Las personas sacan a sus familiares en bolsas y cavan sus propias tumbas, en esta provincia fronteriza con Bolivia. Se duplican los casos de infectados y muertes cada 12 días. Los hospitales no tienen recursos

8 de agosto de 2020, 11:43 AM
8 de agosto de 2020, 11:43 AM

El gobernador Gerardo Morales admitió que una parte del sistema de salud público de Jujuy (región fronteriza con Bolivia) “está colapsado” y solicitó el auxilio de las obras sociales y las organizaciones de la sociedad civil para enfrentar la pandemia, que en la provincia parece haberse desmadrado.

Según el reporte del Comité Operativo de Emergencias (COE) ya suma más de 3.000 infectados y 85 muertes. Vale recordar que el Ejecutivo provincial había dispuesto hacia finales del mes pasado el retorno a la Fase 1, pero la medida no dio sus frutos. Al 26 del mes pasado sumaba un total de 44 muertes y 1.452 casos, lo que muestra que las cifras en ambos casos se duplican cada 12 días.​​

“Es un desastre, nuestra provincia está en fase 1 y Morales la recorre con su comitiva de 60 personas para repartir bolsones de alimentos, hacer campaña, sacarse fotos y se maneja como si nada ocurriera. Nuestro sistema de salud está colapsado, llegaron 9 mil millones de pesos de Nación y aquí los profesionales no cuentan con ningún insumo de bioseguridad”, señala Emanuel Palmieri, disputado provincial por el Frente de Todos.

 Y en esta línea, continúa con el detalle de la situación crítica: “Como los hospitales están abarrotados, la gente elige quedarse en sus casas porque no hay lugar para atenderse. No se informan los números de contagios y muertes. Sabemos que se están cavando fosas en sitios que no son adecuados y que en los cementerios están bloqueando los accesos de los cuerpos porque deben hacerse los análisis previos para chequear si fueron por Covid-19 y nadie los hace”.

Los enfermeros y los policías constituyen los grupos que están en la primera línea de combate de la enfermedad y, en efecto, son los más perjudicados. De hecho, los hospitales de la región han solicitado la ayuda de intensivistas y otros especialistas para que se trasladen y puedan colaborar en un escenario preocupante. La provincia tiene sólo 70 respiradores. Para comparar, en un solo hospital de las ciudades más pobladas como Córdoba, Rosario o Buenos Aires hay entre 45 y 50. “San Pedro, por ejemplo, se encuentra a 50 kilómetros de Libertador y la situación es muy preocupante, todo está desbordado.

El personal de los centros está haciendo protestas en la puerta de las instituciones porque no disponen de materiales para protegerse. Tengo compañeros médicos que han fallecido por Covid-19 y me notificaron la muerte del cuarto policía. El 60% de los contagios corresponde a personal de salud y de seguridad. Estamos muy desprotegidos”, expresa Carlos Gaspar, médico del Hospital Guillermo Paterson, de San Pedro, y miembro de la Asociación de Médicos de la República Argentina.

Los cuerpos, en algunos casos, permanecen en sus casas por más de 48 horas sin ser retirados. La abogada Florencia Romero hizo varias presentaciones a la justicia reclamando por el abandono de personas. “La situación se ha complicado de una manera tal que nosotros estamos desesperados. Tenemos miedo de que suceda lo que pasó en Ecuador o en Italia al comienzo de la pandemia. Hemos hecho reclamos por los cadáveres que nadie retira; en los cementerios, las propias familias inhuman los cuerpos porque nadie se quiere hacer cargo, los sacan de sus domicilios con bolsas de consorcio. Es algo terrible, no hay ningún tipo de política sanitaria”, relata Romero.

Lo paradójico es que de marzo a junio, Jujuy se había establecido como una “provincia modelo”. No había registrado contagios y, de hecho, los más optimistas vaticinaban con trasladar la liga argentina del fútbol hacia allí porque se trataba de un área libre de coronavirus. A mediados de ese mes se identificaron a los primeros infectados y en el presente se trata de una de las provincias más afectadas, con una curva pronunciada. 

En los pueblos del interior de la provincia, la situación se agrava y “el abandono de las autoridades es total”, de hecho, “ni siquiera hay bolsas para enterrar los cadáveres. Estamos muy cerquita de que ocurra lo que veíamos que sucedía en Ecuador, que la gente se moría en las calles y los cadáveres quedaban en la vía pública. Han improvisado hospitales de campaña que verdaderamente dan ganas de llorar, no tienen absolutamente nada. Son carpas vacías”, narra Palmieri.

 Desde esta perspectiva, lo apunta Gaspar, es que día tras día convive con esta situación en su hospital: “Jujuy tuvo demasiado tiempo para prever lo que finalmente ocurrió y no se hizo absolutamente nada. En San Pedro, afuera del hospital en el que trabajo, hay uno de campaña que está totalmente vacío. No hay agua caliente ni baños, los internados leves por coronavirus se mueren de frío por las noches. De la misma manera, el hospital San Roque de San Salvador ya ni siquiera recibe pacientes, el de Ledesma está explotado de gente”, precisó.

Bloqueo mediático

“El gobernador arma un gran show televisivo y no informa la gravedad del asunto. Recién ahora han solicitado ayuda porque apuntan que parte del sistema de salud está colapsado. Pero hace rato lo está. Aquí es el mismo modus operandi que cuando estaba el macrismo, existe un ejército de trolls en las redes que te atacan cuando asomás la cabeza y criticás a Morales”, advierte Palmieri. 

En el mismo sentido, comenta Romero: “El bloqueo mediático es absoluto, el informe que brinda Morales y su equipo es absolutamente falaz. Debemos recolectar información que nos van pasando médicos amigos, sobre todo en Libertador y San Pedro. Los números que brinda el Comité son una mentira: comunican que tenemos nada más que 80 muertos y el jueves se contabilizaron 33 fallecimientos en Ledesma y 37 en Perico”.

Desde el espacio que coordina Palmieri, junto al aporte de los investigadores del Conicet y profesionales de diversas áreas habían presentado un plan estratégico para combatir la pandemia de manera planificada y administrar de una mejor manera la postpandemia. Sin embargo, no obtuvieron respuesta por parte del gobierno provincial. “El propio COE está administrado por gente que no tiene la capacidad de escuchar, corregir errores y en base a eso reorientar el rumbo. Está manejado por abogados y esta no es una situación ideológica, debemos superar esas diferencias porque hay una crisis sanitaria que no puede esperar”, completa Gaspar.

Bajo esta premisa, para conseguir difundir la situación tal y como se desarrolla, un grupo de personas autoconvocadas que provienen desde diferentes sectores ha comenzado a hacer circular una solicitada dirigida de modo directo al presidente de Argentina, Alberto Fernández, para pedir por su intervención frente a la crisis sanitaria que atraviesa Jujuy. “Morales recorre la provincia junto a todos sus asistentes, pero no respeta nada. Ni siquiera la distancia social. Deja la comida en las puertas de las casas más vulnerables y se saca fotos, solo se toma fotos. Tiene tiempo para montar su show, pero no para comprar los respiradores a la gente que se está muriendo de a montones. Hay una desidia impresionante”, concluye Romero. (Página 12)