Miembros de ambos grupos delictivos se enfrentaron en la cárcel deManaos, en una disputa del territorio amazónico para operar con el narcotráfico 

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4 de enero de 2017, 4:00 AM
4 de enero de 2017, 4:00 AM

Las autoridades brasileñas continúan la búsqueda de decenas de presos que escaparon de una prisión en el norte del país, donde 56 reclusos fueron asesinados por una "venganza" entre miembros del Primer Comando de la Capital (PCC), originario de San Pablo, y el grupo local Familia del Norte (FDN),  que se disputan el narcotráfico.

El gobierno de Amazonas reportó la fuga de 112 presos del Complejo Penitenciario Anisio Jobim (Compaj), donde estalló el motín entre el domingo y el lunes, y de 72 internos del Instituto Penal Antonio Trindade (Ipat), una unidad de detención preventiva dentro del mismo recinto. Según las últimas informaciones disponibles, solo 40 de estos 184 fugitivos fueron recapturados.

Un vasto dispositivo de búsqueda fue montado en la región, donde la policía bloqueó las principales vías de acceso a las prisiones. Las autoridades constataron entonces que varios de los muertos habían sido decapitados y calificaron el episodio como la mayor matanza cometida en una prisión de la Amazonía, cuya capital es Manaos.

Es además la mayor matanza en una prisión brasileña desde la masacre en el presidio de Carandirú, en San Pablo, cuando una operación policial para controlar un motín acabó con 111 presos muertos, en 1992.

Buscan identificar a víctimas
Mientras investigan quién está detrás de la matanza en Manaos, las autoridades también trabajan para identificar los cuerpos de las víctimas.

 "Estamos esperando la identificación de los líderes por parte del gobierno del estado (de Amazonas) que pidió que, apenas sean identificados, sean transferidos a presidios federales" de máxima seguridad, sostuvo el ministro de Justicia, Alexandre de Moraes, en una entrevista en Manaos la madrugada de ayer. Brasil tiene cuatro prisiones federales, donde son recluidos los presos considerados más peligrosos, bajo estrictas normas de vigilancia y celdas individuales, un modelo inspirado en las prisiones estadounidenses. 

Después de la matanza también se registraron intentos de rebelión en otras cárceles de la ciudad, y unos 130 detenidos de una misma facción debieron ser trasladados de sus respectivos centros a una prisión pública que había sido desactivada, después de que recibieran amenazas de muerte, aseguró el gobierno. Brasil tiene la cuarta mayor población carcelaria  del mundo, detrás de Estados Unidos, China y Rusia