Después de 12 años del accidente, los familiares de las víctimas y la fiscalía general, lograron que las compañías aéreas Air France y Airbus, sean enjuiciadas por "homicidio involuntario"

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12 de mayo de 2021, 9:12 AM
12 de mayo de 2021, 9:12 AM



Por Astrid Pilpe para RFI

Este miércoles 12 de mayo, la justicia francesa envió a juicio a las compañía aérea Air France, y al fabricante aeronáutico europeo Airbus, debido a su responsabilidad indirecta en el accidente del vuelo Rio-París, que en 2009 terminó con la vida de 228 personas.

Después de 12 años del accidente, los familiares de las víctimas y la fiscalía general, lograron que las compañías aéreas Air France y Airbus, sean enjuiciadas por "homicidio involuntario", que era lo que reclamaban. Esta decisión invalida el sobreseimiento pronunciado en 2019 a favor de la aerolínea y el fabricante de aviones europeo al cierre de las investigaciones.

Los familiares de las víctimas, recibieron la noticia con alegría. "Es una gran satisfacción tener la sensación de haber sido escuchados por fin por la justicia", expresó muy emocionada Danièle Lamy, presidenta de la asociación Entraide et Solidarité AF447. 

Por otra parte los defensores de ambas compañías se pronunciaron de inmediato. "Air France niega haber cometido una falta penal" que haya causado este terrible accidente, declaró el abogado de la aerolínea, François Saint-Pierre. Airbus por su parte, calificó de "decisión injustificada", la resolución dictada por el tribunal de Apelación de París. Los abogados del fabricante europeo anunciaron que la decisión “no refleja en ningún caso las conclusiones de la instrucción” que habían conducido al archivo de 2019, ahora revocado. Airbus afirmó que presentará un recurso ante el Tribunal Supremo.

Un década de batalla judicial

Dos años atrás, en 2019, después de una década de batallas entre expertos y la inculpación de Air France y Airbus por "homicidio involuntario", la fiscalía de París solicitó un juicio únicamente contra la aerolínea franco-holandesa, al estimar que Air France "cometió negligencia e imprudencia" en la formación de sus pilotos. Sin embargo, los jueces de instrucción no siguieron su petición y pronunciaron un sobreseimiento general, pues para ellos, el accidente se debió "a una combinación de elementos que nunca antes se había producido y que, por lo tanto, ponían de manifiesto peligros nunca antes percibidos". 

Estimando que las investigaciones "no condujeron a la caracterización de un fallo culpable por parte de Airbus o Air France en relación con (...) los errores de pilotaje (...) en el origen del accidente".

 No obstante, los familiares de las víctimas y los sindicatos de pilotos indignados, apelaron. En vista de esto, y en apoyo a las partes civiles, la fiscalía general fue más allá de las exigencias de la fiscalía de París, y solicitó que no sólo Air France sino también Airbus fueran a juicio.

La fiscalía general consideró que hay que buscar las causas indirectas del accidente en los errores cometidos por las dos compañías: Air France "no brindó la formación e información necesaria a las tripulaciones", mientras que Airbus "subestimó la gravedad de los fallos de las sondas de velocidad Pitot" y no hizo lo suficiente para corregir este peligroso defecto, que ya en meses previos al siniestro, se habían registrado incidentes del mismo tipo.

En 2012, la Oficina de Investigación y Análisis (BEA), el organismo oficial francés encargado de la investigación técnica, estableció que la congelación en vuelo de las sondas de velocidad Pitot provocaron una perturbación en las mediciones de velocidad del Airbus A330, lo que desorientó a los pilotos hasta que perdieron el control del avión en menos de 4 minutos.

El 1 de junio de 2009, el Airbus A330 que cubría la ruta Río de Janeiro-París se estrelló en el Océano Atlántico. Todos los pasajeros y miembros de la tripulación, 228 personas de 34 nacionalidades diferentes, murieron en el accidente, el peor en la historia de la aerolínea francesa. Los restos del aparato y las cajas negras fueron encontradas dos años después, a casi 4.000 metros de profundidad.