La preferencia por Hillary aumentó en los Estados Unidos, mientras que la campaña del magnate tambalea en medio de divisiones al interior del Partido Republicano

El Deber logo
10 de octubre de 2016, 16:32 PM
10 de octubre de 2016, 16:32 PM

La candidata demócrata Hillary Clinton aumentó su ventaja sobre Donald Trump a 11 puntos, según un sondeo divulgado el lunes y realizado tras la publicación de un video del aspirante republicano hablando en términos denigrantes sobre las mujeres.

Clinton cuenta con el 46% de la intención de voto frente a 35% de Trump, según el sondeo realizado por la cadena NBC y el diario Wall Street Journal.

Los otros dos aspirantes a la presidencia Gary Johnson, del Partido Libertario, y Jill Stein, del Partido Verde, recibieron el 9% y 2% de respaldo, respectivamente.

Esta encuesta, con un margen de error de 4,6%, fue realizada del sábado al domingo, es decir, horas después de que se difundiera un video de 2005 en el cual Trump hace comentarios vulgares y degradantes sobre las mujeres, pero antes del segundo debate presidencial.

Un total de 52% de las personas consultadas (contra 42%) considera que el video debe ser un tema de campaña, en tanto, un 41% estimó que las declaraciones de Trump en la grabación son "completamente inaceptables".

Trump contra las cuerdas

El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, logró pausar la hemorragia en su campaña con una actuación eficaz en el debate del domingo, pero las dudas volvieron a brotar hoy en la cúpula de su partido, en una señal de que la balanza electoral sigue inclinada a favor de Hillary Clinton.

El presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, el republicano Paul Ryan, dijo hoy que ya no defenderá más a Trump ni hará campaña con él antes de las elecciones del 8 de noviembre, y se centrará en apoyar a los congresistas conservadores que se juegan el asiento en los comicios legislativos que se celebrarán el mismo día.

Las palabras de Ryan, el republicano de mayor rango en Estados Unidos, llegan después de que este fin de semana ya cancelara un acto de campaña con el candidato presidencial debido a los comentarios denigrantes sobre las mujeres que el magnate hizo en 2005, revelados este viernes en un vídeo filtrado a la prensa.

"Todos tienen que hacer lo que sea mejor para ustedes en sus distritos", aconsejó Ryan, según varios medios estadounidenses, durante una llamada telefónica con varios congresistas republicanos que temen que la candidatura de Trump tenga un efecto negativo en sus propias posibilidades de reelección en noviembre.

Trump no tardó en responder en su cuenta oficial de Twitter, en la que aseguró que Ryan "debería pasar más tiempo dedicado a equilibrar el presupuesto, crear empleos y la inmigración ilegal en lugar de malgastarlo luchando contra el candidato republicano".

Jason Miller, el principal asesor de comunicación de Trump, aseguró en otro tuit que la llamada de Ryan con congresistas "no cambia nada", porque la campaña del magnate "siempre ha estado impulsada por un movimiento de votantes de base, no por Washington" y su elite política.

Pese a distanciarse del magnate, Ryan no llegó a retirar su apoyo oficial a Trump, como sí han hecho muchos republicanos del Congreso y nombres históricos del partido después de que se desatara el escándalo por sus comentarios sobre las mujeres en el vídeo.

El círculo de Trump confiaba en detener esa fuga de apoyos con el debate de este domingo en San Luis (Misuri), en el que el magnate pasó mucho tiempo a la ofensiva y resistió los ataques de su rival, la demócrata Hillary Clinton, cuando ella denunció su falta de credenciales para ser presidente.

"Los republicanos que quieren cortar con él lo tienen ahora más difícil", aseguró hoy un importante aliado de Trump, el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, al diario The Washington Post.

Para el analista político Aaron Kall, director de debates en la Universidad de Michigan, la "solvente" actuación de Trump en el encuentro "le ayudó a corto plazo", pero no es probable que cambie demasiado las cosas en las encuestas, en las que Clinton le saca más de cinco puntos de ventaja.

"(Trump) tenía que calmar a sus votantes para que no le abandonaran, tenía que mantenerlos contentos", explicó Kall a Efe, pero "no hizo todo lo que debería para conectar con nuevos votantes, como las mujeres, los hispanos o los afroamericanos", que serán imprescindibles para él si quiere ganar en noviembre.