El Departamento de Estado advirtió a los estadounidenses evitar la visita a estos países por riesgo de ataques terroristas. La delegación diplomático de EEUU prohíbe a su personal viajar al desierto 

El Deber logo
23 de diciembre de 2016, 22:29 PM
23 de diciembre de 2016, 22:29 PM

Estados Unidos emitió hoy alertas de viaje para Egipto y Jordania por el riesgo de ataques terroristas contra turistas, personal o intereses del país norteamericano. El Departamento de Estado advierte así a los ciudadanos estadounidenses que deben considerar los riesgos de viajar a estos países y evitar sobre todo ciertas zonas donde la amenaza es mayor.


 En Egipto, la delegación diplomática de Estados Unidos prohíbe a su personal viajar al desierto Occidental y a la península del Sinaí fuera del centro turístico de playa de Sharm el-Sheij, por lo que los ciudadanos estadounidenses "deben también evitar estas áreas".


 Además, los diplomáticos estadounidenses solo pueden viajar a Sharm el-Sheij por avión, ya que el transporte terrestre del personal no está permitido en ningún lugar de la península.


 "El Gobierno egipcio mantiene una fuerte presencia de seguridad en los principales sitios turísticos, como Sharm el-Sheij, y en muchos de los templos y lugares arqueológicos localizados dentro y alrededor de El Cairo y el Valle del Nilo. El personal puede viajar a estas áreas", indica la alerta estadounidense.


 Pero advierte a continuación: "los ataques terroristas pueden ocurrir en cualquier lugar del país".
 La alerta explica que hay varias organizaciones extremistas operando en Egipto, entre ellas el Estado Islámico (EI).


 Estados Unidos también advierte a sus ciudadanos y personal sobre viajar a Jordania, donde también operan organizaciones terroristas, entre ellas el EI.


 "El papel prominente de Jordania en la coalición contra el Estado Islámico y sus fronteras compartidas con Irak y Siria incrementan el potencial para futuros incidentes terroristas", indica la nota.
 El Departamento de Estado aconseja a los estadounidenses evitar ambas fronteras y prohíbe a su personal hacerlo sin permiso.


 Los diplomáticos estadounidenses no pueden visitar en sus viajes personales ni las áreas fronterizas ni los campos de refugiados y el Gobierno aconseja a los ciudadanos que tampoco lo hagan.