Por medio de libros-entrevistas el papa emérito Benedicto XVI habló sobre sus ochos años de pontificado, su renuncia al papado, las polémicas de pederastia y Francisco

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8 de septiembre de 2016, 12:48 PM
8 de septiembre de 2016, 12:48 PM

Tras su renuncia en febrero de 2013, Benedicto XVI aseguró que viviría "apartado del mundo" y en muy pocas ocasiones ha roto su silencio, pero en los últimos días se han conocido dos libros-entrevista en los que por primera vez el papa emérito confiesa ampliamente los detalles de su decisión.

En esta ocasión, el papa emérito reflexiona sobre sus ocho años de pontificado, sobre cómo va aceptando la muerte, sobre sus pensamientos sobre el papa Francisco, o el contexto en el que presentó su renuncia como sucesor de Pedro, según algunos extractos publicados hoy por el diario italiano "Corriere della Sera".

"El texto de la renuncia lo escribí yo. No puedo decir con precisión cuándo, pero como máximo dos semanas antes. Lo escribí en latín porque una cosa tan importante se hace en latín", reconoce.

En 2013, Benedicto XVI sorprendió al mundo y a la Iglesia Católica al anunciar su renuncia al papado, algo que no ocurría desde Celestino V en 1294.

"No se trató de una retirada bajo presión de los acontecimientos o de una huida por la incapacidad de hacerlos frente", confiesa.

Tampoco consecuencia de una desilusión o a algún tipo de coacción: "No lo habría permitido", ni "hubiera renunciado" al pontificado si hubiera estado "bajo presión", insiste.

En otro de los capítulos, recuerda sus años al frente de la Iglesia Católica y hace autocrítica al admitir que una de sus debilidades fue "la poca determinación" que tuvo en algunas ocasiones a la hora de "gobernar y tomar decisiones".

Sin embargo, aunque acepta que "el gobierno práctico" no es su "fuerte", no considera que su etapa al frente de la Iglesia católica sea "un fracaso", pues "durante ocho años" desempeñó una labor al servicio de esta institución.

Benedicto XVI hace así memoria de polémicas como la que provocó el obispo británico Richard Williamson, quien en 2009 negó el Holocausto judío y la existencia de las cámaras de gas, lo que puso en pie de guerra a la comunidad judía internacional.

El obispo había sido excomulgado por Juan Pablo II, después de ser ordenado por Marcel Lefebvre (el más destacado representante del tradicionalismo católico) sin mandato pontificio.

También revive los escándalos de pederastia, de cuya existencia era consciente (días antes de ser elegido papa denunció la "suciedad" y la "soberbia" de "entre los que por su sacerdocio deberían estar entregados al Redentor"), aunque nunca pensó que pudieran ser tantos.

O nombra Vatileaks, el escándalo sobre la divulgación de la correspondencia privada de Ratzinger en 2010.

Pero no solo hubo momentos arduos, sino que también enumera éxitos como la ruptura de un "lobby gay", formado por unas "cuatro, quizá cinco personas".

A lo largo de sus francas confesiones dirige su mirada a Francisco para conceder que "no había pensado en él" para sucederle y que su elección fue "una gran sorpresa".

De Jorge Bergoglio agradece las atenciones recibidas a lo largo de sus ya tres años como pontífice y admira, por ejemplo, que sea "un hombre de reforma práctica", con capacidad para "meter mano a las acciones de carácter organizativo".

A sus 89 años -cumplirá 90 en abril-, Ratzinger se encuentra en una etapa de su vida en la que ya se prepara para la muerte, "teniéndola siempre presente" y consciente de que "toda la vida tiende al encuentro" con Dios.

"Últimas conversaciones"
no es el único libro-entrevista sobre Benedicto XVI que se conoce en las últimas semanas, pues el 30 de agosto salió a la venta "Servitore di Dio e dell"umanità" ("Servidor de Dios y de la humanidad"), del italiano Elio Guerriero.

Habla de Francisco
, con quien reconoce que le une "un sentimiento de comunión profunda y de amistad".