Asediado por investigaciones judiciales y la crisis económica, la popularidad de Bolsonaro se desplomó en los últimos meses a 22%, su nivel más bajo desde que llegó al poder en enero de 2019

2 de octubre de 2021, 16:28 PM
2 de octubre de 2021, 16:28 PM

Decenas de miles de brasileños protestaron este sábado en las principales ciudades del país para pedir la destitución del presidente del país, Jair Bolsonaro, en una convocatoria de partidos y movimientos de izquierda, que también rechazaron el aumento de la inflación y el desempleo.

Las protestas en Río de Janeiro, Salvador, San Pablo y Brasilia, además de un centenar de ciudades, fueron convocadas por la "Campaña Nacional Fuera Bolsonaro", respaldada por una decena de partidos de izquierda, centrales sindicales y el grupo Direitos Já!, que reúne a líderes de 19 bancadas.

Las manifestaciones lograron una mayor adhesión de partidos que en movilizaciones pasadas. Algunos dirigentes de derecha se unieron contra los reclamos por la crisis económica, aunque no necesariamente respaldan el pedido de impeachment.

En Candelaria, un céntrico barrio de Río de Janeiro, miles de personas marcharon con pancartas que decían "Fuera Bolsonaro" y banderas del Partido de los Trabajadores (PT), del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), del Partido Socialista Brasileño (PSB) y del Partido Democrático Trabalhista (PDT), entre otros.

"Vamos a lograr sacarlo, la apuesta del pueblo presente en las calles es presionar a los parlamentarios y que acaben pidiendo el impeachment" de Bolsonaro, dijo a la AFP Elizabeth Simoes, una profesora jubilada de 69 años.

En la Cámara de Diputados aguardan más de un centenar de pedidos de juicio político contra Bolsonaro, pero su presidente Arthur Lira, aliado del gobierno, ha dado señales de que no serán tramitados.

En San Pablo, decenas de miles de personas se reunieron por la tarde en la céntrica Avenida Paulista, con la participación del precandidato presidencial Ciro Gomes, líder del PDT y tercero en las elecciones de 2018, y el líder del PSOL, Guilherme Boulos.

Cientos de manifestantes se concentraron en la Explanada de los Ministerios, en Brasilia. Además se registraron protestas en 20 de los 27 estados de Brasil y en 60 ciudades, incluidas 14 capitales, según un recuento de la prensa brasileña.

Entre las banderas rojas del PT y la Central Única de Trabajadores (CUT), que suelen predominar en este tipo de protestas, se vieron algunas del movimiento LGBT y de Brasil, convertida en símbolo de las marchas pro-Bolsonaro.

Hambre y desempleo

Meses atrás, las protestas lideradas por movimientos de izquierda se centraron en pedir el impeachment de Bolsonaro por su caótica gestión de la pandemia, que deja casi 600.000 muertos, pero esta vez sumaron reclamos por el aumento de los precios de alimentos y combustibles, así como por los 14,1 millones de desempleados.

"La población está pasando hambre y no aguantamos más este gobierno", dijo Isadora Lessa, de 22 años, en Rio.

"¿Cuál es la importancia de estar aquí? Que él sepa que no tiene unanimidad, que va a tener dificultades para que vuelva a salir elegido. Si no sufre un impeachment, pierde la elección en 2022", dijo Marcelo Werneck, que participó en las protestas de Rio en homenaje a los "amigos y familiares" que fallecieron por el covid-19.

Asediado por investigaciones judiciales y la crisis económica, la popularidad de Bolsonaro se desplomó en los últimos meses a 22%, su nivel más bajo desde que llegó al poder en enero de 2019.

A un año de las elecciones de 2022, el presidente ultraderechista obtendría el 26% de los sufragios en la primera vuelta, frente al 44% para Lula, según una encuesta del Instituto Datafolha del 17 de septiembre.

Esta semana, el mandatario, de 66 años, se enfocó en celebrar con actos e inauguraciones sus 1.000 días de gobierno, dejando de lado los ataques a las instituciones que mantuvo semanas atrás, en particular contra el poder judicial.

Las movilizaciones de este sábado ocurren después de que el 7 de septiembre Bolsonaro liderara masivas manifestaciones en Brasilia y San Pablo, donde se concentraron unos 125.000 simpatizantes, según datos de las autoridades paulistas.