son una mina de oro. David Ninavia es uno de ellos. El atleta con mayor proyección en el país, que a los 19 años triunfó en varias pruebas en el exterior, y forma parte de ese grupo que alegra al país con sus éxitos.

Vive en Llallagua, ayuda a su familia en labores del campo, y dos veces por semana se traslada a Oruro para realizar sus entrenamientos. Nada lo detiene para cumplir un sueño que empieza a hacerse realidad, competir y ganar.

Hace tres años que tiene esa rutina, desde que decidió unirse a “Pie de viento”, la agrupación que entrena a los mejores fondistas y marchistas del país. Ahí están Héctor Garibay, Vidal Basco, entre otros, y Ninavia, bajo el mando del entrenador Marcelo Peñaranda, quien se encarga de pulir a los diamantes del atletismo boliviano.

¿Por qué Pie de viento?, “porque vuelan”, dice el ‘profe’ Peñaranda, que elabora la rutina diaria, semanal, mensual y anual para ese grupo de atletas que ponen en alto el nombre del país en competencias internacionales.

“Héctor Garibay es el referente, tiene las mejores marcas de la historia en el país, está en las estadísticas de la World Athletic; Vidal Basco es hoy el abanderado boliviano en los Juegos Suramericanos que se realizan en Paraguay, medallista del país, y David es la promesa”, señala Peñaranda.


David Ninavia festejando el oro en el Sudamericano sub23.

Vidal Basco es el gran medallista de la época, ganó oro en la Corrida 10 Km de Cipolleti, Argentina; oro y plata en los XLX Juegos Deportivos Bolivarianos de Valledupar, Colombia, en 5.000 y 10.000 metros; y oro en el Maratón de Medellín.

Es un grupo de 20 atletas, 15 de ellos de alto rendimiento que reciben la ayuda del Gobierno Departamental de Oruro.

Peñaranda dice que no hay secretos, que la fórmula para el éxito es la dedicación. “Si no te dedicas al cien por ciento, no hay buenos resultados”, indica el entrenador.

Los entrenamientos se dividen en tres periodos o etapas, la primera contempla pruebas de resistencia aeróbica durante dos meses, que constan de 6 a 8 microciclos; en la segunda fase se intensifican las labores anaeróbicas; y la tercera parte, de 4 a 5 meses, es el periodo competitivo.

En la semana solo hay un día de “descanso activo”, que consiste en andar en bicicleta, escalar cerros o jugar al básquet. La semana consta de doce sesiones, dos por día, de lunes a sábado.

Ninavia es potosino, nació en el otrora famoso centro minero, pero representa a Oruro por decisión personal, para entrenar mejor y progresar. “Me pidió varias veces unirse a nosotros, pero no queríamos que se piense que nos estábamos llevando atletas de otros lados, hasta que aceptamos con la condición de que salga de la mejor manera porque tenía que representar a Oruro en los nacionales. Él nos ganaba en las competencias, ahí lo conocimos”, agrega el entrenador.


Ninavia después de oro en la prueba de 5000m en Brasil.

Radica en Llallagua, fundado como cantón en 1899 por Decreto Supremo de ese año, instituido en 1957 como capital de la Tercera Sección de la Provincia Rafael Bustillo, según publicación de la Cámara de Senadores.

Ahí, en su lugar de origen, donde Simón Patiño, uno de los Barones del Estaño tenía su famosa mina Siglo XX, David empezó a recorrer la accidentada geografía de la zona dando rienda suelta a su pasión por las pruebas de fondo. 

No puede estar toda la semana en Oruro, y cuando se queda en su ciudad, entrena por su cuenta. “David ha ido mejorando, tenía una técnica ortodoxa, corregimos algunas cosas, y tiene muy buena velocidad. Cuenta con muchas condiciones, pero no hay que quemar etapas”, comenta Peñaranda.

Ninavia confronta el problema de todos los deportistas bolivianos, la falta de apoyo. De momento está en el programa estatal Tunca, que no se caracteriza por su puntualidad debido a la burocracia, ya que al anularse el Ministerio de Deportes, depende del Ministerio de Salud, que absorbió al Viceministerio de Deportes.

“A veces demora seis meses el desembolso; en ese lapso hay que entrenar y viajar, y se necesitan recursos…”, agrega el entrenador.


David Ninavia, atleta boliviano con mucho potencial.

Peñaranda sostiene que Ninavia hizo méritos para recibir una beca olímpica en el país, “no es justo que no se la den, en este momento se las otorgan a otros que ocupan los últimos lugares en las competencias. No tiene recursos para entrenar y viajar. Yo creo que llegado el momento, si no tiene beca, la va a pensar para continuar…porque su familia es del campo, los ayuda en sus tareas”.

A Ninavia cuesta ubicarlo cuando está en el campo. Contesta de vez en cuando y responde con mensajes cortos. “Estoy ocupado, mil disculpas”, escribe.

Le enviamos un par de consultas y solo se refirió a una relacionada con la indumentaria con la que entrena y compite: “No me las da nadie, las compro yo”.

Peñaranda se convierte en una persona clave para conocer y saber de la vida de esta promesa del deporte boliviano que superó todos los récords nacionales en las pruebas de 1.500 metros hasta los 10.000 metros, y que desde hace dos años cosecha medallas en todas las competencias internacionales.

Durante 2021, ganó oro en el Campeonato Suramericano u20 en Lima, Perú, en 3.000 metros, y bronce en 5.000 metros; bronce en el Sudamericano u23 en Guayaquil, Ecuador, en 10.000 metros y 5.000 metros; y oro en los Juegos Panamericanos Suramericanos de Cali, Colombia, en 5.000 metros.


David Ninavia, atleta boliviano con mucho potencial.

En 2022, ganó medalla de oro en el Campeonato Sudamericano Indoor realizado en Cochabamba, en 1.500 metros; oro en el Grand Prix Mario Paz, en el Julia Iriarte, en 1.500 y 3.000 metros; plata en los XLX Juegos Bolivarianos de Valledupar, Colombia; y medallas de oro en 5.000 y 10.000 metros en el Campeonato Suramericano u23, en Cascavel, Brasil.

Marcelo Peñaranda, un exatleta de 800 y 1.500 metros en los años 90, es quien mejor lo conoce y comenta sobre las cualidades de Ninavia.

“Es un guerrero, no baja los brazos. En los últimos metros saca su fortaleza y su garra”, dice. Los éxitos no solo se conocen en el país, también en el exterior, y le empiezan a llegar ofertas para competir por otras naciones. Lo llamaron desde Estados Unidos y Puerto Rico. Pero Peñaranda recomienda que siga entrenando en Oruro por la ventaja que le otorga la altura en su preparación.

El tiempo dirá si sigue en Bolivia o decide irse al exterior. El apoyo que le brinde el Estado o algunas empresas puede ser decisivo en ese momento. Hoy, Ninavia se alista para otro desafío, los Juegos Suramericanos de Asunción 2022, en los que competirá esta semana junto al resto de los fondistas nacionales.

Dejó el campo y se trasladó a la ciudad para integrarse a la delegación y continuar persiguiendo sueños que terminan alegrando a todo un país.

Tags