Temer revocó un polémico decreto que abría una reserva amazónica a las empresas mineras. Ecologistas ven una victoria "sobre quienes quieren destruir y vender la selva"

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26 de septiembre de 2017, 16:44 PM
26 de septiembre de 2017, 16:44 PM

El presidente brasileño, Michel Temer, decidió revocar un polémico decreto que firmó en agosto pasado, que le abría a empresas mineras las puertas en una gigantesca reserva en la Amazonía y que generó la protesta de grupos ecologistas de todo el mundo, informaron fuentes oficiales.

El jefe de Estado ya firmó un nuevo decreto en el que anula el primero para todos sus efectos y la medida entrará en vigencia el martes con su publicación en el Diario Oficial de la Unión, informó la estatal Agencia Brasil.

Temer ya había cedido a la presión social a comienzos de septiembre y paralizado provisionalmente los efectos del polémico decreto, pero decidió revocarlo por completo y mantener las normas que garantizan la preservación de la llamada Reserva Nacional do Cobre e Associados (Renca), una área en la selva amazónica de más de 47.000 kilómetros cuadrados, una superficie mayor que Dinamarca.

El Gobierno brasileño publicó el 23 de agosto el decreto por el que autorizó a empresas mineras solicitar licencias para explotar yacimientos en la reserva pero pocos días después, ya presionado por los grupos ecologistas, alteró el texto para aclarar que no autorizaría las operaciones mineras en las siete reservas ambientales y dos reservas indígenas que forman parte de la Renca.

A pesar de que la nueva medida supuestamente ofrecía más garantías ambientales, las organizaciones ecologistas mantuvieron sus críticas por lo que el Gobierno inicialmente suspendió los efectos del decreto y ahora optó por revocarlo por completo.

"Tras numerosas manifestaciones de artistas, organizaciones ambientalistas, líderes indígenas y la población en general, el presidente revocó el decreto que extinguía la reserva", conmemoró hoy la organización internacional Greenpeace en un comunicado.

"La cancelación demuestra que, por peor que sea, ningún gobernante está absolutamente inmune a la presión pública. Es una victoria de la sociedad sobre quienes quieren destruir y vender nuestra selva", afirmó en la misma nota el coordinador de Políticas Públicas de Greenpeace, Marcio Astrini.