Patricio Aylwin fue electo para suceder a Augusto Pinochet a partir del 11 de marzo de 1990. Murió este martes en compañía de su familia informaron desde Chile

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19 de abril de 2016, 9:58 AM
19 de abril de 2016, 9:58 AM

El demócrata cristiano Patricio Aylwin, primer presidente electo en Chile tras la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), murió este martes a los 97 años, confirmó su familia.

Aylwin, quien sucedió a Pinochet a partir del 11 de marzo de 1990, murió en compañía de su familia, en su casa, después de semanas de agonía.
"Chile ha perdido a un gran demócrata", destacó la presidenta chilena Michelle Bachelet inmediatamente después de que se confirmó el fallecimiento del líder político, activo hasta hace pocas semanas.

El gobierno decretó tres días de duelo oficial en honor al exmandatario, que gobernó los primeros cuatro años de la transición política chilena, mientras se preparaba un funeral de Estado para despedirlo, según confirmó Bachelet.

Abogado de profesión, Aylwin fue electo presidente tras imponerse en las elecciones generales que convocó la dictadura de Pinochet tras perder en 1988 un plebiscito sobre la continuidad del régimen.

Casado con Leonor Oyarzún, tuvo cinco hijos: Mariana, Isabel, Miguel, José Arturo y Juan Francisco.

"Había alcanzado la avanzada edad de 97 años. Su deceso se produjo por causas naturales", dijo su hijo Miguel Aylwin ante periodistas en las afueras de la casa donde falleció.

El presidente de la transición

Aylwin, que representó a la "Concertación de Partidos por la Democracia", una coalición de partidos de izquierda creada para derrocar a través de las urnas a la dictadura, se impuso en las elecciones por el 55,2% de los votos al exministro de Hacienda de Pinochet, Hernán Büchi.

Se impuso pese a su cuestionado rol durante el gobierno del mandatario socialista Salvador Allende, cuyo derrocamiento justificó ante medios extranjeros.

Finalmente el 11 de marzo de 1990 recibió de manos del propio Pinochet la banda presidencial, iniciando un periodo de transición política marcado por un histórico pedido de perdón a las más de 3.200 víctimas que dejó como saldo la dictadura y la permanencia de Pinochet todavía al frente del Ejército chileno.

Con Pinochet como jefe del Ejército, Aylwin debió lidiar con la presión que siguió ejerciendo en democracia el exdictador, que durante su mandato volvió a sacar a las tropas a las calles, condicionado el desempeño del mandatario.

En respuesta, Aylwin instauró la llamada "política de los consensos" y asumió una difícil posición entre las víctimas, a las que les comunicó que se haría "justicia en la medida de lo posible".

Pero en una solemne ceremonia, entre sollozos, un año después de asumir el poder, el mandatario pidió perdón a las víctimas de la dictadura al concluir el trabajo de la llamada "Comisión de Verdad y Reconciliación".

"Me atrevo, en mi calidad de presidente de la República, a asumir la representación de la nación entera para, en su nombre, pedir perdón a los familiares de las víctimas", dijo Aylwin.

"Le tocó el momento más complejo después de la dictadura el primer gobierno democrático, sentar las bases de este Chile tras 26 años. Para construir esas bases se necesitaba una persona de esa altura", comentó el ministro del Interior, Jorge Burgos.