Durante varios años, esta región autónoma del norte de Irak ha sido un refugio para periodistas y activistas iraquíes, que se sienten amenazados en el resto del país por milicias armadas, tribus o políticos influyentes

23 de agosto de 2020, 8:56 AM
23 de agosto de 2020, 8:56 AM

Ante el aumento de las manifestaciones, las autoridades kurdas iraquíes la emprenden cada vez más contra la prensa, denunciando a periodistas y defensores de los derechos humanos en una región considerada durante mucho tiempo como un remanso diplomático.

Durante varios años, esta región autónoma del norte de Irak ha sido un refugio para periodistas y activistas iraquíes, que se sienten amenazados en el resto del país por milicias armadas, tribus o políticos influyentes. Pero el acuerdo tácito es que éstos pueden denunciar violaciones de los derechos humanos en otras regiones de Irak, sin inmiscuirse en las cuestiones kurdas. 

Actualmente, en tanto aumenta el malestar social en Kurdistán, con una crisis económica como consecuencia de la cual centenares de miles de funcionarios públicos no han percibido sus salarios durante medio año y los ataques mortíferos perpetrados por el ejército turco, las autoridades han endurecido su posición. 

"A pesar de que las leyes garantizan la libertad de prensa, cuando la crisis política y la económica se agravan, las limitaciones se transforman en un cuello de botella para los medios" en esta comunidad autónoma, constata el METRO Center for Journalist Rights and Advocacy, con sede en el Kurdistán iraquí. 

Esta organización defensora de la libertad de prensa registró durante los primeros seis meses de este año 88 violaciones a las leyes contra 62 periodistas y medios de comunicación. Y desde mediados de junio, afirma, la presión ha aumentado aún más.

- Periodista detenido -

La semana pasada, las fuerzas de seguridad cerraron a la fuerza las instalaciones de la cadena de televisión NRT, dirigida por un opositor a las autoridades kurdas, en Dohuk, tras haber cubierto las manifestaciones contra Turquía en Zakho, ubicada más al norte.

Por la noche, "las fuerzas de seguridad irrumpieron en nuestras oficinas en Dohuk y confiscaron todo nuestro equipo. Nuestro corresponsal en Zakho, Ahmad Zakhoy, fue detenido y aún permanece", afirmó a la AFP el número dos de NRT, Hawnar Ihsan. 

Horas más tarde, clausuraron la oficina de NRT en Erbil. 

Se trata de decisiones "injustas y antidemocráticas", fustigó el Comité para la protección de periodistas (CPJ), con sede en Nueva York, "que pregunta por qué las autoridades están tan asustadas por esta cadena al punto de sentirse obligadas a cerrar sus oficinas". 

En 2009, cuando se aprobó una ley de libertad de prensa en el Kurdistán, la oenegé Freedom House alabó esas "libertades sin precedentes".

"Teóricamente, la ley es relativamente aceptable y existe un margen de libertad en el Kurdistán", matiza Yassin Taha, periodista independiente en la región autónoma. 

Pero en realidad, se trata de una región en la cual, como en el resto del país, casi todos los medios de comunicación pertenecen a partidos o a políticos, y son muy pocos los que se atreven a criticar a las autoridades.

Actualmente, entre manifestaciones denunciando recortes salariales -por un gobierno sobreendeudado- y el silencio de las autoridades kurdas ante los ataques turcos -contra los rebeldes kurdos, pero en los que mueren civiles- "la situación continúa empeorando", explica Taha a la AFP. 

"Los fracasos se acumulan, las calles hierven y silenciar a los medios o apagar los televisores no son soluciones", añade. 

En junio, Human Rights Watch (HRW) se alarmó porque Kurdistán utilizaba artículos del código penal local condenando la difamación y el insulto para silenciar a periodistas y activistas. 

Según ésta, un hombre estuvo preso 29 días en enero, sin cargos, por transmitir una protesta en vivo en las redes sociales. 

HRW cita a otro que afirma haber pagado a la policía para ser liberado. "Me dijeron: 'te podemos buscar en cualquier momento'".

Seis diputados kurdos del parlamento en Bagdad han advertido directamente a la ONU por esta situación.