Tras dos semanas de combates contra los chiítas hutíes y sus aliados, la ONU registra 519 muertos y 1.700 heridos. La ciudad de Adén fue abastecida con alimentos y armas

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3 de abril de 2015, 15:57 PM
3 de abril de 2015, 15:57 PM

La intervención militar coordinada por Arabia Saudita en Yemen ha ralentizado el avance de los rebeldes chiítas y sus aliados en este país, donde Al Qaida siguió aprovechando el caos y tomó el control de una importante base militar en el sureste.

El reino sunita saudita lanzó el 26 de marzo con otros ocho países árabes la operación "Tormenta decisiva" para impedir que los rebeldes chiítas hutíes tomen el poder y que Irán extienda su influencia en la región.

Durante el noveno día de bombardeos de la coalición y aprovechando la debacle de las estructuras del Estado, Al Qaida en la Península Arábiga (AQPA) hizo una demostración de fuerza y tomó el cuartel general y el puerto de Mukala, capital de la provincia de Hadramut.

Centenares de combatientes de AQPA fueron desplegados en Mukala, donde viven más de 200.000 personas. Sólo escapa a su control por ahora el aeropuerto y algunos campos militares de la ciudad, según una fuente militar.

La víspera, este grupo liberó a 300 detenidos de la prisión central y según varios habitantes lanzaron "llamamientos a la yihad" contra los chiítas.

Los hutíes y Al Qaida, enemigos jurados pero ambos hostiles al poder del presidente en exilio Abd Rabo Mansur Hadi, se enfrentan desde hace meses.

Los hutíes retroceden

 Sometidos nuevamente este viernes a los intensos bombardeos de la coalición árabe en Adén (sur), los rebeldes hutíes y sus aliados, militares fieles al expresidente Ali Abdalá Saleh, tuvieron que retirarse del palacio presidencial, del que se habían apoderado el jueves. "Los milicianos hutíes y sus aliados se han retirado antes del amanecer del palacio de Al Maashiq (...) después de los ataques aéreos de la coalición", dijo a la AFP un responsable, que pidió el anonimato.

Los hutíes se enfrentan además en tierra a los "Comités Populares", una fuerza paramilitar que apoya a Hadi, exiliado en Arabia Saudita.
Este reemplazó en 2012 a Saleh, quien tuvo que dejar el poder por una revuelta popular, y ahora es sospechoso de apoyar a los chiítas en su ofensiva para imponerse en el país.

Armas y víveres en paracaídas


En algunas zonas de Adén seguían produciéndose el viernes enfrentamientos intermitentes.

En la noche del jueves al viernes, la coalición árabe lanzó con paracaídas sobre el puerto víveres y medicamentos para los habitantes de la ciudad, que sufren una gran carestía de productos de primera necesidad. También fueron lanzadas armas y municiones, incluidos kalashnikovs, fusiles y material de telecomunicaciones, según una fuente portuaria.

En Riad, el general Ahmed Asiri, portavoz de la coalición, confirmó el lanzamiento "de un apoyo logístico de todo tipo".

En dos semanas, con el avance de los chiitas hacia Adén, los combates han dejado 519 muertos y cerca de 1.700 heridos, indicó la responsable de operaciones humanitarias de la ONU, Valerie Amos, quien se dijo "extremadamente preocupada" por la seguridad de los civiles.