Kenya Akiba, ministro de Reconstrucción, reconoció que su esposa y su madre recibieron durante años fondos de dos grupos políticos

3 de enero de 2023, 8:54 AM
3 de enero de 2023, 8:54 AM

El ministro japonés de Reconstrucción, implicado en un escándalo político-financiero, dimitió este martes, con lo que ya son cuatro los ministros que pierde en tres meses el gobierno de Fumio Kishida, cada vez más impopular según los sondeos.

Kenya Akiba, ministro de Reconstrucción encargado de pilotar la revitalización de los territorios afectados por el accidente nuclear de Fukushima de 2011, llevaba semanas fragilizado a causa de varios escándalos.

Akiba reconoció que su esposa y su madre recibieron durante años fondos de dos grupos políticos, en forma de pagos de alquiler. También se le acusa de haber remunerado ilegalmente a varios asistentes durante una campaña electoral en 2021.

"No creo haber actuado de forma ilegal", se defendió este martes. No obstante, dimitió para "no paralizar" la agenda del gobierno.

También este martes dimitió la viceministra de Relaciones Internas y Comunicaciones, Mio Sugita.

Esta política de extrema derecha se vio hundida en las últimas semanas por unas declaraciones discriminatorias formuladas en el pasado acerca de la comunidad LGBT+ y las minorías étnicas en Japón.

El gobierno japonés se ha visto considerablemente debilitado por una serie de escándalos y revelaciones desde el verano pasado, sobre los vínculos entre cargos del Partido Liberal Demócrata (conservador), la formación dirigida por el primer ministro Kishida, y la Iglesia de la Unificación, conocida como la "secta Moon".

Desde octubre, el gobierno perdió a otros tres ministros: el de Asuntos Internos, Minoru Terada, el de Justicia, Yasuhiro Hanashi, y el de Revitalización Económica, Daishiro Yamagiwa.

Las prácticas de la llamada "secta Moon" saltaron a la primera línea de la actualidad en Japón tras el asesinato en julio pasado del ex primer ministro Shinzo Abe.

Detenido justo después de los hechos, su presunto asesino explicó que estaba enfadado con Shinzo Abe porque lo consideraba como un allegado de ese grupo religioso, que habría arruinado a su propia familia cuando era joven.

La tasa de popularidad de Kishida y su gabinete ronda desde hace meses el 30%, un nivel considerado en Japón como el umbral de la "zona de peligro".

"Seguimos afrontando una montaña de tareas que desempeñar", declaró este martes Fumio Kishida, quien añadió que ahora mismo no tiene intención de remodelar su gobierno.