La saltadora de altura ucraniana contó su periplo de "tres días" que vivió para abandonar su país tras la invasión de Rusia

17 de marzo de 2022, 12:20 PM
17 de marzo de 2022, 12:20 PM

La saltadora de altura ucraniana Yaroslava Mahuchikh contó este jueves a la página web de la Federación Europea de Atletismo su periplo de "tres días" y "la pesadilla" que vivió para abandonar su país tras la invasión de Rusia, para poder viajar a Belgrado y disputar el Mundial de atletismo en pista cubierta, que comienza este viernes.

La subcampeona del mundo, tercera de los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021, forma parte de los seis atletas ucranianos presentes en este evento en Serbia.

Rusos y bielorrusos fueron excluidos por la Federación Internacional de todas las competiciones tras el inicio de las operaciones del ejército ruso en Ucrania.

"Después de horas de pánico total, abandonamos nuestra ciudad de Dnipro hace tres semanas, tras el inicio del conflicto, para instalarnos en un pequeño pueblo cerca de nuestra casa", contó Mahuchikh en la web de European Athletics.

"Nadie pensaba en ese momento en entrenar porque estábamos obligados a pasar días en el sótano, siguiendo las noticias de Kiev, Soumy y Járkov, minuto a minuto", relató.

"Nos costó más de tres días llegar aquí, fue un viaje estresante. Centenares de llamadas telefónicas, numerosos cambios de dirección, explosiones, incendios y sirenas aéreas. Me gustaría pensar que fue solo una pesadilla, pero es la realidad de mi país. Es la realidad de la guerra", añadió.

"Tenemos que luchar para demostrar nuestra fuerza y nuestra potencia. Mi línea en el frente para los próximos días será la competición femenina de salto de altura en el Mundial en pista cubierta", concluyó.

El presidente de World Athletics, Sebastian Coe, señaló por su parte este jueves que no espera manifestaciones en Belgrado por parte del público, a pesar de los lazos estrechos entre Rusia y Serbia, donde numerosos ciudadanos apoyan abiertamente a Vladimir Putin y su decisión de invadir Ucrania.

Serbia y Rusia mantienen relaciones fraternales. Tienen raíces cristianas ortodoxas comunes y han mantenido tradicionalmente alianzas políticas.

La influencia de Moscú en Serbia es omnipresente y Rusia es un socio crucial para la economía serbia en el campo energético.

"No espero ningún problema en el estadio. Tenemos los procedimientos y sistemas adecuados", afirmó Coe.