Una tormenta política se desató en EEUU tras el allanamiento a la propiedad. No se conoce si tiene que ver con las cajas que se llevó cuando salió de la Presidencia, con el asalto al Capitolio o por fraude financiero

10 de agosto de 2022, 4:00 AM
10 de agosto de 2022, 4:00 AM


El allanamiento de la residencia de Donald Trump por el FBI crea división: para unos es un primer paso hacia un juicio y para otros, una “persecución política”, en medio de una gran polarización y cuando el expresidente considera volver a ser candidato a la Casa Blanca.

Mientras la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, negó categóricamente ayer que el presidente Joe Biden haya sido informado con antelación del allanamiento en la mansión de Trump.

“El presidente Biden ha sido muy claro desde el inicio de su mandato, sobre el hecho de que el Ministerio de Justicia lleva a cabo sus investigaciones de forma independiente. Cree en el Estado de derecho”, declaró.

¿La redada de la Policía Federal tiene que ver con las cajas de cartón que Donald Trump se llevó cuando se fue de la Casa Blanca en 2021?, ¿con la investigación sobre su presunta responsabilidad en el asalto al Capitolio? ¿o con las sospechas de fraude financiero que pesan sobre la Trump Organization en Nueva York?

Trump se declara inocente en cada uno de estos casos y se considera blanco de una caza de brujas. En un comunicado denunció duramente el allanamiento de su mansión de Florida, al que no asistió. “Estos son tiempos oscuros para nuestra Nación”, dijo. “Esta incursión no anunciada en mi casa no era necesaria ni apropiada”, añadió.

“Nadie está por encima de la ley”, “ni siquiera un expresidente de EEUU”, declaró la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Como la mayoría de los demócratas, Pelosi lleva años pidiendo que el magnate rinda cuentas.

La escalada judicial parece haber unido más al Partido Republicano en torno a Trump, hasta el punto de erigirlo en mártir.

“Guerra civil”

Nada más conocerse el allanamiento, un grupo de simpatizantes de Trump acudió a la lujosa residencia del exempresario para dar rienda suelta a su furia.

Algunos de ellos ondeaban banderas en las que se leía “Biden no es mi presidente”, un recordatorio de que más de un año y medio después de la derrota electoral de Donald Trump, muchos estadounidenses siguen convencidos de que le “robaron” las elecciones presidenciales de 2020.

En las redes sociales, algunos simpatizantes de Trump abogaban ayer por un “divorcio”, en este país con divisiones tan profundas que pueden parecer irreconciliables. “Este es el tipo de cosas que suceden en países en guerra civil”, tuiteó Marjorie Taylor Greene, una congresista de Georgia.

¿Trampolín para 2024?

El líder de los conservadores en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, denunció una “instrumentalización intolerable con fines políticos” del Departamento de Justicia y prometió una indagación sobre su funcionamiento.

Incluso lo defendió su ex mano derecha Mike Pence, posiblemente rivales ambos en las primarias republicanas de cara a las elecciones presidenciales de 2024 y con el que Trump se ha enemistado desde el episodio del asalto al Capitolio.