El hecho se dio cuando esta misión supervisaba la extracción de armas en un escondite de las FARC. El efectivo que resultó herido tiene pronósticos reservados

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6 de agosto de 2017, 21:24 PM
6 de agosto de 2017, 21:24 PM

Un policía resultó herido este domingo en un ataque a la misión de la ONU en Colombia que supervisaba la extracción de armas de un escondite de las FARC, en proceso de reincorporación a la vida civil, informaron autoridades policiales.

"Un equipo conformado por observadores de la Misión de Naciones Unidas, integrantes de la Policía Nacional y miembros de las FARC que adelantaba labores de extracción de caletas fue emboscado en la zona rural del municipio de Caloto en el departamento del Cauca (suroeste)", indicó el organismo internacional en un comunicado.

La comitiva fue atacada desde una loma por presuntos disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), indicó por su parte una fuente policial a la AFP.

No obstante, el comandante de la Policía de Cauca, coronel Édgar Rodríguez, dijo en medios radiales que el hecho era responsabilidad de guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), único grupo rebelde activo del país y con el que el gobierno negocia el fin de medio siglo de conflicto armado.

"Como resultado del ataque resultó herido un policía de 31 años, que fue trasladado a la ciudad de Cali y su estado es reservado", añadió el militar, que precisó que los disparos empezaron inpensadamente. El ELN negó su responsabilidad en la emboscada. "Testigos y autoridades indígenas señalan uso de brazaletes elenos (del ELN) y grafitis en acciones que #ELN no ha desarrollado", indicó el grupo rebelde en su cuenta en Twitter.

Tras la dejación de las armas por parte de las FARC a finales de junio, ahora la misión de Naciones Unidas en Colombia supervisa la extracción y destrucción de armamento guerrillero en más de 770 escondites de todo el país.

El proceso de sustracción del armamento de las llamadas "caletas", que debe finalizar el 1 de septiembre, cuenta con apoyo de la fuerza pública colombiana y en él también participan excombatientes de las FARC, que fuera la principal y más antigua guerrilla de América.

El gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, en tránsito a convertirse en movimiento político legal, firmaron en noviembre pasado un acuerdo de paz, tras cuatro años de negociaciones en Cuba.   Según el gobierno, unos 300 rebeldes no se acogieron al pacto. Tanto el Ejecutivo como las FARC consideran que estos se mantienen en armas por intereses económicos relacionados con el narcotráfico.

Los disidentes no podrán gozar de los beneficios del acuerdo de paz y son combatidos como delincuentes comunes, señaló el Ejecutivo. En tanto, las negociaciones iniciadas en febrero con el ELN se desarrollan en medio de la conflagración, que desde 1964 ha enfrentado a guerrillas, paramilitares y agentes estatales, dejando 260.000 muertos, 60.000 desaparecidos y 7,1 millones de desplazados.